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Me había quedado sin palabras al verla con ese vestido, se veía como la reina que estaba destinada hacer, la reina que quería a mi lado por el resto de mi vida

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Me había quedado sin palabras al verla con ese vestido, se veía como la reina que estaba destinada hacer, la reina que quería a mi lado por el resto de mi vida.

Me había arriesgado hacer rechazado por ella cuando le pedí que me dejara pintarla y aunque no había dicho que sí, tenía la esperanza de que algún día me dejara.

Sentir su cálido cuerpo contra el mío mientras bailábamos me reconfortaba y me preocupaba un poco que fuera tan evidente lo que me hacía sentir, la miraba con todo el amor que me daba miedo expresar, aunque ella decidiera alejarse de mí después de que todo se arreglara yo la observaría desde las sombras y la cuidaría.

Nunca la dejaría ir, al menos no de mis recuerdos de nuevo, porque si ella quería irse la dejaría hacerlo, nunca la retendría contra su voluntad, nunca haría algo para dañarla. Dejarla ir de nuevo sería lo más doloroso que podría hacer en mi vida, pero si ella era feliz entonces yo podría vivir con eso.

El amor no era egoísta, el amor no tenía por qué quitar cuando podías usarlo para darle felicidad a esa persona que amas.

Había escogido esta canción por su letra, era como me sentía. Si fuera tan sencillo como chasquear los dedos entonces muchas personas lo harían para borrar esos recuerdos que por más hermosos que fueran nos lastimaban, yo no necesitaba tiempo para olvidarla, yo necesitaría la eternidad para hacerlo y aun así no creía ser capaz de hacerlo.

Veía ridículo cuando algunos mafiosos perdían la cabeza por sus mujeres, era estúpido pensar que hombres como nosotros tendría la oportunidad de ser felices cuando todo a nuestro alrededor no era más que muerte y destrucción.

Entonces estaba la pregunta, ¿Alguna vez sería feliz? ¿Habría algo más para mí que muerte?

La respuesta se hallaba entre mis brazos, Alina era mi felicidad y ella tenía el poder de apagarla con tan solo una mirada suya, ella era mi paraíso, ella era el cielo al que se me negaría la entrada cuando muriera.

¿Pero condenaría su alma solo para yo ser feliz?

Eso era algo que únicamente ella decidiría, si me aceptaba yo pondría el mundo a sus pies y haría lo que sea que ella me pidiera, pero si se iba el mundo ardería, Alina traía esa humanidad que se encontraba bajo cimientos de oscuridad y si se iba se la llevaría con ella. Pero nunca podría un dedo sobre ella, eso sí, acabaría con todo aquel que intentará destruirla.

La canción termina y se separa un poco para mirarme, se quedaría conmigo toda la noche y me prometí a mí mismo comportarme.

—Me duelen los pies. —susurra, estaba cansada, podía verlo en sus rasgos.

—Ven. —la llevo a la silla y la siento.

Me arrodillo frente a ella y comienzo a desamarrar los cordones en su pierna derecha, cuando termino le saco el tacón, masajeo su pierna y su pie para aliviar el dolor.

En manos de un mafioso © Libro 1 || [Disponible Físico y E-book en Amazon]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon