Kyungsoo

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—¡Buuuuu! ¡Jajajajajaja! ¡Feliz Halloweeeeen!

Me aparto del armario, donde estaba en proceso de intentar encontrar un look rollo Halloween que no sea un disfraz en sí, porque odio disfrazarme, y miro boquiabierto a la criatura que honra mi puerta.

Me resulta imposible adivinar qué es lo que lleva Baek. Todo lo que veo es un traje ceñido de color azul, un montón de plumas, y… ¿son eso orejas de gato?

Robo la frase registrada de Baek y exijo:
—¿Qué narices de todos los colores y tamaños se supone que eres?

—Soy un pájaro-gato. —Y entonces me lanza una mirada que dice: «tío, es evidente».

—¿Un pájaro-gato? ¿Qué es…? Vale… ¿Por qué?

—Porque no me podía decidir si quería ser un gato o un pájaro, así que Casper me dijo: «pues sé ambas cosas», y yo dije: «¿sabes qué? Es una idea brillante, novio». —Me sonríe—. Estoy bastante seguro de que se estaba haciendo el listillo, pero decidí tomarme la sugerencia como el evangelio.

Me tengo que reír.

—Va a desear haber sugerido algo menos ridículo, como enfermero sexy, o brujo sexy, o…—Fantasma sexy, árbol sexy, caja de Kleenex sexy. —Baek suspira—.

Por Dios, metamos la palabra «sexy» después de cualquier sustantivo mundano y ¡mira, ya tenemos un disfraz! Porque esa es la cuestión, Kyungsoo: si quieres disfrazarte de puto, ¿por qué no te dejas de rollos «sexys» y te disfrazas de puto? ¿Sabes qué? Odio Halloween.

Resoplo.

—Entonces, ¿por qué vas a la fiesta? Vete con JongIn a pasar el rato con él. Está de mal humor en su casa esta noche.

—¿En serio?

—Es antiHalloween —explico, aunque al decirlo en voz alta suena raro.

Anoche me dio la extraña sensación de que tiene una razón de más peso para odiar Halloween que la de «simplemente es una fiesta sin sentido».

Tal vez le pasó algo terrible hace tiempo la noche de Halloween, como que unos gamberros le tiraran huevos o algo así, cuando era pequeño.

¡Oh! O tal vez vio la película Halloween y estuvo con pesadillas durante semanas, que es lo que me pasó a mí cuando vi la primera y única peli de Michael Myers, cuando tenía doce años.

—Bueno, Casper está esperándome abajo así que me piro ya. —Baek se acerca y me da un gran beso en la mejilla—. Pásatelo bien repartiendo bebidas con Doyoung.

Sí, claro. Ya estoy arrepintiéndome de haberme comprometido a ayudar a Doyoung con la Ruta de Halloween. No estoy de humor para esperar toda la noche a que unos universitarios borrachos entren deambulando en la Residencia Bristol para que les den más bebidas y chupitos de gelatina.

De hecho, cuanto más lo pienso, más me tienta echarme atrás, sobre todo cuando me imagino a JongIn en su casa solo, frunciéndole el ceño a su reflejo en el espejo, o lanzando una pelota de tenis contra la pared como los presidiarios en la cárcel.

En vez de seguir buscando un disfraz «no disfraz», salgo fuera de mi dormitorio y camino por el pasillo para llamar a la puerta de Doyoung.

—¡Voy! —Doyoung aparece casi un minuto más tarde, pasándose un peine por el pelo rizado pelirrojo con una mano y poniéndose polvos de color blanco en las mejillas con la otra.

—Ey—dice—. ¡Feliz Halloween!

—Feliz Halloween. —Hago una pausa—. Escucha… ¿Cuánto me odiarías si me rajo para lo de la Ruta? Y por otro lado, ¿cuánto daño añado a eso si te pido que me dejes el coche?

Veo cómo la decepción inunda sus ojos.

—¿No vienes? ¿Poooooooor?

Mierda, de verdad espero que no empiece a llorar. Doyoung es de ese tipo de chico que estallan en un abrir y cerrar de ojos; aunque, la verdad, creo que sus lágrimas son de cocodrilo, porque siempre se secan demasiado rápido.

—Un amigo mío está teniendo una mala noche —le digo con torpeza—.

Le vendría bien un poco de compañía.

El me lanza una mirada sospechosa.

—¿Y ese amigo responde por el nombre de Kim JongIn?

Ahogo un suspiro.

—¿Por qué piensas eso?

—Porque Baek ha dicho que estabais saliendo. Claro que lo ha hecho.

—No estamos saliendo, pero sí, él es el amigo del que estoy hablando —admito.

Para mi sorpresa, Doyoung estalla en una enorme sonrisa.

—Bueno, ¿por qué no empezaste por ahí, tonti? ¡Por supuesto que te libero si eso significa que vas a follarte a Kim JongIn! Ten en cuenta esto: voy a estar viviendo indirectamente a través tuyo, porque… Ay. Dios.

Mío. Solo con que ese bombonazo me sonriera, se me derretirían los boxers.

No quiero analizar ni una sola parte de esa respuesta, así que decido ignorarlo por completo.

—¿Estás seguro de que estarás bien sin mí?

—Sí, estaré bien. —Agita una mano—. Mi prima ha venido de visita desde Brown, así que la voy a liar.

—¡Te he oído! —una voz femenina grita desde dentro de la habitación.

—Gracias por portarte tan guay con esto —le digo con gratitud.

—No hay problema. Espera un segundo. —Doyoung desaparece y vuelve un momento después con las llaves del coche colgando de su dedo índice

—. Oye, no sé si te mola o no grabarte mientras haces guarradas, pero si tienes la oportunidad, graba cada cosa que hagas con ese tío esta noche.

—Ni de coña, Doyoung. —Cojo las llaves y sonrío—. Diviértete esta noche, baby.

De vuelta en mi habitación, cojo mi móvil del sofá del salón y le escribo un mensaje a JongIn.

Yo: Estás n casa?

Él: Sí.

Yo: Paso de la Ruta. Puedo pasarme?

Él: Guay que hayas entrado n razón, peque. Trae tu culito a casa.

Un capítulo más jejeje.

Esto ya es una relación o qué?

Nos leemos mañana.

💋

Enamorarse no es opción (Kaisoo)Where stories live. Discover now