Cap. 42 - Complácete y Compláceme

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Amelia salió de aquella tienda con una sonrisa a flor de piel e imaginando la cara de su novia cuando le entregue lo que le compró. Se dirigía a su apartamento pues estaba loca por llegar para comer a besos a su rubia, y de paso almorzar.

Luisita, mientras, daba los toques finales a la comida y terminaba de acomodar los cojines en el sofá, cuando tocan a la puerta.

-"Luisi abre! Soy yo!"

-"Amelia que pasó?"

-"Es que se me quedaron las llaves de respuesta, como te dejé las mías por si salías, pues ya ves" dijo mientras cerraba la puerta y dejaba sus cosas en la mesa del recibidor.

-"Te he extrañado tanto...no veia la hora de regresar a ti" decía mientras tomaba la cara de la rubia entre sus manos y atrapaba sus labios carnosos.

-"Ay Amelia, voy a extrañar todo esto" dijo con tristeza.

-"Imaginar como sería verte llegar todas las tardes o noches, o que me esperes cuando salga del restaurant, cocinar para ti, que me hagas desayuno, dormir acurrucada a tu lado, olerte, tocarte, sentirte..." y tuvo que parar de hablar pues se le formó un taco en la garganta.

-"Lo se cariño porque me pasa lo mismo. Ya este lugar huele a ti. Pero sabes...(mientras agarraba sus manos)... nos tenemos y no nos soltaremos. Creo que somos más fuertes ahora, que vamos a poder sobrellevar la distancia lo mejor posible. Y en la medida que nuestros trabajos lo permitan, y con muy buena planificación, nos visitamos o nos vamos de viaje" decía tratando de tranquilizar a Luisi.

-"Y las videollamadas...?" decía en tono provocativo.

-"Y las videollamadas...con bañito, en camita y esas cosas perversas que me has enseñado"

-"Sí, yo, verdad, porque alguien tiene que cargar con ese pecado"

-"Si esto que tenemos y que sentimos es un pecado, de seguro al cielo no voy y tengo pase directo a las calderas...jajaa!" dijo comenzando a besarla muy apasionadamente.

-"Como me pones amor, pero, dejamos el postre para luego porque te cociné algo riquísimo para ti con todo mi amor"

-"Vale, pues a comer eso delicioso" le dijo susurrando en su boca y terminando con un tierno beso.

Amelia ayudó a Luisi poniendo la mesa. La chef, en cambio, buscaba la vajilla para servir el mofongo y hacerle un hueco en el medio para acomodar los camarones en salsa.

Ambas se sentaron, abrieron una botella de vino y comezaron a degustar aquel manjar caribeño.

-"Dios! Amor! Que cosa tan rica!! Es como orgásmico!" exclamaba Amelia con medio camarón en la boca todavía.

-"Amelia tus modales, hija, que no se come con la boca llena" dijo entre risas.

-"Cariño déjame! Me importa un coño ahora porque, primero estoy contigo, a solas, y segundo, es que está rico! En serio no te puedes quedar? Necesito que me cocines todos los días y a todas horas"

-"Ah solo por eso, para cocinar? Que feo Amelia" dijo indignada.

-"Y por el sexo también eh!"

-"Amor, no es sexo"

-"Ah no? Qué es entonces? Porque cuando nos tocamos, sudamos, nos falta el aire, tenemos orgasmos, pues no se entonces a qué te refieres" dijo siguiéndole en broma porque ella sabía muy bien lo que Luisi le iba a contestar.

-"Nosotras no tenemos sexo, nosotras hacemos el amor, que es muy diferente" comenzaba a explicar. "Nuestra relación es seria, tenemos compromiso, planes, creo que hemos alcanzado una madurez, como una evolución, ya no es simple sexo por coger, por placer. Ya hay sentimientos y emociones muy fuertes, las que quiero seguir teniendo contigo, siempre" dijo mirando a Amelia fijamente a los ojos.

Entre MaresWhere stories live. Discover now