CAPÍTULO XXII

58 13 6
                                    

¿TODOS SOMOS ENEMIGOS?

Durante la noche del 28 de agosto, después de ver la silueta de los corceles en el cielo. El grupo conformado por Amaype, Dimitri, Fátima y la hija de Nicolás estuvieron deambulando por la ciudad con la intención de unirse con el resto de grupo. Así, después de mucho y siendo guiados por Catalina, encontraron a Edyn dentro de los baños públicos. Se notó cansado y hambriento, luego de haber escapado de los zombis guiados por Molly.

La niña corrió a sus brazos y Fátima le ofreció una botella de agua junto a una bolsa de papás fritas que robó en el camino. Edyn comió desesperado, generando que el agua y residuos de papitas cayeran por los lados de su boca.

   —Eso es asqueroso —dijo Fátima con gestos que evidenciaban su desagrado—. ¿Dónde quedaron tus modales?

   —No existen modales cuando uno muere de hambre.

De pronto, Catalina empezó a llorar conmoviendo al hombre que dejó de comer para darle consuelo. Ella se alejó de su padre cuando los zombis se dispersaron en la madrugada, sin embargo, Nicolás le confió su cuidado a Dimitri sin pensar que al extranjero se le complicaría volver a encontrarlos. Edyn la abrazó con ternura y prometió llevarla con su padre, ocultándole el accidente que sufrió durante el rescate a las extranjeras. Catalina limpió sus lágrimas y le regaló una sonrisa, acto seguido, continuó devorando hasta la última fritura de la bolsa que logró dejarlo satisfecho temporalmente.

Se acercó a Fátima y besó su mano agradeciendo el amable gesto de alimentarlo, lo que causó que sus mejillas se sonrojaran. Por otro lado, Amaype y Dimitri discutieron la mejor opción para seguir moviéndose, ya que fue fácil descubrir que los zombis representaban una gran amenaza durante la noche.

   —Considero que la mejor opción es encontrar un lugar cómodo para pasar la noche —sugirió Edyn—. Hay algunos hoteles cruzando la doble vía. Es mejor que descansemos un poco.

   —Ahora que lo dices —Fátima se olió las axilas—, necesito bañarme y cambiarme esta ropa.

Abandonaron el lugar con sigilo extremo y evitaron a los zombis. De pronto, el guía se detuvo al divisar una bombilla encendida en el segundo piso de un local de comida rápida y sugirió una parada antes de llegar a su destino. Una propuesta peligrosa que fue rechazada por la argentina, aunque eso muy poco le importó y se acercó a la niña para ofrecerle algunas reglas antes de cruzar hacia el otro extremo de la calle.

   —No lo veas como una imprudencia —opinó el ruso—. Tiene miedo como cualquiera, pero intenta mantener la esperanza en esa niña. Dime, ¿Qué será de los niños si los adultos caemos en la frustración?

   —Además, todos tenemos hambre, ¿Verdad? —dijo Amaype apoyando el plan.

La mujer caribeña, que siempre resaltó por su sensualidad, se cansó de sus zapatos de tacón y se los quitó. Luego, rompió parte de su vestido con el fin de obtener más libertad de movimiento, pero a su vez dejó expuesto los muslos que envolvieron en fuego la entrepierna de su prometido. Edyn no fue la excepción y tragó saliva bruscamente ante tal despampanante figura, lo que pronto cambió cuando una celosa Fátima dejó caer su chaqueta manchada en sangre y expuso su mejor arma... una cintura digna de pasarela.

   —Entonces, ¿Solo tocamos la puerta y pedimos la carta? —dijo uniéndose a la idea.

   —Quizá tengan consideración al vernos con una niña —respondió Amaype revisando las municiones de su arma—, no obstante, es mejor tener un plan B por si nos echan a disparos.

Edyn, tenía una altura aproximada de 180 cm. Era delgado y carecía de liderazgo, sin embargo, era excelente, pasando desapercibido. Sobrevivir al apocalipsis no sería tan difícil para alguien tan escurridizo como él, pero su situación cambió al tomar la mano de la hija de su mejor amigo. Ahora tenía que ser más cuidadoso para no caer en la visión de Molly, la cual estaba seguro de que aún deambulaba libremente por la zona. Ante esto, anticipó el peor escenario y solicitó a la niña correr hacia el local por ayuda en caso sea descubierta por los zombis, pero ella no quiso obedecer su petición.

PROYECTO APOCALIPSIS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora