Capítulo 52- Engañada

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Vuelvo a mirar, tal vez solo sea una imaginación mía, tal vez solo esté confundida, pero encuentro la misma escena. A Jay, besando a Carly, contra la pared del fondo del baño, parece que ambos lo disfrutan mucho, aunque no vea la cara de Jay, se nota que no está siendo obligado a besarla.
Me llevo las manos a la boca para acallar el sonido de mis sollozos, y oigo una risita aguda, cuando miro en la dirección veo a las amigas de Carly, pero lo que me llama la atención no es la risa, si no que Scarlett no se ríe, ignora la risa de su amiga y me mira con la culpa en la cara, miro otra vez a los dos tortolitos y los encuentro separados, Carly sonríe mientras mira a Jay, y este último me mira a mí, asustado, preocupado, culpable y triste.
-Ali...-se acerca a mí y cuando intenta cogerme las manos me aparto- No es lo que parece, te lo juro.
- ¿A no?-intento que mi voz no se quiebre por el llanto, pero lo veo complicado- ¿Qué hacías entonces? ¿Quitarle veneno?
-No, pero... te juro que no quería besarle...
-Ya, claro.
-Puedo explicarte lo que ha pasado.
-No hace falta, he visto suficiente. -me alejo de él y oigo como le dice a Carly "Te pegaría de no ser porque eres la hija del director" y acto seguido sus pasos tras de mí.
Noto sus dedos rodeando mi muñeca, justo por debajo del reloj, su reloj, el único objeto que me protege, pero ahora no lo quiero, así que quiero encontrar otra cosa para protegerme de los fantasmas y así poder destrozar este reloj, para no estar atada a Jayden nunca más.
-Puedo explicarte lo que ha pasado.
- ¡No me toques!-hago que me suelte y me alejo un par de pasos, pero vuelvo a oír su voz.
-Por favor, escúchame.
-No quiero hacerte un favor, y tampoco quiero escucharte.
-Si no me escuchas Carly habrá ganado.
-No le eches la culpa a Carly de lo que tú has hecho.
-Pero... ella tiene toda la culpa.
-Ya, claro, ella siempre es la culpable.
-Pero es la verdad.
- ¡Ahora no te inventes cuentos chinos! Eres más pesado que el plomo.
-Ali, escucha la verdad.
- ¿La verdad? Seguro que es otra de esas historias que te inventas cuando la cagas y una de las chicas con la que sales te ve besando a otra, ¡Admítelo! ¡Deja de hacerme daño ya y admítelo!-me voy rápido, me da igual el dolor de mis pies, solo quiero huir, me choco contra alguien, alguien que me coge antes de caer al suelo, es Derek.
- ¿Qué te pasa?
-Haz que Bennett deje de seguirme... por favor.
-Eso es muy sencillo, pero, ¿Por qué?
-Es muy pesado...
-Ven, va a ser rápido-me tiende la mano y yo la acepto, estira de mí, vamos demasiado rápido, así que me queman los pies, cuando despistamos a Jayden paramos, no hay nadie en el pasillo-. Ya está, simple.
- ¡Gracias!
-Ahora me debes algo.
-No, ya te he dado las gracias.
-Pero quiero algo más. -ruedo los ojos, y le miro, ya sé que me va a pedir, pero quiero atrasarlo.
- ¿Qué quieres?
-Llevo pidiéndotelo toda la semana anterior.
-No voy a darte eso.
-Pues dime por qué te seguía Jay.
-Han pasado unas cosas, ha querido explicármelo, pero no quiero oír sus gilipolleces...
- ¿Qué ha hecho?
-Cosas...
- ¿Puedo remediar esas cosas?-miro al suelo, no quiero hablar de esto, se lo crea o no me duele como a cualquier otro- ¿Tan malo es?
-Si me cuentas lo que es, podría ayudarte.
-No, no hace falta.
-Venga, cuéntamelo. -se acerca a mí, demasiado, poniéndome nerviosa.
-N-no...-se acerca aún más, quedándonos a centímetros.
-No pasara nada malo por contármelo.
-A-aléjate...-noto sus labios en mi mejilla y el asco me inunda, prefiero mil veces los labios de Jayden, aunque me haya traicionado, es mucho mejor persona que Derek.
-Me he librado de Jay, creo que deberías darme las gracias de un modo mejor, no con simples palabras, y si no me das lo que quiero, dame algo parecido. -le doy un beso en la mejilla, esperando que con eso le valga, pero ambos sabemos que no es así.
- ¿Contento?
