-Narra Alice-
Hace rato que Daemon se ha ido y aun no vuelve, bajo a la sala y me siento en el sofá, después de estar tanto tiempo en mi cuarto es agradable bajar, pero mejor si no está Daemon, no quiero que me ande diciendo que cene o algo así, pronto oigo la puerta.
-Hola Ali.-... Hola...
- ¿Qué quieres cenar?
-Nada... me voy a dormir...
-Come algo al menos, llevas sin comer desde el viernes. -subo, ignorando su comentario, solo quiero dormir por siempre jamás, me tiro en la cama y caigo dormida en cuestión de segundos.
Noto que algo se inca en mi estómago y luego un fuerte golpe de mi espalda contra el suelo, abro los ojos y me encuentro en mi antigua habitación, veo a Marcus, y me levanto, haciendo caso a sus órdenes silenciosas, miro el reloj que lleva Marcus en la muñeca, las ocho.
- ¿Qué quiere?-con suerte hoy acabara todo, con suerte me matara y todo acabara.
-Pasar un buen rato viéndote sufrir-se acerca a mí y los veintidós años por los que me supera dejan su huella en mi cuello, empiezo a toser, pero no me resisto, si todo acaba ahora sufriré mucho menos, y si no demuestro signos de dolor Daemon no sufrirá los momentos anteriores de mi muerte, solo después de la misma, veo una sonrisa macabra dibujarse en los labios de Marcus-. ¿Sabes lo bien que sienta? Hacerte sufrir poco a poco, cortándote la respiración, tu bien sabes que en cualquier momento puedo matarte, pero que no soy tan simple, que si te mato, ira una tortura antes de que empieces a divisar siquiera lo que es la muerte-hace más presión en mi cuello, suficiente como para matarme si tuviese cuatro años o así-. Verte sufrir es uno de los placeres que me da la vida-hace más presión, suficiente para matarme si tuviera diez años, entonces algo en mi cabeza vuelve a funcionar, no puedo dejar de pelear por querer dejar de querer a Jayden, mis manos atacan las de Marcus, intentando apartarlas de mi cuello, pero el solo sonríe-. No tienes fuerza para eso-una de sus manos se va de mi cuello y saca una navaja de su bolsillo-, pero yo tengo fuerza más que suficiente para esto-acerca la navaja a mi hombro y yo forcejeo más, noto como la punta del cuchillo se hunde en la piel de mi hombro y grito todo lo que puedo, pero dudo que alguien más allá de Marcus pueda haberlo oído-. Aguarda, aún hay más. -gira el cuchillo y noto como se rompe la punta, haciéndome gritar, noto como todo el aire de mis pulmones desaparece lentamente y una niebla empieza a cubrirlo todo, empezando por los bordes de mi campo visual hasta que casi no veo nada, entonces noto que Marcus me suelta, pero no a su favor, ya que lo último que oigo son las frases del principio y el final de una pelea.
- ¡Padre ya vale! ¡La vas a matar!
- ¡Esa era la idea estúpido!-veo como coge a Daemon igual que me tenía a mi cogida- ¿Qué tal si pruebas tú lo que le tenía preparado a ella?-lo siguiente que oigo es un grito de dolor por parte de Daemon y luego, nada, tampoco veo nada, dejo de sentir, aunque hago de todo por intentar moverme.
Cuando despierto estoy en el cuarto de Daemon, me miro el hombro y veo que la herida esta desinfectada y sanada, con una gasa sujetada con esparadrapo a modo de tirita, me levanto y voy al cuarto de invitados, no hay ni rastro de Daemon, y aunque me gustaría darle las gracias, no tengo fuerzas, y es tarde, así que, si no está matando a alguien, estará durmiendo en otro sitio, me tumbo y antes de poder taparme caigo dormida, como por culpa de un hechizo.
-Ali...-noto la mano del propietario de la voz moverse por mi mejilla, pero yo no reacciono, así que vuelvo a oír la voz- Venga preciosa, tienes que ir a clase. -me incorporo y veo a Daemon con un vendaje en el hombro, me sonríe y baja para que yo pueda vestirme y esas cosas, cuando bajo me acerco a él y le doy un beso en la mejilla.
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Yo soy la asesina
Mystery / ThrillerLos dos mundos de Alice Anderson son completamente distintos. Por una parte, es una estudiante de instituto brillante. Por otra parte, la desesperación que tiene que vivir cada día la está consumiendo lentamente. Vive encerrada en un mundo de muert...