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Los pitidos del monitor que mide los signos vitales, me despierta, no sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente, pero era de noche, podía ver las luces de la ciudad a través del gran ventanal

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Los pitidos del monitor que mide los signos vitales, me despierta, no sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente, pero era de noche, podía ver las luces de la ciudad a través del gran ventanal. La habitación en la que me habían puesto, era demasiado grande, era una de las habitaciones VIP. ¿Cómo era posible que me hubieran dado una de estas habitaciones? No tenía el suficiente dinero para pagarla y no era lo suficientemente importante como para que me la dieran.

Seguía vestida con la misma ropa que llevaba la noche anterior, me levanto y tomo asiento en la orilla de la cama. Me desconecto del monitor para ponerme de pie, cuando salgo al pasillo, este se encuentra solo y tranquilo, bueno, a excepción por un hombre armado que estaba sentado frente a la puerta de mi habitación.

—Señorita Klara, ya despertó. —dice poniéndose de pie.

—Supongo que lo hice, ¿Por qué estás aquí?

—El Sr. Voronin me pidió que la cuidara.

¿Cuidarme? ¿De qué demonios tenía que protegerme?

—No necesito que me cuiden, ahora... ¿Cuál de los dos Voronin te lo pidió?

—El Sr. Dimitri, señorita.

Tenía que ser una broma, no recordaba mucho de lo que había pasado, le lleve un café, después hablamos y luego... nada.

—¿Dónde está ahora?

—Venga sígame, la llevaré con él.

Seguimos por el pasillo hasta llegar al ascensor, debíamos de estar en el penúltimo piso, pero lo que no entendía era porque todo estaba tan silencioso.

—¿Dónde están todos lo que deberían estar aquí? —pregunto.

—El Sr. Voronin ordeno que este pasillo estuviera vacío y que nadie podía subir sin su autorización.

—¿Por qué se toma tantas molestias conmigo?

—Eso no lo sé, señorita.

—Dime Alina, por favor, ¿Cómo te llamas?

—Harry, señorita.

—Bueno, es un gusto, Harry.

Antes de que pudiera responder se abren las puertas del ascensor, la diferencia de este pasillo y donde había estado, es que este tenía un guardia cada cinco pasos. Creo que me ofendía un poco que solo hubiera puesto un guardia para mi protección.

—¿Quién demonios son los Voronin Harry?

—Esa es una información que no puedo darle, Alina.

Con un demonio, yo misma le preguntaría a esos dos quienes eran en realidad.

—¿Dónde están?

—Última habitación, la esperaré aquí.

Me volteo para mirarlo cuando ya había avanzado unos pasos.

En manos de un mafioso © Libro 1 || [Disponible Físico y E-book en Amazon]Where stories live. Discover now