Kyungsoo

239 44 6
                                    

Uno más porque esto ya se prendió, 😢.

JongIn me manda un mensaje cuando me estoy preparando para irme a la cama. Baek y yo hemos entrado por la puerta hace literalmente cinco minutos, y me pilla por sorpresa tener noticias suyas otra vez esta noche.
Pensé que caería rendido nada más llegar a casa después del partido.
Él: Necesito hablar contigo.
Yo: Ahora?
Él: Sí.
Vale. Puede ser que no sean más que mensajes de texto, pero no resulta difícil adivinar su tono. Es, sin lugar a dudas, cabreado.
Yo: Eh… claro. Me llamas?
Él: Estoy n tu puerta.
Mi cabeza se gira con brusquedad hacia mi puerta abierta, esperando encontrarlo allí, pero inmediatamente me siento un poco tonto, porque me doy cuenta de que se refiere a la puerta de entrada del apartamento donde vivimos Baek y yo, no de mi habitación en particular. No obstante, debe ser algo grave porque JongIn no suele aparecer sin previo aviso.
Las náuseas se arremolinan en mi estómago mientras traspaso la zona común para abrir la puerta. Efectivamente, JongIn está de pie en el descansillo. Aun lleva su cazadora del equipo y los pantalones de chándal, como si hubiese venido directamente aquí sin pasar primero por su casa a cambiarse.
—Hola —le saludo y hago un gesto para que entre—. ¿Qué pasa?
Él mira por encima de mí hacia el salón vacío.
—¿Dónde está Baek?
—Se ha ido a la cama.
—¿Podemos hablar en tu habitación?
Las náuseas empeoran. Me resulta totalmente imposible descifrar su expresión. Sus ojos están entrecerrados y su tono carece por completo de emoción. ¿Tiene esto algo que ver con su padre? No pude escuchar la conversación que mantuvieron antes, pero su lenguaje corporal transmitía algún tipo de agresión seria. Me pregunto si tal vez ellos…
—¿Tienes una cita con Chanyeol este fin de semana?
JongIn suelta la pregunta en el momento en el que estoy cerrando la puerta de mi habitación y me doy cuenta que, a mi pesar, esto no tiene nada que ver con su padre.
Y tiene TODO que ver conmigo.
La sorpresa y una culpabilidad instantánea libran una guerra dentro de mí cuando me encuentro con su mirada.
—¿Quién te ha dicho eso?
—Chen. Pero a él se lo dijo Yeol.
—Oh.
JongIn no se mueve. No se quita la cazadora. Ni siquiera parpadea. Él únicamente mantiene su mirada fija en la mía.
—¿Es verdad?
Trago saliva.
—Sí y no.
Por primera vez desde que llegó aquí, sus facciones muestran una emoción: cabreo.
—¿Qué coño significa eso?
—Eso significa que sí me invitó a salir, pero yo aún no he decidido si voy o no.
—¿Le dijiste que lo harías? —Hay un punto de tristeza en su tono de voz.
—Bueno, sí, pero…
Los ojos de JongIn arden.
—¿En serio dijiste que sí? ¿Cuándo te lo pidió?
—La semana pasada —admito—. El día después de la fiesta de Beau.
Su rostro se relaja. Pero solo un poco.
—¿Entonces fue antes de lo de Suho? ¿Antes de que tú y yo…?
Asiento con la cabeza.
—Vale. —Coge aire—. Bueno. No es tan malo como pensaba. —Pero entonces sus facciones vuelven a endurecerse y sus fosas nasales se dilatan
—. Espera un momento, ¿qué quieres decir con eso de que no has decidido si vas a ir?
Encojo los hombros con impotencia. —¡Y una mierda vas a ir, Kyungsoo!
Su voz aguda me provoca una mueca de dolor.
—¿Y eso quién lo dice? ¡¿Tú?! Porque la última vez que pregunté, tú y yo no estábamos saliendo. Solo estábamos tonteando.
—¿Es eso lo que realmente…? —Se detiene, torciendo la boca hasta fruncirla—. ¿Sabes qué? Supongo que tienes razón. Supongo que solo estamos tonteando.
Apenas puedo seguir el ritmo de los confusos pensamientos que corren a toda velocidad por mi cerebro.
—Tú dijiste que no quieres novios —le digo.
—Te dije que no tengo tiempo para novios —dispara de vuelta—. Pero, ¿sabes qué? Que las prioridades cambian.
Vacilo.
—Entonces ¿estás diciendo que quieres que sea tu novio?
—Sí, quizá es eso lo que estoy diciendo.
Mis dientes se hunden en mi labio inferior.
—¿Por qué?
