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Me había dolido, lo aceptaba, quizás porque lo veía como un amigo a pesar de todo

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Me había dolido, lo aceptaba, quizás porque lo veía como un amigo a pesar de todo. Alexei era una persona cerrada que solo dejaba entrar a quien creyera digno, Anastasia había sido una de esas personas, y aunque me dolía un poco estaba feliz porque había encontrado a su alma gemela.

Posiblemente, la mitad de la población en este mundo consideraban ridículo pensar que teníamos un alma gemela, pero por más que yo no encontraba la mía creía fervientemente en ellas.

Todos fuimos enviados a este mundo a luchar, a sobrevivir y a sufrir, pero la vida o el universo por lo menos tuvo la decencia de no enviarnos a esta batalla solos.

Después de nuestra conversación, Alexei cayó dormido, en cambio, yo no pude pegar ojo el resto de la noche por los pensamientos que no me dejaban y la preocupación de que alguna otra pesadilla decidiera hacerse paso por su mente, pero no hubo más interrupciones y durmió como un bebé.

En cuento salieron los primeros rayos del sol, Alexei se levantó de la cama para ducharse y yo aproveché la oportunidad para estirarme en la cama como una estrella de mar, su lado olía a él y a perfume, sin duda este hombre tenía un olor adictivo. Estaba acostumbrada a levantarme temprano, pero las últimas semanas había disfrutado de dormir hasta tarde, aunque no mentiría, extrañaba mi trabajo y la rutina. Y si algún día todo regresaba a la normalidad, tendría que iniciar de nuevo las pasantías, ya que había faltado a las últimas semanas de práctica.

Me acomodo bajo las sabanas y me dispongo a dormir, me sentía tan cómoda aquí que podría pasar todo el día durmiendo sin problema, ¿Sonaría ridículo si decía que me sentía segura al lado de un mafioso? Porque era así.

Transcurren varios minutos hasta que escucho que abren la puerta del baño, aunque mi cuerpo entero me exigía que diera un vistazo, decidí que si quería mantener a mis hormonas a raya debía contenerme y no pasar esa línea.

La vida en ocasiones ponía pruebas demasiado difíciles.

Escucho como se pasea de aquí para ya, mientras el sueño va ganando terreno, la colonia que utilizaba me llegaba a lo lejos al igual que sus pasos que se detienen a mi lado y luego siento como el colchón se hunde.

—Alina. —una de sus manos toca la mía dándole un pequeño apretón.

—¿Qué? —digo, con voz soñolienta.

—¿Vas a quedarte aquí? —Asiento como respuesta—. ¿Puedo pedirte algo?

Asiento de nuevo.

—Me gustaría que cenaras conmigo esta noche, ¿aceptas? —Asiento, sin darle importancia, quería dormir—. Pasaré a recogerte a las ocho. Descansa, принцесса. —deja un tierno beso en la comisura de mis labios y se va habitación, dejándome sola en ella con el corazón acelerado.

Le había aceptado una cena a Alexei Voronin sin percatarme de ello.

La muerte podría venir por mí y la recibiría gustosa.

En manos de un mafioso © Libro 1 || [Disponible Físico y E-book en Amazon]Where stories live. Discover now