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En un jardín lleno de vida, fiel reflejo del paraíso, Dios caminó junto a Cerbero, un tierno cachorro muy distinto a lo que se vio en la batalla de la Tierra. Llegó hasta el pie de un árbol y encontró a Zoe, que ahora era una adolescente.
—¿Otra vez estuviste manipulando esa realidad? —dijo comiendo una fruta del árbol.
—¿Cuál es el problema? ¿No soy acaso la nueva encargada del universo? —respondió escribiendo en su libreta—. Castigaste a mi padre al sufrimiento eterno. Lo postraste de rodillas y lo abandonaste en medio de un desolado planeta Tierra.
—Eres rencorosa. Han pasado 100 años desde entonces
—¿100 años de sufrimiento te parece poco? —interrumpió sin quitar la vista de su escritura—. He aquí la historia que siempre deseó. Soy la hija de un humano y no soy perfecta como quisiste, pero ahora yo tengo el poder y no volveré a dejar que lo lastimes.
Extendió sus manos y distintas imágenes aparecieron frente a ella. Los distintos universos donde su padre fue protagonista e intentó encontrar a su madre. En algunos enfrentó a la mafia, en otros a demonios e incluso vivió como un detective; todas estas historias escritas por diversión de Cosmos e incluso la más dolorosa, donde Sunshine vagó solo medio de la nada culpándose día a día por la muerte de todos los amó.
—Este es tu universo, Diosa Sirio —dio media vuelta—, por eso no olvides que Lucifer volverá pronto.
Cosmos la dejó sola y ella seleccionó una de las imágenes para reproducirla como si de una película se tratara. En la escena elegida, la hija de su padre cumplió diez años y en medio de su fiesta tomó el control para dar un discurso con mucho dominio y actitud.
—Encontrar el amor verdadero, debe ser difícil. Supongo que pronto lo sabré, pero entiendo que conquistar a mamá fue una gran hazaña —dirigió su mirada hacia sus padres—. Es tan linda como un girasol, y papá siempre es tan divertido. Sin duda fue como la luz del Sol que le dio dirección a mis días.
Enseñó un libro que su padre escribió para ella.
—He visto el nombre de mi padre en muchos libros —sonrió para él—. Es un nombre muy común en la literatura. Sin embargo, mi nombre es muy común en los libros que él escribió, porque los hizo para mí y lo sé, tengo un nombre maravilloso. Soy Zoe Inoue, y significa "buena vida" porque mis padres lo eligieron con todo su amor y sabiduría.
En la vida encontraremos múltiples perspectivas y muchas veces buscaremos en ellas la solución a nuestros agobiantes problemas. Sin embargo, siempre seremos nosotros los que decidimos ser el Girasol o el hijo del Sol en la historia de amor que queremos escribir con nuestros actos. Solo no olviden esforzarse por encontrar una conexión tan grande y profunda que les permita amar en todos los universos.
Scott Campos, Proyecto Apocalipsis.
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Si quieres conocer como fue el primer final, ve al siguiente apartado.
