A la mañana siguiente, cuando Kook me despierta y
me anima a levantarme, estoy hecho unos zorros.
Vamos a ver, ¿por qué antes podía pasarme la
noche en vela, de fiesta, y ahora, cuando salgo, al
día siguiente me cuesta tanto reponerme?
Sin lugar a dudas, y como diría mi
superhermana Hye, ¡trompu, la edad no
perdona!
Y es cierto.
Hasta hace un tiempo mi cuerpo se recuperaba
rápidamente, pero ahora, cada vez que trasnocho,
al día siguiente estoy fatal.
¡Me hago mayor!
Los niños, que ya se han levantado, nos
esperan con Pipa y Jeen en la cocina.
Mientras se viste, Kook me mira y dice:
—Vamos, dormilon. Levanta.
Yo miro el reloj y resoplo.
—Pero si sólo son las nueve y media, cariño.
A través de mis pestañas, veo cómo él sonríe y
se acerca a mí.
—De acuerdo —responde—. Sigue
durmiendo, pero luego no te quejes cuando te
cuente las graciosas pedorretas que hace Emily o
las risas del pequeño Kook por la mañana.
Pensar en ellos me reactiva el alma. Sólo
podemos desayunar los cinco juntos los fines de
semana y, como adoro a mis niños, me levanto y
murmuro:
—Vale. Espérame.
Kook me observa y sonríe cuando camino hacia
el baño.
Me miro al espejo. Mi aspecto deja mucho que
desear: pelo revuelto, ojos hinchados y gesto
agotado. Aun así, en lugar de regresar de nuevo a
la cama, me lavo la cara, los dientes y, tras
recogerme la melena con una liga pes m deje crecer el cabello un poco, vuelvo a la habitación.
—Quiero mi beso de buenos días —exige Kook
mirándome.
Encantado por su petición, lo beso, lo beso y
lo beso y, cuando mi respiración se acelera, él
murmura mimoso:
—Me sabe mal decirte que no, pero los niños
nos esperan.
¡Aisss, los niños...! Desde que tenemos niños y
Kook está tan centrado en la empresa, nuestros
momentos locos como el de la noche anterior
bailando en el garaje casi se han esfumado, aunque
cuando los tenemos son ¡lo mejor!
Me entra la risa. ¿Por qué mi marido me pone
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juegos de seduccion IV
Fanfictionacompañame a leer la cuarta temporada de esta hermosa y erótica historia