Carretera Panamericana Norte Km 438. Ciudad de Chimbote.
Durante los primeros seis meses del Apocalipsis, los sobrevivientes Chimbotanos usaron el lugar al que denominaban "pulmón" de su ciudad para crear su propia zona segura. Anteriormente, este fue un atractivo turístico muy visitado por sus diversas zonas recreativas, su lago lleno de peces, sus pequeños bosques con animales, sus piscinas, entre otros. Se le conoció como "Vivero Forestal" y aquí se reunió todo aquel que llegó guiado por los carteles que un pequeño grupo de exploradores se encargó de colocar en cada una de sus salidas.
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Dato: Vivero Forestal de Chimbote.
Entonces, para febrero del 2026, los familiares de Sunshine llegaron guiados por un explorador llamado Pedro. El cual los encontró cuando Tatiana presentaba sus primeras contracciones, y los condujo hasta la entrada principal de la zona segura. Llegaron con la puesta de Sol, y sin importar su estado, los encargados solicitaron una revisión antes de recibirlos. El grupo no se opuso, sin embargo, la fuente de la gestante se rompió y fue ingresada con urgencia a la zona médica. Una vez dentro, el resto del grupo quedó sorprendido al encontrar una comunidad funcional con equipo médico y tecnología para llevar a cabo el parto.
La noche llegó y por primera vez se registraría una tormenta eléctrica en la historia de Chimbote, además de que los zombis se reunieron para deambular de forma extraña en los alrededores del vivero. Un suceso peligroso que obligó al encierro de sus moradores y que dañó el trasformador producto del impacto de un trueno, teniendo como consecuencia un apagón total. Solo se escuchó los gritos de la mujer saliendo de aquella casa que remodelaron como un hospital. La hija de Sunshine llegaría pronto.
—Consigan algunas lámparas y mantengan el área iluminada —dijo el doctor—, y solo por curiosidad ¿Alguien aquí tiene conocimientos médicos?
Nicole levantó su mano y se acercó, al ser una enfermera. El médico colocó sus guantes y solicitó prepararse para una posible cesárea, ya que Tatiana no dilató lo suficiente. De pronto, después de observar un poco el lugar, Erik no pudo evitar preguntar por qué era el único médico disponible en una comunidad tan grande.
—No era el único. Mis colegas se han ido suicidando durante el último un mes. Una verdadera tragedia ¿No lo creen?, pero quizá no soportaron la presión de ver tantos heridos a diario y, sobre todo, el tener que atenderlos sin medicina —inhaló y exhaló—. Porque ya os advierto que esta mujer alumbrará sin anestesia.
Acto seguido, los espectadores se retiraron para dejar al médico y a la enfermera atendiendo el parto. No obstante, Erik se quedó a esperar preocupado por el bienestar de la familia de su hermano. Se mostró ansioso, pero su esposa intentó animarlo mientras cubría con una manta a su hija que permanecía dormida sobre una silla.
