31

31.4K 1.8K 78
                                    

 30 de Julio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

 30 de Julio

Un fuerte dolor de cabeza me impide al abrir los ojos, no recordaba mucho después de haber sido inmovilizada, antes de salir de los túneles ya había perdido la conciencia, me habían drogado o me noquearon.

La humedad en el lugar era asfixiante, mi cuello dolía por permanecer tanto tiempo en la misma posición, mis manos estaban atadas por detrás de la silla donde me encontraba, al igual que mis piernas.

El irritante sonido de una puerta siendo abierta me pone a pitar los oídos, hago una mueca al saber que si me habían drogado. Varias pisadas comienzan a escucharse en la habitación. Había visto las suficientes películas como para saber lo que vendría.

—Si van a torturarme, háganlo de una puta vez. —digo, mi voz se escuchaba rasposa y no se parecía nada a la mía.

—Así que su alteza ya está despierta. —un par de manos callosas me toman del cuello obligándome abrir los ojos a pesar del dolor. Lucas Moretti me miraba con una sonrisa triunfante en su asqueroso rostro.

—Para mi desgracia sí. —no les daría la satisfacción de verme asustada, lo estaba, pero no les daría un espectáculo implorando por mi vida.

—Bueno, supongo que podemos empezar, pero antes, ¿puedo ofrecerte algo? ¿Un vaso de agua quizás? —no había más que burla en sus palabras.

—Pues sería muy considerado de tu parte cerrar la maldita boca. —provocarlo no era muy inteligente de mi parte, pero prefería hacer eso que echarme a llorar.

—Veo que tienes tu armadura bien puesta, veamos cuanto te dura. —un par de hombres me tiran un balde de agua fría encima, lo que hace que la camiseta se me pegue como una segunda piel dejando muy poco a la imaginación, quiero vomitar cuando se me quedan viendo los pechos—. Eres doctora, ¿no?

—Cirujana, pero te perdono el error.

—Bueno, supongo que sabes lo que le pasa a un cuerpo cuando es sometido a descargas eléctricas, ¿no?

Tenso cada músculo de mi cuerpo al comprender, me torturarían con electricidad y ciertamente alguna parte de mí lo vio venir.

—Se supone que eres el mafioso más peligroso de Italia y lo más original que se te ocurre es electrocutarme, te tenía altas expectativas, Lucas. —estoy segura de que si Alexei me viera ahora, me pediría que cerrara la boca, pero algo que aprendí el tiempo que pase con él es a no hacerlo nunca—. ¿Y por cierto donde estamos?, supongo que no seguimos en Rusia.

—Supones bien, estamos en Italia. Y respondiendo a tu acusación, electrocutarte solo es un medio para lograr mi objetivo. —toma asiento en una silla frente a mí y me mira—. Los mafiosos son débiles cuando se trata de su mujer y me pregunto qué hará Alexei al ver como estas siendo torturada. Lo más posible es que haga algo estúpido que terminara costándole tu vida.

En manos de un mafioso © Libro 1 || [Disponible Físico y E-book en Amazon]Where stories live. Discover now