Capítulo 38

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24 de diciembre





Hazal




¡Feliz cumpleaños a mí! Bonita forma de festejarlo. Jamás se los dije, claramente ahora no lo haré. Aún no nos recomponemos del todo.

Abro la puerta de la habitación de Lexie, hace mucho que no entraba, y en esta ocasión, me pareció perfecta.

Recorro con mi mano cada centímetro del lugar. Cierro mis ojos viajando al pasado, a esos momentos en los que estuvimos juntas. Sus palabras. El pedido que me hizo. Y yo lo estúpida que fui al no poder cumplirla.

Me siento en su cama y puedo jurar que aún perdura su perfume.

Al ponerme de pie dispuesta a irme, acabo por marearme, así que me veo obligada a volver a sentarme.

<<Teniendo en cuenta que no tomas suficiente agua como te han pedido. Y últimamente ni te molestas en comer. No esperes menos>>

Me recuesto en su cama y abrazo su peluche favorito.

Sí, soy una masoquista de mierda. Cierro mis ojos ante el cansancio. Elvira no trabajaba, y tanto Serkan, como Chanel y Daxen, fueron al centro comercial por no sé qué. Aiden dormía y aproveché también hacerlo, teniendo en cuenta que anoche no hubo forma de calmarlo. Sus llantos eran tan potentes al punto de que Serkan se levantó preocupado.

••••¢••••

¡Le arruinas la vida a todo el mundo!—grita mamá desde la puerta de mi habitación. No dejo que pase, es mi lugar.

¡Dime algo que no me hayas dicho!

¡Cuando tengas hijos vas a entenderlo!

Pero, ¿qué tengo que entender realmente? ¿Por qué denigrarlos? ¿Por qué hacerlos sentir mal? Inservibles, estorbos. No, si algún día tengo hijos, voy a estar bien alejada de eso. Lo juro.

Pero....¿realmente sería buena madre? Tooooodo lo que conlleva serlo, ¿Realmente sería buena? ¿Serviría para ese papel? ¿Y si soy como mi mamá?

<<Machista. Arcaica. Homofóbica. Prioriza a las personas antes que animales. Y, como bonus, juzga sin conocer, solo por como se viste, hasta llamó zorra a Mo, de Lemonade Mouth y todo por usar aquel hermoso vestido. No, Hazal, estás lejos de serlo, eres lo opuesto a ella>>

Cierro la puerta abruptamente y me tiro en mi cama, escondiendo mi cara en la almohada.

Soy tan tonta, ¿por qué no puedo hacerle la vida sencilla a la gente? ¿Por qué tengo que ser un grano en el culo para los demás?

No. Soy. Buena.

Abro mis ojos al escuchar el sonido de un coche estacionar, y luego la voz de Daxen.

Me levanto, ya mejor, y bajo a tomar un poco de agua antes de saludarlos.

—¡Hazal!—se cuelga en mis brazos.

—Hola—lo levanto llenándolo de besos—¿Cómo ha ido?

—¡Bien! Le pedí a papá si me podía comprar un nuevo juguete de Marvel y así tener la colección, pero me dijo que debía pedírselo a Santa.

—Pues ve a escribirlo ya, antes de que comienze la vuelta por toooodo el mundo.

Baja y corre a la sala de juegos donde tiene un pequeño escritorio.

—Hola—Serkan me besa y no nos alejamos.

—¿Alguna vez escucharon el no se come frente a los pobres? Porque es justo lo que están haciendo, egoístas.

Nos separamos sonriendo, y él rodea mi cintura con una mano pegándome a su cuerpo. Dejo mi cabeza en su hombro y Chanel nos mira como si nunca en la vida hubiera visto a dos personas abrazándose.

—¿Se te perdió algo?

—Sí, creo que me olvidé esta parte de la historia—nos señala a ambos—. Ya están juntos¿o qué?

—Estamos juntos—afirma él con precisión.

—¡Sí!—se acerca a mí—¡Al fin voy a poder decirte cuñada!

Rio por su ocurrencia, pero no voy angera que muy en el fondo, yo también esperaba lo de Serkan.

—No perdamos tiempo, y comencemos a cocinar antes que se haga tarde.

Y eso hacemos.

Dos horas después, estamos poniendo la mesa para cenar al fin.

Daxen habla hasta por los codos de como fue su día. Y prefiero esto, y las risas, antes que el silencio.

Miro la mesa de la que soy parte de formar. Chanel en la punta mientras interactúa con Daxen. Aiden sentado en el banquito de bebé a mi lado, y Serkan tomando mi mano.

Todos llevando una conversación, comiendo, hasta que fue la hora de dormir.

Serkan lleva a su hermana hasta su departamento, dado que insistió en irse. Para mí que algo trae entre manos.

Al volver, yo ya estoy en la cama, cubierta por una sábana y tapada hasta el cuello con el edredón.

Escucho la puerta abrirás y en menos de nada él está desvistiéndose. Se me hace agua la boca al ver aquella acción que hace y es natural. Mis labios vaginales hacen lo suyo, dándome la clara señal que quieren ese cuerpo, arriba del mío.

Se acuesta y nos quedamos mirando. Me acerca a su cuerpo y quita su playera quedando semidesnudo. Mi cuerpo está pegado al suyo, lo suficiente para que mis pezones se eleven y el lo note.

—Feliz navidad—susurra en mi oído y noto como su mano va hasta mi entrepierna y traspasa la tela de mis bragas.

Y aquí vamos otra vez, omito el detalle de que hoy, es mi cumpleaños. Mejor guardármelo, además este es el regalo perfecto.

Dejo mi cara enterrada en su clavícula, a la vez que mueve sus dedos en mi interior logrando sacarme un gemido.

Me muevo ayudándolo a llegar al punto exacto que me gusta, aunque él ya lo sabe. Su otra mano deciende hasta debajo de mi espalda apretando mi trasero. Me separo para mirarlo en el momento justo dónde me besa.

Cómo claramente no puedo quedarme atrás, y su miembro jodiéndome, soy también yo, quien lleva su mano hacia allí abajo, dándome cuenta de que sacó sus boxers en algún momento indescifrable. Los movimientos que lo traen loco, y que a mí también me exita.

—Bonito regalo—digo una vez que terminamos y ambos acabamos complaciendonos mutuamente—Feliz navidad.

Besa mi cabellera dejando su boca ahí, y yo caigo dormida escuchando el latir de su corazón.

Hazal ✅ (# 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora