Capítulo 16- Dolor

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- ¡Déjame salir!

-Pero Ali, yo no he hecho eso. -Bennett, ¿No lo entiende o qué? quiero que me deje en paz, ya me ha hecho daño, ¿Qué más quiere?

-Abre la puerta.

-Cuando me creas.

-Déjame, ¿Es que no entiendes que no quiero saber nada de ti?

- ¿Y tú no entiendes que no he hecho nada?-ya no aguanto más, lleva diciendo eso toda la mañana, y no me lo creo, tengo una foto de prueba, ¡Y sigue diciéndome que no ha sido el! Le estampo contra la pared, harta de escuchar sus mentiras, cuando su espalda choca contra la pared y su cabeza contra una balda pone una mueca, sé que no quiere gritar, pero realmente no se el porqué.

- ¡Sácame de aquí!

-Cuando me creas-cierro los ojos para reprimir mis instintos, pero si sigue insistiendo la navaja que tengo siempre guardada en los zapatos, ya sea en la deportivas que llevo ahora o en las botas de antes, hará acto de presencia-. No he hecho nada malo.

- ¡Como no abras la puerta ahora mismo te clavo un cuchillo en la garganta!-veo el miedo en sus ojos y noto su pulso acelerarse por la adrenalina que le causa el miedo, por el miedo que le causo yo.

-No tienes ningún cuchillo-saco la navaja y se la pongo en el cuello, asustándolo aún más-. S-sé que no me vas a hacer daño...

-Pues estas muy equivocado, ahora abre la puerta o te clavo la navaja en el cuello.

-Créeme, entonces abriré la puerta.

-Abre la puerta. -pongo el filo de la navaja contra su cuello, no soy capaz de hacerle daño, pero quiero que piense que si soy capaz, así abrirá la puerta o me dará la llave, si no, soy capaz de tirar la puerta abajo a patadas.

-Pues créeme.

-No me puedes obligar a creerte.

-Ni tú a mí a abrir la puerta.

-Pues la abro a patadas. -me giro y miro la puerta, es de madera, y la cerradura es bastante vieja, será fácil abrirla, empiezo a darle patadas, pero por desgracia que te rompan el corazón duele, y me ha afectado mucho, así que no tengo tanta fuerza como de costumbre, aun así tirare la puerta abajo, no pienso quedarme aquí con Bennett hasta que a él le plazca.

-Ali para, si la abres así te vas a meter en un lio, y te acabaras haciendo daño.

-Pues ábrela.

-Cuando me creas-intento forzar la puerta con la navaja, nunca lo he hecho así, y tampoco estoy segura de que se pueda hacer así, pero por intentarlo no pierdo nada-. Para.

-No te voy a hacer caso. -la navaja se me resbala y por poco me corto, alarmando a Bennett, pero me da igual lo que piense, ahora él no es nada, solo es el mujeriego imbécil que conocía, ese que creía había cambiado, pero no es así, Daemon tenía razón, las personas no cambian.

-Sí paras abro la puerta-guardo la navaja y me aparto de la puerta para que la abra, se acerca y me mira, abre la puerta-. Por favor... créeme. -me mira a los ojos y yo aparto la vista, si, es un mujeriego, es imbécil, es muchísimas cosas, pero le quiero, y no quiero quererle.

- ¡Lo he visto! Ya no hay nada que puedas hacer...

-Ali... yo no bese a Carly. -una lágrima resbala por mi mejilla y me giro para que no la vea, no voy a permitir que se dé el lujo de verme llorar.

- ¡Déjame!-me voy al baño a lavarme la cara, esta desierto, entro y me miro al espejo, no se nota que he llorado, me lavo la cara intentando alejar mis ganas de llorar, de todos los chicos tenía que querer a Jayden Bennett, suena el timbre y me voy a clase.

Yo soy la asesinaWhere stories live. Discover now