Cap. 20 - Me Dejo

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Luisita la esperaba en la entrada del lobby del hotel. Andaba con el pelo recogido en una cola, una camisilla rosada y unos cortos negros al igual que sus converse. No podían faltar sus gafas de sol.

Amelia, por el contrario, vestía colores más claros. Tenía una camisilla también color crema, unos cortos color blanco, y sin coordinarlo, calzaba unos converse blancos. Su cabello lo llevaba semi-recogido y sus gafas puestas. A través de ellas podía ver disimuladamente a Luisita, quien la esperaba fuera de su auto y recostada de medio lado sobre él.

-"Dios mío, es que es tan hermosa" se dijo Amelia deteniendo su caminar. "No puedes decirle ahora Amelia, disfruta este día, vamos!" se decía nuevamente. La noticia del apresurado regreso la había abrumado, pero tenía que hacer lo posible por disfrutar esas últimas horas con Luisita al máximo.

Tomó aire, se secó una pequeña lágrima que amenazaba con recorrer una de sus mejillas, sacudió su cabeza como tratando de alejar esos pensamientos, y continuó caminando hacia la salida. Allí la esperaba ella, impaciente, puntual.

-"Pero mira que joven más guapa se está acercando!" exclamó Luisita al ver a Amelia llegar. "Y será que puedo saludarla con un beso?" le preguntó sonriendo.

-"Cariño, mi vida, puedes besarme todo lo que quieras que yo me dejo" contestó Amelia siguiendo el juego.

-"Ah siiii.....y que más te dejas hacer si se puede saber?" preguntaba la rubia sintiendo un cosquilleo muy especial y acercándose a besarla. Ese juego de provocación nunca faltaba entre ellas, y sabían muy bien como jugarlo.

-"Creo que eso lo puedes averiguar esta noche...si quieres..." le contestó Amelia respondiéndole el beso y susurrando esa frase en sus labios.

-"Dios Amelia! Como me pones! Si no fuera porque hice la reservación y ya nos esperan, te lo juro que subimos ahora mismo y que el descontrol se apodere de nosotras".

-"Uff amor, creo que debemos irnos porque nos estamos calentando. Pero esta noche nos desquitamos".

-"Vale vale! Vamos!" dijo Luisi no sin antes respirar profundo como para aliviar la tensión que sentía su cuerpo en ese momento.

El trayecto a Toro Verde, que es el parque de aventuras de zipline más grande en el Caribe y Las Américas, ubicado en el municipio de Orocovis al centro de la isla, fue de alrededor de dos horas, en las que escucharon música, se pararon en varios sitios a tomarse fotos, compraron algo de tomar y comer. Ya en el lugar, la vista era hermosa. Todo un verdor de campo y montañas, pues el sistema de montañas que cruza la isla de este a oeste, es la Cordillera Central, y estaban justo en medio de él.

Se registraron, y los encargados las acompañaron a ponerse el equipo de seguridad. Les explicaron las diferentes atracciones que tiene el paquete que reservaron, la forma en que harían el recorrido, como frenar, para que sirve cada uno de los amarres y que hacer y que no hacer. Pero sobretodo, que admiraran y disfrutaran del gran paisaje que tendrían ante sí.

Estaban llegando a la atracción principal: El Monstruo. La vista era maravillosa, pero la altura a la que estaban era más impresionante aún.

-"Luisi, tu estás segura de esto? Mira que estoy cagadísima ahora mismo" decía Amelia dudando de hacer la atracción.

-"Ya Amelia, no te pasará nada! Solo disfruta, siente el aire, admira la naturaleza..."

-"Mira, si Dios bubiera querido que volara me hubiera hecho una mariposa, una guacamaya, una paloma, que se yo! Me está dando el flashback de cuando fuimos al Yunque".

-"Pero y donde está tu espíritu aventurero hija?"

-"Ahora mismo se fue a ocupar otro cuerpo y abandonó el mío precisamente"

Entre MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora