Kim JongIn 2/4

232 45 6
                                    

Son las dos y media de la mañana cuando por fin me arrastro, borracho, al piso de arriba. La fiesta se ha apagado casi por completo.

Solamente siguen aquí las conejitas de Suho, tumbadas en el sofá con él en una maraña de brazos y piernas desnudas.

Paso por la cocina y descubro a Lay dormido sobre la encimera, su mano todavía agarra una botella de cerveza vacía.

Chen desapareció en su habitación hace ya un rato con una chica morena y guapa, y mientras paso por delante de su habitación, oigo el tipo de gemidos y quejidos que me confirman que está MOF.

Mi habitación está sumida en sombras cuando camino en su interior.
Parpadeo un par de veces y cuando mis ojos se acostumbran a la oscuridad encuentran un bulto en forma de Kyungsoo en la cama.

Estoy demasiado cansado como para lavarme los dientes o seguir mi propio método de prevención de resaca, así que me quedo en calzoncillos y me dirijo a tumbarme junto a Kyungsoo.

Intento ser lo más silencioso posible mientras me pongo cómodo, pero el ruido de las sábanas hace que Kyungsoo se mueva. Un gemido suave flota en la oscuridad y entonces se da la vuelta y una cálida mano aprieta mi pecho desnudo.
Me pongo rígido.

O mejor dicho, mi pecho se pone rígido. Ahí abajo, estoy más blando que un flan. Es la típica polla de borracho, lo que es la hostia de triste si tenemos en cuenta que todo lo que he bebido han sido cinco chupitos. Joder. El alcohol y yo no hacemos buenas migas.

Aunque quisiera aprovecharme de Kyungsoo en este momento, yo no serviría para nada. Y, joder, ¡qué cosa tan repulsiva en la que pensar!

Jamás me aprovecharía de el. Antes que forzar a alguien, me arranco la polla.
Pero por lo que parece, solo hay una persona con intenciones decentes en esta cama hoy.

Mi pulso se acelera cuando unos labios suaves se pegan a mi hombro.
-Kyungsoo... -digo con cautela.

Hay un momento de silencio. Una parte de mí reza para que esté dormido, pero Kyungsoo destruye esa esperanza murmurando: -¿Sí? -su voz es ronca y sexy a morir.
-¿Qué haces? -le susurro.

Sus labios suben de mi hombro al cuello y entonces el succiona mi carne repentinamente febril y encuentra un punto maravilloso que envía una chispa de calor directamente a mis huevos. ¡Dios! Puede ser que mi polla no funcione correctamente en este momento, pero eso no significa que no sea capaz de sentir excitación.

Y madre mía, no hay palabras para describir lo excitado que estoy cuando la boca golosa de Kyungsoo explora mi cuello como si estuviera probándolo todo en un puto buffet libre.

Ahogo un gemido y le toco el hombro para pararlo.
-Tú no quieres hacer esto.
-No, no. Te equivocas. Quiero hacerlo mucho.
El gemido que he estado reprimiendo estalla cuando se sube encima de mí. Sus firmes muslos se sientan a sobre los míos.

Su pelo cosquillea mi clavícula cuando se inclina hacia adelante.
Mi corazón despega en un galope fuerte y veloz.
-¿Quieres dejar de ser tan difícil? -me dice.
Y entonces me besa.
Oh, mierda.

Debería pararlo. Sí, debería hacerlo ya mismo, pero su cuerpo es cálido y suave y huele tan bien que no puedo pensar.

Su boca se mueve con ganas sobre la mía, y le devuelvo el beso con ansia, envolviendo mis brazos alrededor de su cuerpo y acariciando su espalda mientras nuestros labios se funden.

Sabe a piña colada y hace los sonidos más sexys que he escuchado jamás cuando aspira ansioso mi lengua como si nada le bastase.
-Kyungsoo -murmuro contra sus ansiosos labios-. No podemos.

Pero el empieza a lamer mi labio inferior para después morderlo con fuerza suficiente como para convocar el gruñido de mi garganta. Mierda. Mierda, mierda, MIERDA. Necesito descarrilar este tren de lujuria antes de que se precipite hacia el punto de no retorno.

-Me encanta tu pecho -respira y, ay Dios santo, empieza a frotar su pecho contra mis pectorales y puedo sentir sus pezones sobresaliendo de su camiseta.
Quiero romper esa camiseta de mierda. Quiero llevar esos pezones duros a mi boca, meterlos bien dentro y chuparlos. Pero no puedo. No voy a hacerlo.

-No. -Le meto mi mano en el pelo y lo aprieto entre mis dedos-. No podemos hacer esto. No esta noche.

-Pero yo quiero hacerlo -susurra-. Me muero de ganas de hacerlo contigo.
Acaba de pronunciar las palabras que todo chico quiere oír: «me muero de ganas de hacerlo contigo...», pero, joder, está borracho y no puedo permitir que haga esto.

Su lengua rodea mi lóbulo de la oreja y mis caderas salen disparadas hacia arriba. Ay, Dios. Quiero estar dentro de el.

Necesito una fuerza sobrehumana por mi parte para apartarlo de mi cuerpo. El gime en señal de protesta, pero cuando toco suavemente su mejilla, el gemido se convierte en un suspiro de felicidad.
-No podemos hacer esto -le digo con voz ronca-. Me pediste que cuidara de ti, ¿te acuerdas? Bueno, pues este soy yo cuidando de ti.

No puedo ver su expresión en la oscuridad, pero suena sorprendido al decir:
-Oh. -Entonces se acerca a mí y mi cuerpo se tensa al instante.

Estoy listo para dejar las cosas bien claras de nuevo, pero Kyungsoo simplemente se acurruca contra mi cuerpo y descansa su cabeza en mi pecho. -Vale.
Buenas noches.
¿Vale? ¿Buenas noches?
¿De verdad piensa que voy a ser capaz de dormir después de lo que acaba de suceder? Pero creo que no piensa nada en absoluto.

No, se ha quedado frito otra vez y mientras su respiración constante me hace cosquillas en el pezón, me trago otro gemido y cierro los ojos, haciendo todo el esfuerzo que soy capaz para ignorar la lujuria que palpita en mi ingle.
Pasa mucho, mucho tiempo antes de que pueda dormirme.

😏🔥

Esto se está prendiendo.

Capítulo 2/4

Nos leemos en un rato.

Enamorarse no es opción (Kaisoo)Where stories live. Discover now