—¿Por qué «qué»?
—¿Por qué quieres eso? —Me muerdo el labio aún más fuerte—. Vas a saco con el hockey, ¿recuerdas? Y, además, peleamos demasiado.
—No peleamos. Discutimos.
—Es lo mismo.
Él resopla y niega con la cabeza.
—No, no lo es. Discutir es divertido y se hace en tono amistoso.
Pelearse es…
—Por Dios, ¡estamos peleándonos por la manera en la que nos.peleamos! —le interrumpo, incapaz de parar de reír.
Los hombros de JongIn se relajan con el sonido de mi risa. Da un paso hacia mí, buscando mi cara.
—Sé que estás por mí, Soosie. Y yo sin duda estoy por ti. ¿Sería de verdad una tragedia si hiciésemos lo nuestro oficial?
Trago saliva de nuevo. No me gusta nada que me pongan en una situación comprometida como esta, y estoy demasiado confundido como para que ahora mismo nada tenga sentido. No suelo actuar por impulso.
Nunca tomo decisiones sin reflexionar antes de forma cuidadoso y, aunque puede ser que otros donceles estuviesen dando volteretas de la emoción ante la idea de hacer la cosa «oficial» con Kim JongIn, yo soy más pragmático que todo eso. No estaba en mis planes que me gustara este chico. Ni acostarme con él. Ni encontrarme en una situación que contemplara la posibilidad de que fuera mi novio.
—No lo sé —le digo finalmente—. A ver…, quiero decir que yo nunca pensé en ti y en mí en términos de ser novios. Yo solo quería… —Mis mejillas se calientan—, explorar la atracción y ver si… ya sabes. Pero no pensé en nada después de eso. —Mi confusión se triplica y mi mente ya no lsabe ni dónde está—. No tengo ni idea de lo que es esto nuestro, o a dónde podría llegar, o…
Cuando empiezo a divagar, me doy cuenta de la expresión de JongIn, y el dolor que hay en sus ojos se me clava como un cuchillo.
—¿No sabes qué es esto ni a dónde puede ir? Jesús, Kyungsoo. Si… —
Deja escapar un suspiro tembloroso y sus anchos hombros caen—. Si de verdad no lo sabes, entonces estamos perdiendo el tiempo. Porque yo sí sé exactamente qué es esto. Yo… —Se detiene tan abruptamente que me siento aturdido.—¿Qué? —susurro.
—Yo… —Se detiene de nuevo. Su mirada se oscurece—. ¿Sabes qué? Olvídalo. Supongo que tienes razón. Esta historia nuestra ha sido para «explorar la atracción». —Su tono es cada vez más amargo—. Yo no soy más que tu terapeuta sexual, ¿no? En realidad, no, en realidad soy tu puto fluffer.
—¿Fluffer? —pregunto sin comprender.
—Como en las pelis porno —balbucea—. Entra el fluffer entre toma y toma para chupársela a los tíos para que se les mantenga dura. —El cabreo tiñe su voz—. Ese era mi trabajo, ¿no? Conseguir que estuvieras bien cachondo para Yeol, ¿verdad? Prepararte para que te lo pudieras tirar.
La indignación cosquillea mi piel.
—Número uno, eso es asqueroso. Y número dos, eso no es justo y lo sabes.
—No sé absolutamente nada… al parecer.
—¡Me invitó a salir antes de que me acostara contigo! ¡Y probablemente ni siquiera iba a ir!
JongIn ladra una carcajada áspera.
—¿PROBABLEMENTE no ibas a ir? Ya. Gracias. —Da un paso hacia la puerta—. ¿Sabes qué? Vete a la puta cita esa. Ya tienes lo que querías de mí. Supongo que Yeol puede retomarlo desde aquí. —JongIn…
Pero él ya se ha ido. No solo se ha ido, sino que lo deja bien claro cerrando de un portazo. Oigo ruidos sordos en el salón, y después cierra esa puerta también.
Me quedo mirando el espacio vacío que él ocupaba hasta hace un segundo.
Yo sí sé exactamente qué es esto.
Las palabras roncas de JongIn resuenan en mi cabeza y un nudo de sentimientos aprieta mi corazón, porque estoy bastante seguro de que yo también sé exactamente qué es esto.
Y me da miedo que mi fracción de segundo de indecisión haya tirado todo por la borda.

Este capítulo de regalo porque lo leí y omg eso dolió.

Amix  así como ustedes yo voy a la par en la historia entonces pues pobre JongIn.

En fin gracias por sus estrellitas y comentarios.

Nos leemos mañana.

💋

Enamorarse no es opción (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora