En manos de un mafioso © Libro 1 || [Disponible Físico y E-book en Amazon]

Extra: San Valentín

Esto sucedió unos meses antes de que Anastasia quedara embarazada

Espero que lo disfruten

Con amor

Rosi💙

...

París.

Caminábamos por las calles tomados de la mano, las personas pasaban a nuestro lado sin prestarnos la más mínima atención. Se sentía bien no estar bajo el ojo del todos por un día entero, disfrutaba lo que hacía, pero era agotador.

Alexei me había sacado de la cama ayer por la noche, me subió al auto y en menos de treinta minutos estuvimos en la pista privada. No me había dicho a donde íbamos o lo que estaba pasando.

Pero mis preguntas obtuvieron respuesta al ver la Torre Eiffel con mis propios ojos, nunca había estado en París y él me había traído para celebrar nuestro primer San Valentín juntos, en un lugar donde muy pocas personas sabrían quienes éramos en realidad.

Miro su perfil, los rizos caían despreocupadamente por su frente, estaban un poco desordenados debido a que las últimas horas de vuelo estuve acariciándolo mientras tenía la cabeza sobre mi pecho.

El sol los hacía parecer de oro, rizos de oro, también hacía resaltar el color de sus ojos. Llevaba la camisa con los primeros dos botones abiertos, lo que dejaba a la vista una parte de su pecho donde se veían algunos de los tatuajes que tenía.

Nuestros anillos relucían mientras caminábamos, le gustaba tomarme de esa mano porque así podía jugar con mis anillos cuando estaba pensativo o hablaba por teléfono.

Llegamos al hotel al amanecer, dormimos toda la mañana o al menos yo lo había hecho. Alexei se la había pasado acariciando la piel desnuda de mi espalda o las hebras de mi cabello.

Pasamos varias calles hasta llegar a lo que parecía ser una clase de palacio real, las personas entraban y salían en grandes multitudes. Miro a Alexei buscando su mirada, pero él ya la tenía puesta en mí y una pequeña sonrisa estiraba la comisura de sus labios.

—¿Dónde estamos? —el brillo en sus ojos me tenía atrapada, era hermoso, pero lo era aún más cuando estaba feliz, y sin duda ahora lo estaba.

—En el museo D'orsay. —vuelvo a mirar la estructura.

Su sueño desde niño había sido visitar este museo, aquí exponían una gran colección de pinturas, pero en específico 27 de Vincent Van Gogh, su pintor favorito.

—Oh, Alexei. —los ojos se me llenan de lágrimas al recordar las palabras que me dijo la noche que me hablo de este museo.

«—¿Por qué nunca fuiste? —pregunté.