Capítulo 51

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Serkan

Caminamos con nuestra vaso de café. Al final no corrimos, lo suplantamos  por algo rápido. Algo que involucra nuestros cuerpos desnudos, yo dentro de ella. Movimientos que....

—¿Lo has oído?

Salgo de mi ensoñación cuando su voz me trae de regreso.

—¿Qué?

—Escucha—pone su dedo índice en la boca para que me calle y entonces oigo lo que ella.

La acera está vacía. No hay nadie.  

No dudamos en acercarnos a las bolsas de basura, que es de dónde provenía el llanto.

Automáticamente empezamos a romperla,  encontrándonos con un bebé que ni siquiera se le había caído el cordón umbilical.

Ella lo alza y yo me quito el abrigo para cubrirlo del frío.

El niño llora descontroladamente y no duda ni un segundo en ponerlo contra su pecho, algo que incluso hizo con Aiden, eso la calmaba, y extrañamente acá pasó lo mismo.

—Ya, mi vida.

—Hay que llevarlo a un hospital —digo en lo que le marco a Chanel para que se quede con los niños.

Su llanto disminuye y veo la concentración que lleva Hazal por calmarlo.

Lo afirmo. Es la mujer de mi vida.

—Está muy sucio, y apesta—dice medio bromeando ante la sangre que hay en su cuerpo.

Largo una pequeña risa y ella sonríe también.

—Vamos antes de que le dé algo.

Entonces es cuando veo como ella me extiende mi abrigo, desabrocha su campera y se la quita para limpiar un poco al niño.Abre los botones de su camisa y apoya contra su piel a aquel niño completamente desnudo. Luego lo cubre con su vestimenta, y vuelve a tomar mi abrigo para arroparlo por completo.

—He oído que necesita el calor de la madre cuando nacen, o pueden agarrarle hipotermia, yo....no lo sé....no sé hace cuánto está aquí, así que, solo....¿Qué?—me mira extrañada—¿Qué pasa? ¿Qué tengo?

—Nada, solo.....Eres increíble—sonrío.

•••••••¢•••••••

—¿Papi?

—¿Mmm?—no abro mis ojos

—¿Qué le pasa a mamá?

—¿Qué?—me siento rápidamente.

—Está en el baño y no puede respirar.

Me levanto de golpe.

—De acuerdo, Aiden, ve a la cama, gracias por avisar.

Voy con ella a pasos rápidos y la encuentro hiperventilando en una esquina.

—Ey, preciosa—me acerco a ella de manera veloz.

—Tenía...me-media h-hora de na-nacido.

La rodeo con mis brazos apoyando su cabeza en mi pecho.

—E-estaba....

—Mi amor, mirme —la separo acunando sus mejillas —. Llegamos a tiempo, ¿sí? Hiciste lo correcto.

Hazal ✅ (# 1)Where stories live. Discover now