Sempiterno || °Carlisle Cullen°

19

─ ¿Quién era ella?  ─ Preguntó Sam a Billy

─ ¿A quién te refieres, Sam?

─ La chica, la chica que estaba en tu casa

─ Es Gala, la muchacha del sheriff ─ Dijo el hombre haciendo que el joven se sorprendiera

─ ¿Es la hija del Sheriff Swan?

─ Oh, no, no. Es como si fuera la protegida de él. Es nueva en Forks, pero Charlie ha decidido ayudarla en todo. ─ Le aclaró con una gran sonrisa ─ ¿Por qué preguntas, muchacho?

Sam frunció el ceño pensando en lo que iba a decir

─ Es...extraña. ¿No has notado nada raro en ella? ─ El Black frunció el ceño extrañado

─ No. Es una gran chica, Charlie nos hablaba muy bien de ella y nosotros mismos lo hemos comprobado hoy. Puede ser que sea un poco cerrada cuando se trata de si misma, pero nada fuera de lo común

─ ¿A qué te refieres con eso?

─ Charlie ya nos dijo que no contestaba preguntar privadas. Nosotros lo hemos intentado, pero siempre evita dar respuestas

─ ¿Y eso no te ha parecido extraño?

─ Chico, ¿a donde quieres llegar? ─ Billy funció el ceño un poco más. Gala le había caído muy bien, y no entendía esa duda que tenía Sam de ella cuando ni siquiera habían hablado ─ Simplemente puede ser que haya pasado malos momentos, o que quiera hacer un borrón y cuenta nueva. Tampoco tiene por qué decirnos todo sobre ella, está en su derecho

Sam suspiró mientras se tocaba levemente la nariz recordando el olor que recibió de la chica.

─ Cuando la vi... sentí un aroma. Era uno fuerte, como a cítrico. ─ Iba a seguir hablando, pero Billy le interrumpió

─ Espera ¿Te has imprimado de Gala?

─ ¿Qué? ¡No! A eso es a lo que vengo. Por eso me extrañé tanto. ─ se tocó la frente frustrado ─ Ha sido un momento raro. Mi cuerpo se tensó como si se sintiera en peligro, pero mi mente y corazón se relajaron de golpe. Ese aroma a cítricos inquietaba a mi lobo, como si no estuviera correcto, pero al mirar sus ojos se relajó. ─ Se frotó más aún la frente y nariz, comenzando a sentirse inquieto

─ Eh, eh, tranquilo Sam. Te vas a transformar si sigues así

Pero Sam ya no podía escuchar bien. Lo único que sentía es que necesitaba volver a sentir ese aroma, a sentirse amenazado pero a la vez tranquilo, a sentirse entre la puerta del infierno y la del cielo, volver a ver esos ojos azules que parecieron brillar al visualizarlos

Sam salió corriendo de la casa de la familia Black y se transformó de golpe en un gran lobo negro.

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Respiré de golpe sintiendo como el aire entraba de nuevo en mis pulmones.

Charlie me miró con duda

─ ¿Estás bien?

─ Sí ¡Sí! Me centré tanto en el partido que derepente se me olvidó respirar ─ Mentí mientras fingía una risa.

─ ¿Está entretenido el partido, eh? ─ Dijo orgulloso

─ Así es ─ Me reí esta vez de verdad. ─ Pero me acabo de acordar de que tenía deberes y no los he hecho ─ Fingí una mueca ─ Tengo que irme a casa, seguiré viendo el partido allí