Capítulo 6- El peor de todos los días

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Estoy todo el viaje pensando en ese beso... aunque realmente no ha sido un beso, ha sido un pico, un ligero roce entre nuestros labios, inconscientemente llevo mi mano al reloj, sonrío, ha sido muy bonito que me haya dado el reloj... y por eso Marcus me lo quitara y lo romperá... miro la hora, mierda, diez minutos. Bajo del autobús y voy corriendo de la parada a "casa", todavía tengo cinco minutos, entro y Marcus me mira, me quedo estática, no sé qué decirle.

-Tienes cinco minutos para hacerte la maleta, si no ya conoces el castigo. - subo a mi cuarto lo más rápido que puedo, si, se cual es el castigo, una paliza e ir en el maletero del coche todo el viaje.

Entro al cuarto y hago la maleta, solo ropa negra, como siempre que tengo que hacer algo con él o con Daemon. Meto la rosa debajo de una tabla rota, se que ahí no la encontraran, o al menos eso espero, me quedo el reloj para tener un recuerdo al que aferrarme cuando lo esté pasando mal. Bajo con la maleta.

-Ya estoy, señor.

-Pues venga- me coge del brazo, sabe que la herida sigue ahí, así que aprieta con fuerza-. Te la traeré en una semana. - me saca y me mete en el coche, en la parte trasera, me tira la maleta encima, el maletero solo es por si no le hago caso, lo peor de todo es que la maleta se vendría conmigo.

~∆~∆~∆~

Ya ha pasado una semana, sinceramente he echado de menos a Jayden, cada vez que miraba el reloj me acordaba de él, de Anne y de esa última tarde en la que él y yo nos besamos... digo... en la que los tres pasamos un buen rato jugando al fútbol. Marcus aparca en un área de servicio.

-Baja- le hago caso y él me vuelve a coger del brazo, la herida a sanado, no sé cómo, pero ha sanado, así que hace mas presión aun, para que yo haga lo que él quiera sin rechistar, me lleva lejos, a un sitio cubierto por los arboles, mala señal.-. ¿Qué te ha parecido esta semana?

-No tan mala como pensaba...- mierda, soy imbécil, ahora me pegara más.

-Pues no te acostumbres, y como no te quiero dejar con las ganas, te daré lo que esperabas- antes de que pueda decir nada veo el cielo y noto como mi pelo y mi cuello se manchan de tierra, Marcus pone un pie en mi pecho-. ¿Qué prefieres? ¿Los brazos o las piernas?

-Me da igual... termina ya. -cierro los ojos esperando los golpes, pero el cabrón no me pega, solo me mira, abro los ojos, esta sonriendo, le gusta ver mi miedo, se alimenta de eso, del miedo que le tienen las personas, del temor que les infunde.

Me relajo, pensando que solo me quería asustar o que solo me va a meter en el maletero con mi maleta, pero ese es mi segundo error. Noto que el pecho se me va a romper, ¿Por qué? muy fácil, Marcus está apoyando todo su peso en el pie que me está pisando, sé que si cierro los ojos será peor, es lo que me ha dado a entender, así que los mantengo abiertos. Noto golpes por todos lados, demasiado duros para que me este pegando calzando un zapato normal, son los de punta de acero, seguro. Un golpe en el coxis y dejo de sentir las piernas, demasiado fuerte para poder aguantarlo, en el momento en que noto que me voy a desmayar Marcus me levanta, me duele todo. Miro mi ropa, esta manchada de tierra y sangre, además de algo rota, no sé de donde sangro, pero me da igual.

- ¿Divertido?

-Súper. - tercer fallo, la llevo clara.

-Al coche, ya- me lleva a rastras hasta el coche y cuando me monto me prohíbe atarme el cinturón, que bien-. ¿De quién es el reloj?

-De nadie...- sabia que esto pasaría... me lo va a quitar... y lo va a romper... como todo.

- ¿De dónde lo has sacado?

-Me lo ha dado... mi mejor amigo. - bueno, no le estoy mintiendo del todo.

-Dámelo, no lo vas a ver más.

Yo soy la asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora