Capítulo 31

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Hazal

El transcurso a la casa es silencio. Cada tanto volteo a ver a Serkan que aprieta el manubrio con ira.

—Deten el auto—ordeno al ver cómo comienzan a caerle lágrimas—¡Detén el puto auto!—exijo siendo consciente de que el que no pueda ver, nos perjudica.

Él me hace caso, aparca el coche a un lado y se quita el cinturón. Baja cerrando la puerta con fuerza. No demoro en acompañarlo a dónde sea que vaya.

Veo como se acerca a los arbustos que había, y suelta un sollozo.

Voy tras él dejando, en silencio, mi mano apoyada en su espalda.

Grita. Maldice. Y yo logro contener mis lágrimas. Me pongo delante de él y elevo su rostro con mis manos en sus mejillas.

Su llanto desesperante me destruye completamente. Veo como pierde el equilibrio y sin soltarlo, caemos al suelo de rodillas.

—¡¿CÓMO HAGO?!—me mira—¡¿CON QUE PUTA CARA LE VOY A DECIR A MI HIJO QUE SU HERMANA NO VOLVERÁ?! ¡¿CÓMO LE VOY A DECIR A UN NIÑO DE SEIS AÑOS QUE SU HERMANA MURIÓ?!

Muerdo mi labio inferior y mi barbilla tiembla.

—No estás solo—quito sus lágrimas con mis dedos—. Estamos juntos en esto, ¿de acuerdo? Lo haremos los dos. Primero lloraremos, y vamos a maldecir y querer mandarlo todo a la mierda—digo con mi voz rota—. Pero una vez que subamos al coche, no más lágrimas. Una vez en casa. No más lágrimas. Y cuando hablemos con Daxen, permitirnos llorar, porque no está mal, pero dejar que él se descargue. Nosotros estaremos ahí para contenerlo.

Me deja un beso en los labios. Solo los junta, no más que eso.

Permite que las lágrimas hagan lo suyo. Y se descarga todo lo necesario. Yo estoy ahí, consolándolo, y una vez que logra recomponerse lo suficiente, emprendemos rumbo a la casa.

••••¢••••

Abre la puerta y tomo su mano entrelazando nuestros dedos.

Creí que iba a estár preparada para hacer esto, pero al ver a Daxen supe que no, no soy tan fuerte.

—¡Papi!—se acerca con una sonrisa y emocionado—Mira. Vi un vídeo en internet de como dibujar bien, y lo hice ¿Crees que a Lexie le gustará? Yo pienso que sí, lo hice con amor.

«Deja de hablar, cielo. Deja de hablar»

Miro a Serkan luego de que apretara mi mano.

—Corazón—digo yo agachándome—. Tu papi y yo  necesitamos decirte algo muy importante, y necesito que nos escuches con atención, ¿podrás con eso?

—¿Está feo?—lo mira— ¿Por eso lo dices? ¿No le gustará?

Ahogo un sollozo y cierro mis ojos. Doy una profunda respiración y  vuelvo a mirarlo.

—Es un hermoso dibujo, y sé que le encanta.

—¡Sí!—festeja dándome un abrazo—. De acuerdo, estoy listo para que me digan eso.

—Vamos a mi oficina —Serkan extiende su mano y el niño la toma sin dudar.

Me levanto siguiéndolos detrás. Una vez los tres dentro, cierro la puerta.

Aúpa a su hijo y se sienta con él en su falda. Yo me coloco a su lado.

Con las palabras que practicamos en el trascurso hasta aquí, comenzamos a contarle lo sucedido. La sonrisa que llevaba consigo va desapareciendo con cada palabra.

—Hijo, Lexie...Ella estaba disfrutando de un par de días, siendo feliz, haciendo muchos dibujos,  conociendo a más gente, y...

—¿Entonces? ¿Se puso malita? ¿Hay que buscarla en el hospital?—mis ojos se tornan aguados.

—No exactamente, ella....—papá se detiene , y veo como sus lágrimas caen.

Daxen me mira en busca de respuestas. Sus ojos ya están aguados.

Pero no me da tiempo de explicar más, que él solo acaba por comprenderlo.

—¿Está.... muerta? ¿Eso quieren decir?....¿Murió?

Yo me quedo en silencio. A veces me olvido de lo inteligente que son los niños.

—Es broma.

La negación. Ya estaba preparada para esto.

—No es verdad.

—Daxen....

—¡No es cierto! ¡Papi, no es cierto! ¡Deja de mentir! ¡¿por qué eres así?!

Baja abruptamente de su regazo tirando el dibujo.

—Hijo...

—¡Eres un mentiroso! ¡Te odio! —golpea con sus pequeños puños el pecho de su padre—¡Ella está bien! ¡Va a volver! ¡Tiene que volver!—grita entre lágrimas.

—Lo siento, mi niño—no sé de dónde saqué la voz.

Serkan lo abraza pero su hijo no cede con los golpes. Veo como lo aferra más a él en lo que ambos lloran.

No quiero tener hijos. No me gustan los niños y me odian.

No sé en qué momento pasé a ser parte del abrazo.

Quiero hijos, pero adoptados. No me gustan los niños, excepto estos tres soles, que tuve el privilegio de conocer y tratar. Y no me odian, y no los odio.












•••••

PD: Uno de los capítulos que más me ha dolido escribir. ¿De verdad creyeron que no vendría con todo? ¿Lloraron? Me encantaría saberlo.

Y gracias por acompañarme en esta historia ❤️

Hazal ✅ (# 1)Where stories live. Discover now