Capitulo XXII

801 120 22
                                    

[Klazu: me van a creer que me confundí, otra vez, con los números romanos y...¿creo que eh echo mas capítulos de los que creia?  ehe...]


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Comprendo



Stella hizo parar un taxi y dándole la dirección de la casa de Alice, quien era la que vivía a una estación de la casa Hanagaki, comenzó a desatarse el cabello y sacarse el cubrebocas, dentro del mismo taxi se intentaba arreglar un poco el cabello. Cuando llego a la casa de la escocesa pago el viaje y toco el timbre.



—¡Pensé que no llegarías!— le recibió Alice dejándola entrar, miro a los costados de la calle y al no ver a nadie cerro la puerta— ¡Rápido! Tengo tu ropa en mi cuarto, ¡Ve ya! —asintiendo Stella se saco los zapatos y corrió al cuarto de la pelirroja— Uff...—Alice se dejo caer en la entrada— ¡Para la otra dile a Hanae que te cubra!


—¡Hanae es mala para mentir!— se escucho desde el fondo de la casa


—¡Hay que enseñarle!—comento ilusionada la de ojos cobre a lo que preparaba los zapatos de Stella y guardaba los otros en su propio mostrador— ¡Mamá ya me esta..! A ya estas aquí— dejo de gritar al ver a su amiga ya vestida y poniéndose una calceta en un pie— Como te decía, mamá me pregunto por esos zapatos, les dije que eran tuyos y me lo emprestaste, ¿Te los llevo el sábado?


—Seria estupendo—sentándose en el piso de entrada Stella se coloco las zapatillas que uso en la mañana— Bien, estoy lista...¿Que tal?


Fel pe na baech erioed wedi gwisgo fel bachgen 20 munud yn ôl (como si nunca te hubieras vestido de chico hace 20 minutos) —Stella asintió entendiendo lo que su amiga le dijo— Ahora ve, intenta parar un taxi para llegar más rápido.


—Sip, de nuevo gracias, Alice, por soportarme cada locura


—Oi, para eso estamos las amigas locas—Alice despidió con su mano a Stella y esta partió corriendo a la calle principal en busca de algún taxi— Bien...—la pelirroja puso sus manos en la cintura— Para la otra le pediré que me presente alguna chica linda...



Como si fuera un milagro, o solo dando algún poco de probabilidad, un taxi paro y Stella se subió para darle la dirección de la casa Hanagaki. Cunado llegaron, ya habiéndole pagado al conductos, la pelinegra se adentro en casa encontrando a Yuzuha en el sofá mirando a la nada.

Reescribamos el FuturoWhere stories live. Discover now