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Bienvenido(a) a esta historia, espero que la disfrutes ✨
¿Podrías hacerme un favor? Vota en los capítulos que lees, es que los lectores fantasmas bajan un poco los ánimos en ocasiones  :( Espero que no te moleste ❤️
Con amor, Rosi.

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Todos en algún punto de nuestras vidas nos volvimos adictos a algo

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Todos en algún punto de nuestras vidas nos volvimos adictos a algo. Yo al trabajo, a los libros, a los estudios. Me pareció la mejor manera de sobrellevar la perdida de mis padres.

Fallecieron en mi cumpleaños número dieciocho en un accidente de auto, iban camino a mi fiesta. Creo que eso es lo que lo hace más doloroso, tal vez si no hubiera hecho nada para celebrar, ellos seguirían aquí conmigo.

Pero de eso se trata la vida, ¿no? De suponer que si hubiéramos hecho las cosas diferentes, el resultado hubiera sido otro.

Puede que hubiera sido una de las razones por las que decidí estudiar medicina, me consuela la idea de que, aunque no salve a mis padres, podría salvar muchas otras vidas.

Era residente y cursaba mi último año, estaba especializándome en cirugía cardiovascular. El corazón era algo que siempre me había llamado la atención, el cómo funcionaba, el cómo este estaba formado y si el mismo podía romperse a causa de un dolor demasiado fuerte.

Y comprobé que si era posible, pero no por mí, porque aunque el dolor de la muerte de mis padres me perseguiría toda la vida, era un dolor que me impulsa a ser mejor cada día.

Lo hice con una mujer de cuarenta años, Raquel Black. La conocí en mi primer año como residente, ella y su esposo tuvieron un accidente automovilístico y tristemente él falleció. Un año después, Raquel estaba aquí en emergencias por un ataque al corazón, la misma fecha en que su esposo había fallecido. El dolor de la perdida la fue consumiendo con el paso de los días, hasta el punto que le rompió el corazón. Literalmente.

La ingresaron a cirugía de inmediato, era la única residente libre en ese momento y me tocó ser la ayudante del Dr. Jhosua D' Souza. El mejor cirujano cardiovascular que había en el hospital, mi mentor. Gracias a eso Raquel sobrevivió y hasta el día de hoy era como una abuela para mí.

Y eso me demostró que el corazón, además de ser un órgano muy interesante, si es capaz de romperse, pero solo si el dolor era verdadero y en este caso si el amor de tu vida se iba de tu lado.

Todos los días presenciaba actos de amor puro en el hospital, era ese tipo de amor que a pesar de que el momento era difícil no se rendía, simplemente luchaba hasta el final.

Siempre he admirado eso, el luchar por una persona. Yo por lo único que había luchado era para pasar el semestre y sí que me había costado.

El hospital era otra cosa a lo que me volví adicta, pasaba la mayor parte del tiempo en este lugar y cuando no era así, estaba en casa con mi nana.

En manos de un mafioso © Libro 1 || [Disponible Físico y E-book en Amazon]Where stories live. Discover now