CAPÍTULO VIII

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¿CUÁL ES EL SECRETO?

Un mes previo a la boda, Katia, la mujer que hallaron en la carretera, llamó desde México para confirmar su asistencia. Además, comentó que iría una semana antes para hacer turismo con su prometido y solicitó algunos consejos para disfrutar mejor de la ciudad Imperial. Uno de los lugares más bellos y visitados por los turistas que pisan territorio peruano.

En la lista que le sugirió su amigo no faltó la maravilla del mundo, Machu Picchu; la laguna Humantay como atractivo turístico natural al pie de una montaña del mismo nombre; los paisajes alto andino con variada flora y fauna camino al nevado Salkantay; la Montaña de los 7 Colores y por supuesto, el increíble Valle Sagrado de los Incas. Sitio que recomendó por su anterior visita en el cumpleaños de Tatiana.

 Sitio que recomendó por su anterior visita en el cumpleaños de Tatiana

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Dato: Montaña de 7 colores

Dato: Montaña de 7 colores

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Dato: Laguna Humantay

De esta forma, cuando Katia llegó a Cusco junto a su pareja, empezó su recorrido con grandes paisajes. Cumpliendo su sueño de acampar a la hermosa vista ofrecida por el cometa, siendo su última parada de turismo, el hermoso Valle Sagrado.

   —Creí que nos quedaríamos toda la semana. Aún hay mucho que conocer —reclamó su prometido.

   —Lo sé, cariño. Pero mañana es la boda y hoy ya nos perderemos las despedidas de solteros —respondió Katia ingresando a un hospedaje.

   —Siendo sinceros, fue mejor una noche acampando bajo las estrellas de este Valle, que una noche bailando en un antro.

Llegaron a la recepción de un hospedaje, pero no había habitaciones disponibles, por el exceso de turistas en esas fechas. Ahí conoció a Brisa indirectamente, cuando bajó a entregar las llaves de su habitación distraída en una llamada que la tuvo tan concentrada, que pareció no haberlos visto. Katia, por otro lado, sintió curiosidad, porque mencionó estar camino al aeropuerto y que se quedaría en la capital para comprar su ropa especial para una boda.

   —Iré en avión hasta Chimbote. No te preocupes, llegaré a tiempo —dijo saliendo del lugar.

El encargado entregó la habitación a la pareja y su prometido subió el equipaje, mientras ella pensaba si lo que escuchó fue mera coincidencia. Se perdió tanto en ello, que no escuchó cuando la llamaron. Fue cuestionada, pero no respondió, solo siguió hacia el mercado en busca de un recuerdo que llevar a México.

PROYECTO APOCALIPSIS ©Where stories live. Discover now