Les dejo un adelanto de lo que se viene.
πππππππ
Daxen
—¡No! ¡Joder, no me puedes hacer esto!—sigo con las compresiones, pero no hay resultados.
—¡Ahí viene la ambulancia!
Yo lo intento tres veces más, las lágrimas siguen cayendo de mis ojos. Sorbo mi nariz y le ruego a quien sea que me escuche, si existe un puto Dios, o el maldito universo mismo, que la salve, que no muera.
—¡A un lado!—me ordenan.
—¡Daxen! ¡Detente!—me aleja Victor.
—¡Suéltame!—intento safarme pero no lo consigo.
—¿Cuánto llevaban haciendo esto?
—¡Que importa!—puedo notar la vena en mi frente —¡Haga algo!
—Calma—susurra mi mejor amigo.
—Veinte minutos —contesta una persona equis.
—Llama al hospital, y...
—¡Tiene que salvarla! ¡Tiene que intentarlo!
—¡Daxen!—se acerca mi amiga y me abraza de atrás.
—¡No! ¡Déjame! ¡Suéltame!—suplico con lágrimas desbordando mis ojos—¡Tiene que salvarla! Ellos ti-tiene que salv-salvarla.
Veo como la suben a una ambulancia.
—Tengo que ir con ella—les digo con la voz quebrada y sin fuerzas—Tal vez...tal vez yo pueda hacer algo—los miro—. Pu-puedo hacerlo, de verdad. Déjame ir—suplico al darme cuenta que no lo hará —Por favor....
—Lo siento, amigo.
