Cap. 31 - Llamada de Emergencia

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-"Soy la señorita Ledesma" afirmaba al mensajero que de paso le entregaba una caja en forma rectangular de tamaño mediano.

-"Firme por favor por aquí, muchas gracias" le dijo para que acusara recibo de la entrega en modo electrónico.

-"No dice de quien es?" preguntaba intrigada. " Nada, me lo llevo a la oficina y verifico. Espero que no sea un artefacto explosivo. Por lo menos no escucho el tic tac" dijo riendo a la vez que acercaba su oreja a la caja.

Amelia entró a su oficina, colocó su mochila y bolso en la credenza, la caja en el escritorio, y daba un sorbo del café preparado por María.

-"Dios! María me quería matar con este café! Vamos a ver qué es esto..." mientras le daba vueltas a la caja.

Solo leía la palabra "FRAGIL" en uno de los lados. Tomó unas tijeras y cuidadosamente fue abriéndola. Sus ojos quedaron maravillados y realmente estaba sorprendida.

Era una serigrafía de un joven pintor que se está dando a conocer, y que hacía llegar una muestra de su trabajo por si lo querían considerar para regalo a clientes o para colaborar para alguna actividad. La obra de arte era una puesta de sol en el mar, con sus tonos amarillos, anaranjados y algo rojizos, tenía un despliegue de colores en tonalidades de azul y blanco, sumulando un gran océano con sus olas, y unas siluetas de pájaros. Llevaba por nombre "Mares".

-"Esto es verdaderamente hermoso" decía con ojos vidriosos.

Se había propuesto no derramar más lágrimas, por lo menos ese día, pero ver esa imagen fue traer de vuelta los recuerdos de ella y Luisita viendo el atardecer, la playa, su olor, la brisa, sus labios, su calor, sus manos, su cuerpo, su mirada y su voz. Aquella dulce voz que muchas veces le dijo que la amaba, aquella que le dijo que no se fuera, aquella que le dijo que todo estaría bien, aquella que le hizo promesas, aquella que le dijo alguna vez "mírame y confía"...confía. Esa palabra que precisamente fue el punto de ebullición entre ellas la noche anterior.

Esa voz que despotricó palabras hirientes que hicieron un gran rasguño en su mente y en su corazón. Ella aceptaba parte de la responsabilidad, pero a la final no pasó nada y ella no lo iba a permitir tampoco, porque toda ella pertenece a una mujer hermosa que está a cientos de kilómentros.

Sería eso? La distancia? Ninguna había experimentado una relación a distancia anteriormente. Entonces, sabrían todo lo que se necesita para que funcione? Estaban dejando pasar algo que no se daban cuenta? Cómo manejarlo? Qué se hace en estos casos? Había leído en algún momento un artículo en internet que hablaba de las relaciones a distancia. La falta de cercanía y contacto físico, los horarios, la incertidumbre, la inseguridad, la soledad, la madurez y la disposición. No solo es tener cosas en común.

Miraba su celular por si había mensaje o llamada perdida, algo, lo que fuera, con tal de saber si ella estaba bien, pero nada. Y ella iba a respetar lo que sentenció la rubia aunque por dentro ya no pudiese más.

Una interrupción la sacó de el trance en el que había entrado sin darse cuenta.

-"Jefa, aquí está la presentación de presupuesto que me dijo Laury que te trajera. Le hice unas últimas correcciones. Si no tienes más cambios, nos vamos con esa versión para presentarla a la Junta de Directores" le dijo Alejandra, a quien cariñosamente todos le llamaban "Ale", y era quien manejaba los reportes financieros del departamento.

-"Sí, gracias Ale, le doy un último vistazo y te dejo saber si hay algún cambio"

-"Waooo! Que bonita serigrafía! La trajiste de Puerto Rico?" preguntaba sin imaginar lo que pasaba.

-"Ehhh no...no. Me acaba de llegar de un artista novel que quiere dar a conocer su trabajo" contestaba parcamente. -"Voy a revisar esto Ale, que ya mismo es la reunión de equipo. Hablamos luego, sí?" dijo de manera cortante.

Entre MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora