Kyungsoo

251 41 6
                                    

—¡Alto ahí! —Una voz aguda retumba cuando voy con prisa a mi dormitorio—. ¿A dónde crees que vas, señorito?

Me doy la vuelta, sorprendido de encontrarme a Baek tumbado en el sofá en nuestra zona común, sosteniendo uno de sus vasos de zumo repulsivo en la rodilla. Con las prisas, ni siquiera lo había visto.

—¿Qué estás haciendo en casa? —le pregunto con sorpresa—. ¿No tenías Economía los miércoles?

—Se ha cancelado porque el profe tiene ébola.

Cojo aire.

—¡No me jorobes! ¿En serio?

El se ríe travieso.

—Bueno, no. Quiero decir, quizá sí que lo tenga. Nos envió un correo electrónico diciendo que había pillado una «enfermedad» —mi amigo hace el gesto de las comillas en el aire—, pero no ha dicho qué enfermedad. Y a mí me gusta imaginar que es algo malo. En ese caso no podría darnos clase en lo que queda de curso, y todos sacaríamos un sobresaliente de forma automática.

—Eres malo, Baek —informo—. Y un día de estos esa magia negra vudú tuya se va a volver en tu contra. En serio, no vengas arrastrándote a pedirme consuelo cuando contraigas ébola. Bueno, me tengo que ir. Solo he venido a dejar mis cosas antes de pirarme al ensayo.

—De ninguna manera, Soo Soo. Vas a sentar tu culito en este sofá porque tú y yo necesitamos tener una pequeña charla.

—De verdad, no puedo llegar tarde al ensayo.

—¿Cuántas veces ha llegado tarde Mark al ensayo? —pregunta.

Tiene razón.

Con un suspiro, me acerco al sofá y me dejo caer.

—Bueno. ¿Qué pasa? Y date prisa. —Vale, si quieres ir rápido… ¿Qué narices de todos los colores y tamaños está pasando entre tú y JongIn?

Dejo mi boca cerrada. Mierda. Me ha pillado. A ver, es verdad que anoche le envié un mensaje al móvil diciendo Estoy en casa de JongIn.

Llegaré tarde. Pero dado que Baek vive gran parte de su tiempo en su burbuja personal, cuyo centro está ocupado por Casper, había albergado la esperanza de que no sacara el tema.

—Nada. Eso es lo que está pasando —le respondo.

Ja. si «nada» significa que «estuve en su casa, nos desnudamos y nos masturbamos el uno delante del otro y después tuve un orgasmo y él tuvo un orgasmo y fue la mejor sensación de la vida».

Baek percibe mi débil intento de mentir.

—Voy a preguntártelo una vez más y solo una vez: Do Kyungsoo, ¿estás saliendo con Kim JongIn?

—No.

El entrecierra sus ojos.

—De acuerdo. Te lo preguntaré dos veces. ¿Estás saliendo con…?

—No estoy saliendo con él. —Suspiro—. Pero estamos tonteando.

Su mandíbula se abre hasta el límite. Pasa un segundo, y después otro, y después sus ojos  se iluminan por la victoria.

—¡Ja! ¡Sabía que estabas por él! ¡Oh, Dios mío! Sujeta mi zumo. ¡Creo que necesito saltar de la alegría! O mejor dicho, ¡bailar! —Se levanta—.

¿Sabes cómo se baila la conga? Si es así, ¡bailemos ahora mismo!

Me río.

—Ay, Dios, por favor no te pongas a hacer ningún baile. Y no es para tanto, ¿vale? Probablemente se acabe pronto.

Enamorarse no es opción (Kaisoo)Where stories live. Discover now