El lunes, cuando Kook se va a trabajar y Mike al
instituto, mi semana comienza de nuevo.
Niños..., niños..., niños... ¡Me salen los niños
por las orejas!
Cualquiera que me escuche creerá que soy un
mal padre, pero se equivoca.
Cuido, mimo, beso y adoro a mis pequeños,
pero siento que necesito hacer algo más que eso o
me volveré loco.
Esa noche, como tengo ganas de estar con mi
Ojitos de bambi, preparo una cenita especial. Lo
aviso para que no llegue tarde y me responde que
regresará pronto. Sin embargo, a las diez de la
noche, cansado de esperarlo, con la comida tiesa y
tras haberme bebido yo solito una botella de
champán de pegatinas rosa, me meto en la cama y
me duermo. Es mejor así porque, como vea a ese
gilipollas, lo mataré por el plantón.
Al día siguiente, cuando me levanto, Kook ya se
ha marchado y me ha dejado una nota sobre la
mesa que dice:
Perdóname, pequeño..., pero fue imposible
escaparme. Y estabas tan precioso durmiendo
que fui incapaz de despertarte. Te quiero, mi
amor.
Tu gilipollas
Cuando la leo, sonrío. Cómo me conoce y sabe
que lo habré llamado eso.
Por suerte, tengo una increíble amiga que se
preocupa por mí tanto como yo por ella. Es Mel, la
mujer de nuestro amigo Tae. La llamo cuando me
levanto, quedamos y nos vamos de compras.
Ella se ha quedado en paro tras trabajar unos
meses en un estudio de diseño gráfico, y está tan
aburrida como yo de estar en casa. Estoy pensando
en Kook y en cómo me dejó colgada la noche
anterior con la cena encima de la mesa cuando Mel
me muestra algo y pregunta:
—¿Qué te parece éste?
Su voz me hace regresar a la realidad y, al ver
lo que me enseña, pregunto:
—¿Enfermera?
Mel, divertida y con picardía, baja la voz y
murmura:
—Sé que es muy típico, pero para lo que nos
van a durar puestos, ¿qué más da?
Sonrío. El disfraz es para una fiesta que
celebran en el Sensations dentro de unos días.
Cojo otros que llaman mi atención.
—Oye..., ¿y si vamos de ángel y demonio? —
YOU ARE READING
juegos de seduccion IV
Fanfictionacompañame a leer la cuarta temporada de esta hermosa y erótica historia