Capítulo 8

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(este es un capítulo especial)

Serkan





Camino por el pasillo. Es la quinta vez en estas tres semanas que venimos al hospital. Prefiero huir de las palabras, a aceptar el destino. No estoy para escuchar como bajan los putos brazos mientras que mi hija se niega a hacerlo.

Justo entonces, caminando sin mirar más allá del suelo, me choco con alguien. Al subir mi mirada, me encuentro con la de ella. Tiene ojeras y está demacrada.

-¿Pia? ¿Qué pasa? ¿Qué tienes?

Ella separa sus labios pero no dice nada. Por el contrario, toma mi mano y me aleja del pasillo para entrar a otra área. Subimos las escaleras y caminamos otro tanto.

-Lleva dos días sin decir ni mu. No me habla, no me cuenta, estuvo inconsiente hasta esta mañana, pero es.....es otra-suelta atropelladamente.

-No entiendo, ¿De quién hablas?

-Hazal, la chica que cuida tus hijos. Es mi mejor amiga, vive conmigo. El otro día vino su madre y mi ex le abrió, ella....es una hija de puta. Una maldita perra sarnosa, tarada infeliz. Pero es que claro ¿En qué demonios pensaba? ¿Desde cuándo aquí esta mujer tiene buenas intenciones? Él le abrió, pero yo no la eché cuando se me dió la oportunidad. Y míranos, así acabamos, ella internada por una intoxicación y la estúpida vivita y coleando-su respiración está agitada. La rapidez con la que habló la dejo obviamente sin aire.

-¿Dónde está?

-Allí-señalo con su dedo la puerta a nuestra izquierda-. A ver si tú logras que diga algo. Porque yo ya no sé qué más hacer.

Se sienta sacando su móvil. Seguramente le hablaría a su ex, pese a que se separaron, no solo tienen un hijo en común, sino también que, a comparación de mí, ellos acabaron en buenos términos.

Ingreso a la habitación en silencio. Ella está mirando hacia la ventana. Cruzada de brazos y con el ceño ligeramente fruncido.

Enojada.

<<Furiosa, que no es lo mismo>>

-Hazal-la nombro apenas y ella voltéa a verme rápidamente. Sus ojos se abren por el impacto, supongo que no es normal vernos más allá de mi casa, y menos en nuestras fachas. La veo ponerse roja antes de cubrirse con la manta hasta la cabeza.

-¿Qué haces aquí? Vete, no estoy linda. Quiero decir.... presentable, no....es correcto que me vea así. Es más, ni siquiera debí tratarlo de tú ¡Dios mío es mi jefe! Estoy demacrada, y fea e impresentable, por favor, salga.

«Creeme, podrás levantarte con el cabello deprolijo o unas ojeras enormes. Y me seguirás pareciendo hermosa»

-Da igual, Hazal, ¿te crees que me importa? Déjalo. Y por favor, trátame de tú, ya te lo dije. Tengo treinta y tres, no ochenta.

-¿Cuándo cumple los treinta y cuatro? Digo, así está más cerca de esos ochenta.

Rio sin poder creer la conversación que llevamos. Le envío un mensaje a Chanel preguntándole cómo está mi hija, y cuando me muestra una foto de mi niña, sonriendo, bloqueo el móvil y me acerco a su camilla.

-Los cumplo dentro de dos meses. Ahora hazme el favor de quitarte la sábana y verme. Quiero decirte que hago aquí, pero viéndote a ti, no una sábana blanca y quién sabe si bien lavada.

Logro mi cometido, se la quita y nos miramos directamente. Su cabello es castaño claro. Ondulado hasta por debajo de los hombros. Sus ojos miel, y sus labios finos y rojos. Aunque ahora tenía ojeras, y su piel pálida, seguía pareciendome atractiva.

-¿Y bien? ¿Qué hace aquí?

-Haces-corrigo-. Mi hija está internada.

-¿Qué?-se sienta abruptamente-Auch-lleva su mano a su sien, pero no le presta mucha atención -¿Qué le pasó?

-Lo de siempre -lo digo como si fuera lo más normal del puto mundo, cuando ni siquiera debería ser así -. Su corazón se detuvo, no podíamos hacer mucho en casa, así que la trajimos rápidamente. Ahora está despierta.

-¿Pero está bien? ¿Cuándo volverá?

-No lo sé-acabo cabizbajo.

Estira su brazo hasta apoyar su mano en la mía y elevo mis ojos hacia ella.

-No estás solo, lo sabes, ¿no?

Porque incluso ella sabe que las cosas no van bien. Una falla cardíaca jamás va bien. En cualquier momento su corazón deja de latir y ya está, no hay vuelta atrás. Nada está bien, ni lo estará hasta quien sabe cuándo. Lo único que me queda, es el ahora.

-Yo....-me separo y ella se pone incómoda -necesito volver, está en la área de pediatría, por si quieres ir luego.

-De acuerdo.

-De acuerdo. Entonces.....hasta pronto.

-Hasta pronto-termina en un susurro y yo salgo dejándola atrás.

Hazal ✅ (# 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora