Capítulo 17

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Perdón por no subir antes, me dolía mucho el brazo y mi mano ( y no, todavía no tengo turno al otro médico)





Hazal


—¿Por qué? ¿Se te acercó? ¿Te conoció? ¿Intercambió palabra contigo? ¿Te amenazó? ¿Te dijo algo? No le creas y...

—Calma—me detiene.

Recién ahí soy conciente de lo atropellada que he hablado, y los nervios que mantenía. Mi pecho sube y baja con rapidez y el temor hace que mi cuerpo tiemble.

¿Y si dió con ellos? ¿Y si sabe quiénes son? ¿Y si les hace algo?

—Soy una idiota—mascullo clavando mis uñas en la palma de mis manos—. Tarada. Debí quedarme en la casa, jamás debí salir, tendría que haberme quedado encerrada, todo era más fácil.

—Ey, Hazal, alto. Detente.

—¡No lo entiendes!—me levanto con ímpetu dejando que el llanto colapse—¡No sabes nada! ¡Él es peligroso! ¡Puede hacerles daño!

—Tranquila—intenta acercarse pero yo retrocedo.

Soy un peligro. Soy un peligro para ellos. Para todos.

—¡Cuidado!—intenta agarrarme pero es tarde, ya estoy en el suelo y con los vidrios exparcidos a mi alrededor. Rompí su pequeña mesa.

Todo pasa en cuestión de segundos. Los momentos de aquella noche vuelven a mi mente. Ellos saliendo del armario luego de caerse. Yo expuesta.

Otro recuerdo, esa misma noche. El departamento era un caos, y yo estaba ahí, juntando cada pieza de vidrio. Me corté en el proceso, pero, ¿qué más daba? Me iría al día siguiente, él definitivamente me perdió, que se meta por el culo sus malditas amenazas.

—¡Hazal!

—¡Déjame!

—Tienes que salir de ahí, permite que te ayude—me extiende su mano.

Él no es Santiago. Él no me hará daño.

<<No, serás tú quien terminará haciéndolo>>

—Por favor...

—No—me levanto sola y tropiezo. Es él quien claramente detiene mi caída—. Por favor, no. Solo....—miro las palmas de mi mano. Sangre.

—Aguarda, voy por el botiquín.

—¡Ni mierdas! ¡Aléjate!—lo empujo.

«Perdón»

—¡Renuncio! ¡Me largo!—lo señalo—¡Y ni se te ocurra buscarme, Serkan! ¡Juro que te denunciaré! ¡Aléjate de mí! ¡Tú y tu familia!

«Porque como les intente hacer algo, no me lo perdonaré jamás»

—¡Hazal!

Grita, pero yo ya estoy saliendo de su oficina. No miraré hacia atrás o podría retractarme, y esto es suficientemente malo como para involucrarlos.

La imagen que me encuentro al salir es la de sus dos hijos más grandes. Daxen con sus ojos rojos y llorosos. Lexie confundida.

—Lo siento—vocalizo en silencio antes de pasar por su costado y salir de esa casa.




••••¢•••••


Llevo tres días sin ir al trabajo, nuevamente me quedo aquí, en mi casa. El único lugar en el que no estoy en riesgo.

Hazal ✅ (# 1)Where stories live. Discover now