Hazal
Es increíble, realmente increíble como la vida pasa rápido, los días volando, los meses. Es decir ...al menos para mí fue así. Sentí que los días eran cortos y por eso la velocidad.
Creí que, todo iría de maravilla. Tenía un trabajo que no me desagradaba(no le diré a nada, obviamente). Los niños me caían bien.
Habían pasado tres días desde que estaba en el hospital y, pese a que quería volver a trabajar, Miss. Pia, me obligó a quedarme en cama.
¡A veces esa mujer es tan exagerada!
Odio estár quieta, me siento inservible. Pero no voy a negar que, al menos los primeros días, fueron divertidos.
—Pues ya está—ingresa el ex de mi amiga.
Detalle importante. Ex que se sigue follando con mi amiga, y aún así, siguen siendo compinches. Es algo así como.....amigos con derechos. Se dan como si no hubiera mañana. Agradezco que usen protección. No quiero más niños aquí y sé que la fábrica cerró para Pia.
Aún así, es como un integrante provisorio, a veces se queda por un par de horas, y otras puede que por semanas. Y ahora lleva días. Empeñados en ayudarme con mi madre.
—La loca recibió denuncia y Rhett consiguió una orden de alejamiento, para ella y toda tu familia de allí.
Rhett era(según mi amiga) el abogado más respetado de su bufete, y, como toda lengua larga, se rumoreaba que tenía algo con su secretaria. Ellos no tuvieron más remedio que aceptarlo, cuando unas fotos se filtraron de ellos, saliendo de un edificio. Se subieron al coche y ya pues, al no arrancar, y que la chica pasase de verla a ...ya no. Bueno, todos sabemos lo que sucedió allí dentro.
—Agradezco a ese hombre, pero de verdad espero no ver a ninguno.
—Pagaron la fianza de Santiago—suelta él—. Está libre.
¿Por qué no siento nada? ¿Por qué no me afecta?
—La manipuló.
—¿Qué?—preguntan a la vez.
Me tiro hacia atrás dejando todo mi cuerpo apoyado en la cama y miro al techo. No soy capaz de verlos a ellos. Me da.... vergüenza.
—Eso sí, estoy...nerviosa—juego con el cierre de mi cazadora.
—No te preocupes, tú déjamelo a mí.
—Me dijo lo que tenía que hacer, la posición en la que debía estar, cada vez entendía menos. Pero.... él era el experto. Yo solo una pobre ilusa que perdió su virginidad con un imbécil. Mi peor error, hacerlo porque es normal entre parejas. Pero....yo no quería, no realmente, pero tenía miedo de que, si le decía que se detenga, él se enojase.
Ambos están en silencio y sumamente concentrados en mis palabras.
—Y no me hagan seguir, yo....solo quiero que sepan que es un idiota, y a esa clase de gente es mejor tenerla lejos—concluyo poniéndome de pie y así, encerrarme en el servicio.
Prendo la ducha para hacerles creer que me bañaré, pero es muy en vano, ellos me conocen a la perfección.
—Deja de gastar agua y ven aquí, que ya nos conocemos—habla él.
Salgo nuevamente. Otro Dato. A él lo conozco desde que estudiaba con nosotras, por cosas de la vida, mis amigos se dieron duro por años hasta que un día, hace casi un año, pues....estaban borrachos cuando se dijeron que tener un hijo a los veinte era buena idea. Estaban tan empedados que dijeron "A darle " Ángel, producto de una decisión de borrachos.
