Kim JongIn 1/4

235 40 4
                                    

Empezamos con el maratón porque ustedes lo pidieron en especial  Strawberrychan24 😊. Así que aquí está el primero de 4 capítulos.

Kyungsoo está como una cuba.

No solo eso, sino que además se niega a volver a casa. Es la una de la mañana y la fiesta se ha trasladado del bar a mi casa, y no importa lo mucho que lo intente, me resulta imposible convencer a Kyungsoo de que se retire por hoy.

Empieza a ser absolutamente esencial que Kyungsoo vuelva a su residencia. Mi salón está lleno de jugadores de hockey y de conejitas y conejitos y  todos sin excepción tienen por lo menos un 8 en mi escala de borrachera: veloces en su camino a mandar la inhibición a tomar viento y cometiendo algunos errores garrafales.

Suho acaba de arrastrar a un Kyungsoo muerto de la risa al centro del salón y los dos han empezado a bailar el Baby, I Like It Raw de ODB, que sale de los altavoces a todo volumen.

Kyungsoo no se movía de forma sugerente mientras cantaba Lady Gaga en el karaoke del bar, pero todo ha cambiado. Ahora se mueve sexy de flipar.

Ha pasado de la «Miley Cyrus del Disney Channel» al modo «zorrón total Miley» y es sin duda el momento adecuado para parar esto de raíz antes de que llegue al modo «¡hagamos un vídeo acostándonos, Miley!». Bueno, Miley nunca se ha hecho un vídeo manteniendo relaciones, ¿no? Joder, ¿se me ha ido la olla o qué? Por supuesto que sí.

Voy directo hasta donde están Kyungsoo y Suho, les separo con fuerza sujetando con firmeza el hombro de Kyungsoo.

—Necesito hablar contigo —le grito encima de la música.

El pone mala cara.

—¡Estoy bailando!

—Estamos bailando —añade Suho.

Le lanzo una mirada muy seria a mi compañero de equipo.

—Baila con otra persona —concluyo. Como si hubiera hecho una señal, una chica dispuesta a bailar con él se acerca cual aparición y tira de Suho hacia sus brazos. Suho se olvida de inmediato de Kyungsoo, lo que me permite arrastrarlo fuera del salón sin más objeciones.

Le rodeo el brazo con mi mano y lo dirijo al piso de arriba; no lo suelto hasta que estamos en la tranquila seguridad de mi dormitorio.

—La fiesta se ha acabado —anuncio.

—Pero me lo estoy pasando pipa —se queja.

—Sé que es así. —Cruzo los brazos—. Te lo estás pasando DEMASIADO pipa.

—Eres malo. —Con un suspiro exagerado, Kyungsoo se acuesta en la cama y cae sobre su espalda—. Tengo sueño.

Sonrío.

—Vamos, te llevo a tu residencia.

—No quiero ir. —Extiende los brazos y las piernas y empieza a hacer un ángel de nieve en mi cama—. Tu cama es tan grande y cómoda.

Después sus párpados aletean hasta que se cierran y se queda quieto.

Otro profundo suspiro se escapa de sus labios.

Reprimo un gemido cuando me doy cuenta de que está a solo unos segundos de quedarse dormido, pero luego decido que es mejor que lo deje dormir aquí esta noche y la lleve a su casa por la mañana. Porque si yo lo llevo a casa y se anima otra vez, no estaré allí para asegurarme de que no se mete en algún lío.

—Vale —digo asintiendo una vez con la cabeza—. Quédate aquí a dormir la mona, Ceniciento.

El resopla.

—¿Eso te hace mi príncipe?

—Exacto. —Me meto en el baño y rebusco en el armario donde guardo las medicinas hasta que encuentro ibuprofeno. Después lleno un vaso con agua y regreso a la cama; me siento en el borde y obligo a Kyungsoo a sentarse—. Tómate dos de estas y bébete el agua —ordeno, poniendo dos pastillas en la palma de su mano—. Créeme, mañana por la mañana me lo agradecerás.

Meter pastillas y agua en la garganta de otra persona no es nada nuevo para mí. Lo hago a menudo con mis compañeros de equipo. Especialmente con Suho, que lleva el tema de pillarse pedos a un nivel completamente diferente, y no solo en su cumpleaños. Kyungsoo sigue obedientemente mis instrucciones antes de caer sobre el colchón de nuevo.

—Buen chico.

—Tengo calor —murmura—. ¿Por qué hace tanto calor aquí?

Mi corazón deja de latir, literalmente, cuando empieza a quitarse los jeans  tumbado.

La prenda se engancha en sus rodillas, provocando que suelte un fuerte gemido.

—¡JongIn!

No puedo evitar reírme. En una actitud piadosa por mi parte, me inclino para ayudarlo, quitándole los jeans de sus piernas y haciendo todo el esfuerzo que puedo para ignorar la piel suave y sedosa bajo mis dedos.

—Ya está —le digo con voz ronca—. ¿Mejor?

—Aaaaajá. —Coge la parte de debajo de su camiseta.

Ay, santo Dios.

Aparto la mirada de su cuerpo y voy casi tropezando hasta mi armario para buscarle algo para dormir. Cojo una camiseta vieja, tomo una respiración profunda y me doy la vuelta para mirarlo.

Ya no lleva camiseta.

No mires. Está borracho.

Obedezco a mi severa voz interior y le prohíbo a mi mirada que insista.

Le meto la camiseta por la cabeza y rezo para que no sea de esos donceles que se desnuda luego.

—Me lo he pasado muy bien esta noche —balbucea Kyungsoo feliz—.

¿Ves? Es posible que esté roto, pero todavía puedo divertirme.

Me quedo congelado donde estoy.

—¿Qué?

Pero el no responde. Sus piernas desnudas le dan una patada al edredón y se mete debajo, rodando sobre su lado mientras suelta un pequeño suspiro.

Pierde el sentido en cuestión de segundos.

Siento una oleada de malestar cuando apago la luz. ¿Está roto? ¿Qué coño significa eso? Con el ceño fruncido, salgo de puntillas de la habitación y en silencio cierro la puerta detrás de mí. Las crípticas palabras de Kyungsoo siguen resonando en mi cabeza, pero no tengo la oportunidad de reflexionar más sobre eso porque, cuando llego abajo, Chen y Suho no pierden ni un segundo en llevarme a rastras a la cocina para una ronda de chupitos.

—Es su cumpleaños, tronco —dice Chen cuando digo que no quiero —.Tienes que tomar un chupito.

Cedo y acepto el vaso. Los tres chocamos nuestros vasos y nos tomamos el whisky de un trago. El alcohol quema mi garganta y calienta el estómago, y le doy la bienvenida al cálido zumbido que flota por mi cuerpo. Toda la noche me he estado sintiendo… raro. Esa estúpida canción, las lágrimas de Kyungsoo en el bar, la confusión de no entender bien lo que el me hace sentir.

Estoy ansioso y raro, y cuando Chen me sirve otra copa, esta vez no me opongo.

Después del tercer chupito, ya no pienso en la confusión que siento.

Después del cuarto, simplemente no pienso nada.

Capítulo cortito, nos leemos en un rato más.

😊

😊


Enamorarse no es opción (Kaisoo)Where stories live. Discover now