CAPÍTULO XVIII

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LA PRIMERA TROMPETA

Se trató de un grupo de pandilleros liderados por un coronel de la policía nacional. Los cuales se refugiaron en el estadio aprovechando que era un lugar estratégico frente al centro comercial, facilitando así su acceso a saqueos, en lo que proclamaron su territorio. Tenían miembros suficientes para matar zombis en el exterior e ingresar a otros, en busca de lo necesario. Instalaron trampas en la zona B y C, porque estos resguardaban alimentos y de esa manera evitan que zombis o humanos se acercaran.

El desafortunado hombre apenas consciente fue bajado de la trampa, pero otra fue la historia de su compañera. Al pisar la soga y ser atrapado, otra trampa de cuchillos se activó y fueron disparados contra Teresa, resultando con uno atravesando su pecho y otro cortando su yugular. Se ahogó en su sangre y murió después de algunos minutos frente al coronel, que la vio con lástima y pasó a responder una llamada de radio.

    —¡Hemos perdido a cuatro integrantes! —informó una voz femenina con sonidos de disparos de fondo —. Muchos zombis salieron de repente y cruzaron la puerta secundaria. No creo que podamos resistir más tiempo.

Al escuchar el reporte, levantó su mochila y ordenó arrojar el cuerpo de la mujer por el balcón hacia el patio del centro comercial. De esta forma, los zombis serían atraídos y dejarían la escalera libre para llegar a la zona A, con todo el alimento obtenido para el mes. Con la poca fuerza que tenía, Ronaldo pidió que se detuvieran al ver como arrastraron el cuerpo ensangrentado de su amiga, pero fue ignorado y cargado en hombros para ser llevado al estadio.

   —Hay quienes tuvieron la mala suerte de no agradarle a los escritores que planearon el apocalipsis de Dios —encendió un cigarro—. Esos infelices que escriben nuestros destinos como psicópatas, deben estar divirtiéndose ahora.

   —No sabía que creía en Dios, Coronel —dijo el hombre que cargó a Ronaldo.

   —Mi querido amigo. Mira a tu alrededor y responde ¿quién si no es Dios tiene el poder para castigarnos de esta manera?

Era una ironía, estaban enfrentando sus deseos en una realidad, cobrando vidas y llevando a su especie al borde de una extinción segura. No obstante, la vida antes del apocalipsis, también podría considerarse igual, porque muchos humanos no encontraron la razón de su existencia y desearon la muerte. Desearon el fin de una sociedad donde los jóvenes vivían refugiados en la tristeza y el llanto, con adultos más preocupados en sus deudas, que en su salud mental. Algunos se suicidaron y otros se ahogaron en las drogas o el alcohol... anhelando día a día que el injusto mundo donde les tocó vivir, se terminara.

Esta vez el caos ofreció una nueva oportunidad a quien lograra sobrevivir. Una guerra con probabilidad de fortuna limitada y con la muerte asechando a quienes les daría los finales más trágicos y sangrientos. Un apocalipsis donde se puso a prueba corazón humano y su egoísmo cuando la situación demandó cuidar de otros. Momentos en los que tuvieron que decidir entre hacer, sacrificarse o traicionar con tal de un día más de vida, porque ¿realmente podrías confiar en tus amigos en medio de un apocalipsis?, ¿o ahora estás lleno de dudas?

Por otro lado, en la ciudad de Huarmey, el paisaje era desolador al medio día. Los cadáveres adornaron sus calles y los zombis se formaron como un ejército esperando una orden de quien yacía en pie sosteniendo a Jeremías por el cuello. Sin duda un espectáculo del gore con escenas de violencia y sangre derramada por un hombre previamente torturado, al igual que Katia. No quedó ningún secuaz de Jeremías, todos fueron masacrados y unidos al ejército de zombis. A su vez, Katia intentó escapar arrastrándose con el rostro irreconocible por todo el daño que recibió de su pareja.

   —¿Qué intentabas recrear en este lugar? ¿Un falso concepto utópico? —le apretó más la garganta y reflejó satisfacción—. Los humanos jamás podrían ser Dios ni, aunque reencarnaran en sus siete vidas. Son pequeños y frágiles como tú, Jeremías.

PROYECTO APOCALIPSIS ©Where stories live. Discover now