-Te he pedido algo parecido, eso no le llega ni a la suela de los zapatos. -miro que no haya nadie cerca y cuando me aseguro de ello le doy un pico, lo hago rápido para que no pueda convertirlo en un beso de verdad, eso me asquearía.
-Ya no voy a darte más.
-Te he librado de Jay.
-Tampoco ha sido para tanto.
-Pues le digo donde estas.
-... Que sepas que solo hago esto para que Bennett no me encuentre-le beso y él me corresponde, noto la pared y mi espalda chocar y las manos de Derek demasiado abajo, las subo y aprovecha esto para subirlas más de la cuenta, se las vuelvo a bajar y las mete por mi camiseta, ya no aguanto-. Quita las manos de ahí.
-Vale-saca su teléfono y me mira, con una sonrisa malvada-, entonces aviso a Jay de que estas aquí.
-No, a ambas. -guarda el teléfono y me aprisiona contra la pared, intento huir pero al no tener un buen punto de apoyo en los pies lo tengo complicado.
-Qué pena.-me besa y pega todo su cuerpo a mí, me veo forzada a soportar sus labios y su asquerosa saliva sobre mis labios, acostumbrados a ser tratados con cariño por los labios de Jayden... sé que me ha traicionado, pero no puedo olvidar a alguien de quien me he enamorado en un cuarto de hora.
Dejo de notar a Derek, mi primer impulso es pensar que se ha apartado, pero Jayden está aquí, así que le ha empujado lejos de mí, creo que en un intento de protegerme.
- ¿¡Se puede saber qué haces!?
-Besarle, ¿No es obvio?-no sé qué es peor, la chulería de uno o lo histérico que esta el otro.
- ¡Ella no quiere!
- ¿Y tú qué sabes?
-Es obvio que no quiere.
-Piensa lo que te dé la gana-se gira hacia mí y me guiña un ojo-, te veo luego muñeca. -me vuelve a besar, pero Jayden vuelve a separarnos, recibiendo una mala mirada por parte de Derek.
Derek se va, dejándome a solas con Jayden, así que no he conseguido nada, solo sentir los asquerosos labios de alguien que adora jugar con los cuerpos de las chicas y luego pasar, como si nada hubiese pasado, no me quiero ni imaginar lo que ha hecho con esa boca... tarde, ya lo he imaginado.
-Ali, ¿Qué ha pasado?
-Nada.
-Sí que ha pasado algo, si no quieres contármelo no lo hagas, pero dime que no has quedado con Derek.
-No, no he quedado con él, solo nos besábamos.
- ¿Por qué?
-Déjame en paz. -me voy a mi taquilla y cojo los libros para la siguiente clase.
Suena el timbre y me voy a clase, me siento en mi sitio, ignorando a Jayden, que está jugando con un boli, llevándolo del índice al meñique, rodeando de modo aleatorio los dedos que hay entre los dos ya nombrados. Saco un lápiz del bolsillo e inconscientemente me lo meto a la boca y empiezo a morder la parte contraria a la punta.
Cuando las clases acaban recojo y salgo rápido, cuando veo a Daemon apoyado en su coche esperándome acelero el paso, ignorando mi dolor de pies, cuando llego a donde Daemon le doy un beso en la mejilla.
-Me alegro demasiado de verte, pero vámonos ya-me giro y veo a Jayden acercándose a donde estamos, ahora no quiero hablar con él, no voy a querer nunca, es odioso, confié en él... y me ha destrozado...-, sube al coche, rápido.-me subo y Daemon sube al asiento del piloto, arranca y nos alejamos del instituto, siento una mezcla entre alivio y culpa en el pecho, me siento mal por dejarle ahí pero... se lo merece.
- ¿Qué ha pasado?
-Nada...
-Ali, no me mientas, por favor.
-Le he visto besándose con otra...
-Te dije que la gente no cambia...
-Daemon, la anterior vez era mentira... esta vez es verdad, lo he visto...
-Dejémoslo... ¿Estas bien?
-Si...
- ¿De verdad?
-Si.
-Vaya, la última vez te dolió bastante.
-Pero ya no.
-Mejor, si no ve lo que se pierde, que se joda, no vas a sufrir tu por un imbécil como el, tienes otras cosas por las que preocuparte, y aún más por las que sonreír y alegrarte, que nadie te quite esa sonrisa tan bonita que tienes. -cambia de marcha con brusquedad, lo que Jayden ha hecho le ha estresado.
-Daemon relájate, moriré feliz con mi vida, me da igual cuando muera, porque seré feliz. -ambos sonreímos, lo que he dicho parece haberle calmado, ya que no agarra el volante con tanta fuerza, siente la necesidad de protegerme, y yo no tengo nada en contra.
