Kim JongIn

206 38 4
                                    

Kyungsoo me lleva evitando varios días. Pretende estar superocupado y sí, es cierto que tiene que ir al trabajo y a los ensayos, pero lleva trabajando y ensayando desde el momento en que empezamos a salir, y eso jamás le ha impedido venir a casa a cenar o charlar conmigo por teléfono antes de acostarse.

Ergo, el  me evita. Joder.

No necesito tener un cociente intelectual del 180 para saber que es por mi reacción al ir detrás de Rob Delaney. Esa es la única razón que se me ocurre por la que podría estar enfadado conmigo, y creo que ni siquiera lo culpo.

No debería haberle dado un puñetazo a ese tío. Sobre todo, no en el estadio, con cientos de testigos delante.

Pero pensar que Kyungsoo puede tener… no sé… miedo de mí.

Me mata.

Me presento en su residencia sin avisar, porque sé que si le escribo un mensaje de texto antes, me soltará cualquier excusa sobre lo ocupado que está.

Sé que está en casa porque he hecho una de las cosas más patéticas que existen: le he escrito un mensaje de texto a Baek preguntando.

No me he quedado ahí y he seguido con algo totalmente estúpido: le he suplicado que no le dijera a Kyungsoo que voy porque tengo una sorpresa para el.

No estoy seguro de que Baek se lo haya tragado. A ver, los donceles se cuentan las cosas, ¿no? Y es lógico pensar que Kyungsoo  le habrá contado a su mejor amigo qué le molesta.

Tal y como esperaba, Kyungsoo no parece contento de verme en la puerta.

Tampoco parece enfadado. Es algo que me deja mal cuerpo, sobre todo cuando me percato del atisbo de arrepentimiento que hay en sus ojos.

Mierda.

—Hola —le digo con voz ronca.

—Hola. —Su garganta se mueve cuando traga—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Supongo que puedo pretender que todo está bien, que simplemente he pasado por aquí a ver a mi chico favorito; pero Kyungsoo y yo no somos de esa forma.

Nunca hemos ido de puntillas sobre la verdad antes y yo no voy a empezar a hacerlo ahora.

—Quería saber por qué mi novio me está evitando.

El suspira.

Eso es todo. UN SUSPIRO. Cuatro días de cero contacto físico y escasísimos mensajes de texto, y todo lo que recibo de el es un suspiro.

—¿Qué coño está pasando? —le pregunto con frustración.

El duda, su mirada vuela hacia la puerta cerrada de Baek.

—¿Podemos hablar en mi habitación?

—Claro, siempre y cuando de verdad HABLEMOS, joder.

Vamos a su dormitorio y cierra la puerta. Cuando se gira hacia mí, sé exactamente lo que va a decir.

—Siento haber estado actuando de manera extraña. He estado pensando un poco…

Mierda. Me está dejando. Nadie comienza una frase con «he estado pensando un poco», sin terminar con «y no creo que debamos vernos más».

Kyungsoo deja escapar un suspiro.

—Y no creo que debamos vernos más.

A pesar de esperarlas, sus palabras en voz baja me clavan un puñal en el corazón, y envían un tornado de dolor que me atraviesa.

Se da prisa en continuar cuando se da cuenta de mi expresión.

—Es solo que… las cosas están yendo demasiado rápido, JongIn. No han pasado ni dos meses y ya estamos en la fase «te quiero».

Enamorarse no es opción (Kaisoo)Where stories live. Discover now