Kyungsoo

228 34 4
                                    

JongIn no dice una palabra mientras le cuento todo lo que pasó entre su padre y yo. Estamos en mi habitación porque el estadio está más cerca de las residencias que de la casa de JongIn, y él tenía demasiada prisa en tener esta conversación.

Pero todo lo que ha hecho hasta ahora es acercarse a mí con los brazos cruzados y el ceño fruncido, escuchando atentamente mientras mi confesión sale de mi boca como confeti.

No puedo dejar de hablar. Recito las amenazas de su padre de forma textual. Le explico por qué decidí hacerle caso. Le ruego que entienda que lo hice porque le quiero, porque quiero que tenga éxito. Y a pesar de todo, JongIn no dice nada. Ni siquiera parpadea.

—¿Podrías, por favor, decir algo? —balbuceo cuando he terminado de hablar y, aun así, él todavía no ha dicho ni una palabra.

Sus ojos están fijos en mi cara. No puedo decir si está enfadado o molesto, si está decepcionado o disgustado. Todas esas emociones tendrían sentido para mí.

Pero, ¿la respuesta que da?

Esa no tiene ningún sentido en absoluto.

JongIn se echa a reír. Carcajadas profundas y roncas que hacen que frunza mis labios. Su frente se relaja y sus brazos caen a los costados mientras se hunde en la cama a mi lado, sus anchos hombros tiemblan de alegría.

—¿Crees que es gracioso? —le exijo, de veras ofendido—. He sido un zombi total, triste a más no poder, este mes pasado y, ¿lo encuentras DIVERTIDO?

—No, creo que es una lástima —dice entre risas.

—¿Qué es una lástima?

—Esto. —Hace un gesto entre nosotros—. Tú y yo. Todo el puto mes que hemos perdido. —Deja escapar un profundo suspiro—. ¿Por qué no me lo dijiste?

Mi garganta se cierra.

—Porque sabía qué habrías dicho.

Otra risa sale de su boca.

—Lo dudo mucho, pero me vale. Hazme reír un poco más. ¿Qué habría dicho?

No entiendo su extrañísima reacción y me estoy empezando a inquietar.

—Me habrías dicho que no te importaba si tu padre te cortaba el grifo porque no vas a dejar que te controle, o que nos controle.

JongIn asiente.

—Sí, hasta ahora vas por buen camino. ¿Qué más?

—Después habrías dicho que para ti yo soy más importante que su estúpido dinero.

—Sí.

—Y le habrías dejado que te cortara el grifo.

—Y una vez más: Sí.

Mi estómago me da una sacudida.

—Dijo que no eres apto para recibir una beca universitaria y que no puedes conseguir un préstamo del banco.

JongIn asiente de nuevo.

—Ambas cosas son verdad.

—Habrías tenido que vaciar tu cuenta de ahorro para pagar la matrícula del próximo semestre y…, ¿y después qué?

Los dos sabemos que no puedes permitirte pagar el alquiler, los gastos y el coche si no trabajas, y eso significa que necesitarías buscar un trabajo y…

—Te voy a parar aquí, peque. —La sonrisa que me ofrece es de infinita ternura—. Bueno…, vamos a retroceder un poco. Yo dejo que mi padre deje de pagar mis cosas. Pregúntame qué le habría contestado después.

Enamorarse no es opción (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora