Capítulo 25

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Hazal

¿En qué momento esto se convirtió en una obligación y no en una satisfacción? Lo amo, amo escribir, siempre se me dió bien, solo que....estos últimos años le puse todo el empeño. En fin, ahora es diferente. Siento como si....como si estuviera bloqueada, como....como si nada fuese suficiente.

Okay. Me abro ante ti, querida laptop. Total, equis, esto queda aquí.

—Nunca serás suficiente.

¿Y si no lo soy? ¿Si realmente no lo soy ni lo seré?

Escribo. Amo escribir. Pero....creo que últimamente lo hago por obligación, más que por gusto. Eso no hace más que generarme bloqueos e inseguridades.

No, no es como que dejo de leer, me aislo de todo. Sigo leyendo, y es por eso mismo que dejé de escribir, porque veo que hay tantas autoras, o autores, que.....¿En qué momento decaí a esto? ¿En qué momento dejé de disfrutar esto que, primeramente me llenaba? ¿Qué pasó? ¿En que fallé?

—¿Qué haces?

Rápidamente cierro mi laptop, llevando tooooda mi atención al moja bragas.

¿Debemos cambiar de apodo?

<<Neh, ese está bueno>>

—Escribo. ¿Tú? ¿Acabaste con la reunión?—me levanto acercándome a él.

—Sí....—carraspea.

Mierda, ¿Hice mal en acercarme? ¿Cometí un error al rodear mis brazos alrededor de su cuello?

Me separo al instante.

¡Tragame tierra!

—¿Qué sucede?

<<¿Qué más da? La has cagado>>

—Quiero....—rasca su cabello con nerviosismo y me causa ternura—¿A dónde vamos?

—No entiendo.

—Quiero besarte dónde sea.

—Ya lo haces —arqueo una ceja con picardía.

—Me refiero a...a darte un pequeño beso frente a los niños. O...

—Ser más que solo sexo.

—Quiero asegurarme de que fui lo suficientemente claro anoche. ¿Quieres lo mismo que yo? ¿Dar el siguiente paso? Porque necesito saberlo. Saber si vamos en la misma dirección o solo quieres algo sin compromisos.

<<Ca. Ra. Jo>>

—Y-yo....es decir...este que....

—Ya...—asiente luego de que callara—. Menos mal que lo aclaramos.

Sale de su recámara y no sé por qué demoré tanto en ir tras él. Bajo las escaleras a toda velocidad alcanzándolo en el vestíbulo, antes de ingresar al pasillo para seguramente ir a la cocina.

—¡Para, hombre!—lo tomo de su brazo.

Él se detiene y gira a mirarme. Supongo que espera respuestas, pero no puedo darlas, así que solo me lanzo a besarlo. Besarlo de verdad. Por suerte no me aleja, muy por el contrario, me toma de la cintura pegándome a su cuerpo. Yo llevo mis manos hasta enredarlas en su cabello sin intención de terminar esto. Quiero quedarme así, con su lengua dentro de mi boca, siguiendo los movimientos exactos para hacer de este beso, único. Pero....

<<Siempre hay peros>>

—Ew—se escucha la voz de Daxen.

Ambos nos separamos como si hubiéramos estado haciendo algo malo. Y, para mí suerte —o desgracia—, él grita.

Hazal ✅ (# 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora