Capítulo 20- ¿Que Daemon ha hecho que?

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-Narra Alice-
Hace rato que Daemon se ha ido y aun no vuelve, bajo a la sala y me siento en el sofá, después de estar tanto tiempo en mi cuarto es agradable bajar, pero mejor si no está Daemon, no quiero que me ande diciendo que cene o algo así, pronto oigo la puerta.


-Hola Ali.

-... Hola...

- ¿Qué quieres cenar?

-Nada... me voy a dormir...

-Come algo al menos, llevas sin comer desde el viernes. -subo, ignorando su comentario, solo quiero dormir por siempre jamás, me tiro en la cama y caigo dormida en cuestión de segundos.

Noto que algo se inca en mi estómago y luego un fuerte golpe de mi espalda contra el suelo, abro los ojos y me encuentro en mi antigua habitación, veo a Marcus, y me levanto, haciendo caso a sus órdenes silenciosas, miro el reloj que lleva Marcus en la muñeca, las ocho.

- ¿Qué quiere?-con suerte hoy acabara todo, con suerte me matara y todo acabara.

-Pasar un buen rato viéndote sufrir-se acerca a mí y los veintidós años por los que me supera dejan su huella en mi cuello, empiezo a toser, pero no me resisto, si todo acaba ahora sufriré mucho menos, y si no demuestro signos de dolor Daemon no sufrirá los momentos anteriores de mi muerte, solo después de la misma, veo una sonrisa macabra dibujarse en los labios de Marcus-. ¿Sabes lo bien que sienta? Hacerte sufrir poco a poco, cortándote la respiración, tu bien sabes que en cualquier momento puedo matarte, pero que no soy tan simple, que si te mato, ira una tortura antes de que empieces a divisar siquiera lo que es la muerte-hace más presión en mi cuello, suficiente como para matarme si tuviese cuatro años o así-. Verte sufrir es uno de los placeres que me da la vida-hace más presión, suficiente para matarme si tuviera diez años, entonces algo en mi cabeza vuelve a funcionar, no puedo dejar de pelear por querer dejar de querer a Jayden, mis manos atacan las de Marcus, intentando apartarlas de mi cuello, pero el solo sonríe-. No tienes fuerza para eso-una de sus manos se va de mi cuello y saca una navaja de su bolsillo-, pero yo tengo fuerza más que suficiente para esto-acerca la navaja a mi hombro y yo forcejeo más, noto como la punta del cuchillo se hunde en la piel de mi hombro y grito todo lo que puedo, pero dudo que alguien más allá de Marcus pueda haberlo oído-. Aguarda, aún hay más. -gira el cuchillo y noto como se rompe la punta, haciéndome gritar, noto como todo el aire de mis pulmones desaparece lentamente y una niebla empieza a cubrirlo todo, empezando por los bordes de mi campo visual hasta que casi no veo nada, entonces noto que Marcus me suelta, pero no a su favor, ya que lo último que oigo son las frases del principio y el final de una pelea.

- ¡Padre ya vale! ¡La vas a matar!

- ¡Esa era la idea estúpido!-veo como coge a Daemon igual que me tenía a mi cogida- ¿Qué tal si pruebas tú lo que le tenía preparado a ella?-lo siguiente que oigo es un grito de dolor por parte de Daemon y luego, nada, tampoco veo nada, dejo de sentir, aunque hago de todo por intentar moverme.

Cuando despierto estoy en el cuarto de Daemon, me miro el hombro y veo que la herida esta desinfectada y sanada, con una gasa sujetada con esparadrapo a modo de tirita, me levanto y voy al cuarto de invitados, no hay ni rastro de Daemon, y aunque me gustaría darle las gracias, no tengo fuerzas, y es tarde, así que, si no está matando a alguien, estará durmiendo en otro sitio, me tumbo y antes de poder taparme caigo dormida, como por culpa de un hechizo.

-Ali...-noto la mano del propietario de la voz moverse por mi mejilla, pero yo no reacciono, así que vuelvo a oír la voz- Venga preciosa, tienes que ir a clase. -me incorporo y veo a Daemon con un vendaje en el hombro, me sonríe y baja para que yo pueda vestirme y esas cosas, cuando bajo me acerco a él y le doy un beso en la mejilla.

Yo soy la asesinaWhere stories live. Discover now