Sempiterno || °Carlisle Cullen°

.17..

Al tiempo pudimos acabar con todos los neófitos. Ahora, los Cullen y la manada estábamos agrupando los cadáveres para encender una hoguera.

Para rematarlos.

Lancé uno de los últimos con fuerza, y entonces mi vista se dirigió a una muchacha de ojos rojos.

Una de los neófitos aún seguía con vida.

Di un paso hacia adelante, pero al mirarla con más detenimiento paré.

Pasaba el peso de su cuerpo de una pierna a otra con nerviosismo, se abrazaba a si misma con fuerza y miraba a todos lados inquieta.

Algo me dijo que no era ningún peligro, asi que me acerqué a ella a paso suave para no asustarla.

─ ¿Qué haces aquí? ─ Vale...había sonado muy brusco.

La joven chica me miro en alerta y dio unos pasos hacia atrás.

─ Yo... ─ su voz temblaba, pero era dulce y suave.

Relajé mi postura aún más y le sonreí.

─ Tranquila, no te voy a hacer nada ─ le dije suavemente.

─ Yo...─

─ ¿Tú...? ─ le insistí

─ Carlisle...─ dijo mirando al de cabellera rubia.

Entonces entendí...e involuntariamente sonreí al pensar lo que había hecho. Le había dado una segunda oportunidad a esta chica.

Miré aún con la sonrisa al rubio, quien al parecer noto nuestras miradas, pues se giró y nos miró con una sonrisa. Desenlazó sus brazos cruzados y comenzó a caminar hacia nosotras a paso relajado.

Verlo venir hacia mi con su dulce sonrisa causó que mi corazón latiera con fuerza. El rubio unió nuestras miradas agrandando su sonrisa, había escuchado mi corazón.

─ Ya os habeis conocido ─ dijo simpático.

─ Bueno...Solo ha dicho tu nombre ─ dije risueña mirando a la chica. Carlisle solto una corta risa.

Se acercó a la joven y puso una mano en su hombro para tranquilizarla.

─ Ella es Bree. ─ La presentó ─ Estaba apartada de todos sin meterse en la pelea. Le he ofrecido unirse a nosotros y no se ha negado.

Sonreí dulcemente, parecia buena chica.

─ Bree, ella es Gala, mi p- amiga

No voy a mentir, eso dolió. Mi corazón no quería tener esa etiqueta, sino otra.

Pero poco a poco.

─ Es una chica fabulosa, os llevareis bien ─ mis ojos se unieron con los de Carlisle.

Esa mirada tan cáIida que me daba y que me derretia por completo.

Nuestro pequeño "momento" se vio interrumpido cuando Alice soltó un quejido mientras veía fijamente al fuego que se había encendido en los cuerpos.

─ ¿Qué has visto? ─ le pregunto Jasper acariciando sus hombros

─ Varios Vulturis vienen hacia aquí ─ avisó.

Mi cuerpo se tensó nada más escuchar el nombre, sentí una ráfaga de aire a mi derecha que me hizo girar la cabeza. Mi padre se había puesto a mi lado con rapidez, sus ojos estaban abiertos y me miraban decididos mientras sus facciones estaban endurecidas. Alzó sus manos y acunó mis mejillas.

─ Debes marcharte ─ me dijo ─ Ya, que de tiempo a que tu olor desaparezca.

Asentí al instante, ni loca iba a quedarme a ver lo que pasaba.

Miré a Carlisle y él también asintió, la calidez en su mirada se había marchado y solo se veía la seriedad.

En ese momento Edward, Isabella y Seth aparecieron. Sí que habían sido rápidos.

─ ¿Cuánto les queda? ─ preguntó Edward

─ Unos minutos. Tal vez diez. ─ Le respondió Alice.

Carlisle entonces clio un paso hacia adelante y alzó la voz.

─ La manada se tiene que marchar, los Vulturis no respetarán una alianza. ─ Ordenó, haciendo que los lobos comenzaran a moverse. Se giró a mirarnos a Bree y a mi. ─ Gala, como ha dicho tu padre, tienes que irte. ─ dijo suavemente ─ Por favor, llevate a Bree contigo, no sabemos si no le harían nada.─  Asentí conforme ─ Ten, id a casa

Carlisle me tendió las llaves de la casa que sacó de su chaqueta deportiva.

Justo cuando las cogí se empezó a escuchar un alboroto, al mirar Leah estaba forcejeando con un neófito olvidado. Jacob fue a socorrerla y por ello fue estrujado entre los brazos del vampiro.

Comenzó a soltar grandes quejidos que hicieron que reaccionara. Empecé a correr hacia él mientras Jared y Sam acababan con el neófito.

Nada mas llegar junto a Jacob éste se destransformó, mostrando como apretaba los brazos contra su cuerpo con dolor. Me acerqué cuanto pude a él, por si mi aroma le calmaba un poco, pero parecía que no.

Enseguida fue rodeado por la manada, Isabella, Edward y Carlisle, éste último comenzó a palpar su cuerpo para ver lo que ocurria.

─ Aguanta, Carlisle se ocupará de ti ─ le dijo Edward

─ Tiene los huesos del lado derecho aplastados ─ anunció el rubio

─ Bella...─ le llamo Jacob

─ Jake estoy aquí ─ tranquilizó Isabella acariciandole el pelo

─ ¡Jacob idiota, lo tenía! ─ grito Leah mirándole preocupada

─ ¡Leah! ─ le regañó Sam con seriedad y enfado, incluso preocupación

─ Hay que encajar los huesos antes de que inicie su curación acelerada ─ dijo Carlisle tocando su brazo ─ Ya empieza ─ avisó

─ No, tenemos que sacarlo de aquí, no podríamos acabar con los Vulturis ─ dijo Edward

─ Lo llevaremos a casa de Billy ─ dijo Sam

─ Iré en cuanto pueda ─ contestó Carlisle

─ Aguanta Jake ─ pidió Isabella completamente preocupada.

Entre la manada alzaron a Jacob al aire y comenzaron a correr. Vi como Seth y Leah se quedaron quietos mirando preocupados a Jacob. Me acerqué a ellos.

─ No os preocupeis, Jake estará bien, es fuerte ─ dije suavemente.

Aunque yo también estaba preocupada.

Seth al verme corrió a mis brazos y suspiró inquieto.

─ Tranquilo...─ sobé su espalda ─ Ve con la manada, no te quedes atrás.

Siguiendo mis palabras comenzó a correr sin poner pegas. Miré a Leah, quien aún no reaccionaba.

─ Sentirte culpable no arreglará nada, Leah ─ dije con voz calmada, consiguiendo que me mirase ─ Las acciones cuentan más, mantente a su lado y ayudalo hasta que se recupere. Es lo único que puedes hacer ahora ─

Leah suspiró entrecortada y asintió.

─ Gracias Gala ─ dijo antes de marcharse

Suspiré y miré a las otras tres personas restantes. Edward intentaba calmar a Isabella, y Carlisle...el ya me estaba mirando y lo hacía de una forma que calaba dentro mía, Como si mis palabras se las hubiera dicho a él.

Le ignoré, pues ahora tenía prisa, los Vulturis estaban cerca.

─ ¡Bree, nos vamos! ─ le avisé a la chica, quién en un segundo ya estaba a mi lado. Le cogí con fuerza de la mano y me miro extrañada ─ Por si acaso nos encontramos con algún humano ─ expliqué.

La chica no tardó en asentir estando de acuerdo, y con una última mirada al panorama empezamos a correr lejos de aquí.