- ¿Por lo demás? ¿Todo bien?
-Si.
- ¿Y los pies?
-También.
-Cuando lleguemos a casa me dejas mirar.
-No.
-Ali, hay que mirar eso.
-Agh, vale.
-Sabes que es por tu bien.
-Que sí, te dejo, pero porque si no se me va a infectar y me va a doler. -llegamos y cuando me voy a bajar me para, me coge como a una princesa, mochila incluida, pasamos dentro y me deja en el sofá.
-Quítate los zapatos y los calcetines-va a por el botiquín y yo me quito los zapatos y los calcetines, me quito la plantilla y cuando voy a quitarme las vendas llega Daemon-. Déjame eso a mí, tú no tienes por qué hacer esto, no eres tan flexible como para verte de frente la planta de los pies, nadie es tan flexible-me quita las vendas y pone mala cara-. Las heridas te supuran por culpa de la ceniza... lo siento, pero esto va a escocer-empieza a limpiar y agarro con fuerza un cojín, lo estiro, lo estrujo, lo abrazo, le hago de todo hasta que Daemon termina y por fin dejo de torturar el cojín, pero he parado demasiado pronto, porque empieza con el otro pie, aprieto los dientes para no gritar ni quejarme, pero sin el cojín no puedo aguantar los gritos, así que alguno se me escapa. Cuando termina vuelve a vendarlos y me hace otras plantillas que mete en mis deportivas, si, en las mías, supongo que estas me durara más, son más gruesas y más sólidas, pero parecen igual de cómodas-. ¿Qué vas a comer?
-Lo que tú quieras, pero aclárame algo, ¿cuánto me van a aguantar esas plantillas?
-Hasta que vuelvas de trabajar, tal vez un poco más, pero en cuanto llegues te hago otras, ya sabes, para mañana.
-Vale... odio trabajar...
-Cuando vayas con tu familia no tendrás que trabajar.
-No tendré que trabajar-le doy un beso en la mejilla, haciéndole sonreír-, pero serán más aburridos que tú, seguro. -sonríe y se sienta a mi lado en el sofá.
-Son ricos, tendrás que adaptarte a su estilo de vida.
-Puaj, no. -me da un beso en la frente y de va a la cocina a empezar con la comida, pero eso no detiene la conversación.
-No te quedará otra.
-Dah, ¿Qué te crees? No voy a cambiar idiota.
-Eso no lo dudo-me rio y Daemon viene con dos tortillas francesas, una para cada uno, como es obvio, me da la mía y se sienta a mi lado-. Pero ahora en serio, tendrás que adaptarte a la vida allí.
-Lo se...-empezamos a comer, y aun así no cesa la conversación, no queremos dejar de hablar.
-No sé mucho sobre tus tíos pero... te cambiaran el estilo de vestir y tal vez de instituto.
-Seguro que me dicen que me vista como mis primos, ¿Los has visto? Visten muy pijos... Casi no reconocí a mi primo cuando se me acerco en ropa normal.
-Tú dices eso por cómo has vivido, pero piénsalo, los pequeños tienen trece años, y la mayor dieciséis, pero sus padres seguirán controlándoles todo, ropa, a donde van, con quienes, como pueden hablar, que notas tienen que sacar... todo, tal vez a ellos no les guste, pero se tienen que aguantar hasta que vivan en otra casa, sus padres, que son tus tíos, quieren una imagen limpia.
-Puede ser...
-Aunque a la mayor parece gustarle.
- ¿Mi prima es una fresita? Hay madre...
-Hace lo que le gusta.
-Pero... ¿Alguien de mi familia?
-Son solo suposiciones, pero si es verdad, tal vez busque algo de atención.
-No entiendo.
-Sus padres son ricos, ¿Crees que les harán tanto caso cómo deberían?-niego, la verdad es que no creo eso- Pues eso, y como no se la dan sus padres la busca en otro sitio.
-Daemon, ¿Puedo hacerte una pregunta? No tiene nada que ver con esto, pero quiero saberlo.
-Claro, ya te dije que podías preguntarme lo que quisieras.
-Vale, tú... sé que no pudiste estudiar una carrera, es obvio, pero... ¿Qué te habría gustado estudiar?

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¡Hola chic@s!

11k de vistos... Muy bien, a todo el que le haya gustado la historia hasta ahora que vote o responda a esta pregunta:
¿Qué creéis que quería estudiar Daemon?

Votad y comentad, que ayuda mucho.

-Besos, Alex ;3

Yo soy la asesinaWhere stories live. Discover now