PROYECTO APOCALIPSIS ©

CAPÍTULO XV

EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

Trataron de sobrevivir con su propia aventura, en grupo o en solitario, así como las tres señoritas que pasaron la noche encerradas en la casa de su amigo. Las que, ciertamente, después de que presenciaron el ataque que involucró a los abuelos, no tuvieron más interés por salir. Parker consiguió un sartén y lo sostuvo con la intención de defenderse si la situación llegaba a complicarse. Ella se convirtió en la vigía y esperó recostada a un lado de la puerta. A su vez, Amalia, decidió refrescar su cuerpo dándose un baño de agua fría y Vania, que traía las secuelas del alcohol, empezó a beber mucha agua.

   —Me sorprendió que te dejaran venir conmigo cuando eres una pequeña —dijo Vania.

   —Es verdad. Convencer a mis padres no fue fácil, porque apenas cumplí la mayoría de edad. Sin embargo, en cuanto les mostré la invitación... mamá decidió apoyarme.

Vania caminó al sofá y se acostó.

   —Me pregunto si en México también pasó esto. Estoy tranquila, porque sé que mi esposo no dejará que le pase nada a nuestro pequeño —giró su cuerpo en dirección a Parker—. Aunque ¿sabes? Las cosas no iban muy bien últimamente, por eso vine a esta boda. Scott hace que las personas superen sus momentos difíciles con su compañía... y me hizo bien.

   —Supongo que todos los que vinimos de tan lejos compartimos la misma emoción. Sin duda tiene un don para agradarle incluso a las personas que preferimos estar solas.

   —No sé quién es más afortunado, pero admito que su esposa es muy linda —suspiró suavemente—. Ese vestido blanco y el ramo de girasoles combinó perfectamente con lo especial de la ceremonia.

    —Resplandecieron tanto que me pregunto si los dioses se sintieron celosos —se levantó sin dejar su "peligroso" sartén y observó el exterior a través de la ventana—. Convirtieron el día más feliz de su vida, en el más triste de todos.

En medio de su charla, Amalia llegó semidesnuda sosteniendo algunas prendas para que sus amigas la ayudaran a decidir cuál sería la mejor opción para su outfit. Una playera o un top negro que extrajo del armario de la esposa de su amigo. Desde el sofá, Vania señaló el top, mientras que Parker reclamó el hecho de tomar la ropa sin consentimiento, no obstante, el sonido de un auto estacionándose en el patio interrumpió ese momento.

La manija de la puerta fue manipulada y las chicas se escondieron temerosas detrás del sofá. La puerta se abrió y escucharon pasos acercándose, por lo que Parker preparó su poderoso sartén para llevarlo a la acción. Aunque se relajaron pronto, pues se trató de la familia de su amigo.

Logan, otro de los hermanos menores de Scott, cuestionó por la muerte de sus abuelos y Amalia lo acompañó a la parte trasera de la casa para contarle lo sucedido. Así tuvo la oportunidad de conocer a la mascota de la familia, el viejo Káiser, un rottweiler que dormía plácidamente en su pequeño patio. Su química fue buena desde el principio, y pudieron continuar la conversación que dejaron a medias durante la boda, mientras alguien parecía observarlos.

    —¿Tomaste la ropa de Tatiana? Te queda muy bien.

   —No debiste pedir que me quedara.

   —¿Crees que algún dios me escuchó y mandó el apocalipsis para que te quedaras? —la vio a los ojos—. Ahora mismo, lo único que tiene sentido es que sigas aquí, conmigo.

   —¿Y si morimos este día?

   —Entonces, moriré sabiendo que tuve la oportunidad de enamorarme de ti.

Por otro lado, en la sala, su madre esperó la llegada de Erik y su esposa, porque se separaron durante el ataque de Molly y determinaron su casa como punto de encuentro. De pronto, hubo noticias en la puerta y Parker, siendo precavida, se cercioró de que no fueran enemigos. Descubrió que eran las dos madres de familia, Marian y Yuleydy, junto a sus pequeñas hijas y las dejó ingresar. La mujer se levantó de inmediato para recibirlas, pero vio cerrar la puerta y no encontró a su hijo. Su nuera se acercó a informarle que Erik regresó a rescatar a las invitadas que quedaron atrapadas en el local donde realizaron la fiesta, con el fin de honrar la promesa que hizo a su hermano.