Kim JongIn

285 44 5
                                    

Cada centímetro de espacio disponible en el Malone’s, un bar que para empezar no tiene mucho espacio, está ocupado por jugadores de hockey.
El lugar es tan pequeño que la mayoría de las veces solo se puede estar de pie.
Esta noche no hay apenas espacio suficiente para respirar, y de lo de sentarse, mejor ni hablamos.
El equipo al completo ha venido a la fiesta de cumpleaños de Suho y los lunes son la noche de karaoke, así que la estrecha sala es la hostia de ruidosa y está abarrotada de gente. Lo positivo de todo esto es que ninguno de nosotros ha tenido que enseñar el carnet falso en la puerta.
De repente me doy cuenta de que en unos pocos meses mi carnet falso dejará de ser útil. Una vez llegue el 21 de enero, seré recompensado con algo más que ser legalmente un adulto; por fin tendré acceso a la herencia que me dejaron mis abuelos, lo que significa que voy a estar un paso más cerca de librarme de mi viejo. Kyungsoo llega unos veinte minutos después que nosotros. No lo he ido a buscar porque su ensayo acabó tarde e insistió en que cogía un taxi.
También había insistido en ir primero a su residencia a ducharse y cambiarse de ropa, y cuando lo veo entrar, apoyo de todo corazón esa decisión. Está que te mueres de guapo con sus jeans, botas y su camiseta de algodón. Todo negro, por supuesto. Cuando se va acercando, busco dónde están sus detalles de color. Lo descubro cuando gira la cabeza para saludar a Suho. Un pequeño arete rojo en su oreja.
—Ey —dice el—. Hace un calor de morirse aquí dentro. Me alegro de no haber traído un abrigo.
—Hola. —Me inclino y le doy un beso en la mejilla. Me hubiera encantado apuntar a sus deliciosos labios, pero a pesar de que yo considero esto una cita, estoy convencido de que para Kyungsoo no es así—.
¿Cómo ha ido el ensayo?
—Como siempre —dice con mirada sombría—. Como siempre quiere decir una mierda.
—¿Qué ha dicho el subnormal de Mark esta vez?
—Nada importante. Solo se ha comportado como el capullo que es. —Kyungsoo  suspira—. Gané la discusión sobre dónde colocar el puente en la canción, pero he perdido con lo del segundo estribillo. Ya sabes, cuando quiere que entre el coro.
Me quejo en voz alta.
—¡Jo, por el amor de Dios, Soosie! ¿Has cedido en eso?
—Eran dos contra uno —dice con tristeza—. Seulgi ha decidido que su canción necesita irremediablemente un coro para una apoteosis máxima.
Empezamos a ensayar con ellos el miércoles.
Está evidentemente muy cabreado, así que le doy un pellizquito en el brazo y digo:
—¿Quieres beber algo?
Observo cómo su esbelta garganta se mueve de arriba abajo cuando traga saliva. No responde al instante. Solo me mira a los ojos, como si estuviera tratando de taladrar mentalmente mi cerebro y entrar en él.
Termino conteniendo la respiración, porque sé que algo importante está a punto de suceder. Puede pasar que Kyungsoo deposite su confianza en mis manos o que la encierre y tire la llave. Esto último sería el equivalente a una brutal carga de cadera porque, joder, quiero que confíe en mí.
Cuando finalmente contesta, su voz es tan débil que no puedo oírla por encima de la música.
—¿Qué?
Un suspiro se escapa de sus labios y a continuación levanta la voz.
—He dicho que vaaaale.
Con esa palabra pequeñita mi corazón se hincha como un globo de helio. Confianza de Kyungsoo, te presento a JongIn.
Lucho para controlar mi total felicidad conformándome con un ligero gesto afirmativo con la cabeza mientras la acerco hasta la barra del bar.
—¿Qué te apetece? ¿Cerveza? ¿Whisky?
—No, yo quiero algo más rico.
—Te juro por Dios, Soosie, que si te pides un licor de melocotón o algo típico de donceles como eso, oficialmente dejo de ser tu amigo.
—Pero es que yo soy una doncel —protesta—. ¿Por qué no me puedo
tomar una copa de donceles? Ah, mira, creo que me apetece una piña colada.
Suelto un suspiro.
—Vale. Por lo menos es mejor que el licor de melocotón.
Ya en la barra, pido la bebida de Kyungsoo y empiezo a examinar cada movimiento del barman. Kyungsoo también lo mira con ojos de halcón.
Con dos de los clientes más vigilantes del planeta haciendo un escrupuloso seguimiento del proceso de preparación de una piña colada de principio a fin, no hay ni un asomo de duda de que la copa no contiene ninguna droga. Unos minutos más tarde, pongo la copa en la mano de Kyungsoo.
Le da un pequeño sorbo y después me sonríe.
—Mmm. Delicioso.
La alegría casi se desborda en mi corazón.
—Ven, te voy a presentar a algunos de los chicos.
Lo vuelvo a coger del brazo y caminamos hacia el ruidoso grupo que hay en la mesa de billar; ahí le presento a Birdie y Simms. Chen y Lay nos ven, se dirigen hacia nosotros y ambos saludan a Kyungsoo con
un abrazo. El abrazo de Chen dura quizás demasiado tiempo, pero cuando me encuentro con su mirada, su expresión es de total inocencia. Es posible que esté siendo un poco paranoico.
Pero qué coño, ya estoy compitiendo con Yeol por el afecto de Kyungsoo y lo último que quiero es a mi mejor amigo presentándose también como candidato.
Pero… ¿estoy realmente compitiendo? Todavía no estoy seguro de lo que quiero de el. A ver…, vale, quiero sexo. Quiero sexo ya, ya y ya.
Pero si por algún milagro decide darme eso, ¿qué pasa? ¿Qué sucede después? ¿Clavo una bandera en la tierra y la reclamo como mi novio?
Los novios son una distracción y yo no me puedo permitir ninguna distracción en este momento, sobre todo cuando hace solo dos semanas he estado a punto de perder mi posición en el equipo.
No hay muchas cosas en las que mi padre y yo estemos de acuerdo, pero cuando se trata de centrarse y de ser ambicioso, estamos más que de acuerdo. Después de licenciarme seré jugador profesional. Hasta entonces, tengo que concentrarme en mantener mis notas altas y en llevar a mi
equipo a una nueva victoria en el Frozen Four. Fracasar no es una opción.
¿Pero ver a Kyungsoo enrollándose con otro tío?
Eso tampoco es una opción.
Espada, te presento a la pared.
—Oh, Dios, esto está taaaan bueno —anuncia el mientras se toma otro trago enorme—. Quiero otro ya.
Me río.
—¿Qué te parece si te acabas este primero? Después podemos hablar del siguiente.
—Vale —resopla. A continuación vacía el resto de su copa a una velocidad que no he visto en la vida, lame sus labios y me mira sonriente
—. Bueno, ¿qué te parece si vamos a por el siguiente?
Imposible reprimir la sonrisa que se extiende por mi cara. Ay, ay, ay.
Tengo la sensación de que Kyungsoo va a ser un borracho muy…interesante.

Lo prometido un capítulo más.

Gracias por sus comentarios y estrellitas

Nos leemos mañana.

💋

Enamorarse no es opción (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora