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─ ¡¿A donde vas?! ─ Me preguntó el duendecillo de Seth cuando me coloqué el abrigo y la bufanda.

─ Pues...a bailar y disfrutar de la Nochebuena, ¡tal vez conozca a algún chaval! ─ Le dije divertida

─ ¡No puedes hacer eso! ¡Todavía eres muy pequeña! ─ Me dijo el más pequeño de la sala, causando la risa de todos los presentes

─ Es mayor de edad, hijo ─ Respondió Harry.

─ ¡Da igual! ¡Ya nos tiene a Jacob y a mí! ¡Hasta los treinta no habrá ningún otro chico! ─ Se cruzó de brazos y se quitó el gorro de cascabel de Papá Noel

─ Lo que tú digas, Seth. Nada de chicos entonces ─ Me reí siguiéndole el juego

Salí de casa sin escuchar su respuesta viendo el coche de Alice aparcado en la entrada sin las luces encendidas.

Lo rodee y abrí la puerta de copiloto

─ Siento la tardanza, Alice. Seth se ha puesto un poco pesado ─ Me disculpé nada más sentarme en el coche.

Entonces noté el aroma a frutos del bosque, me giré al conductor enseguida y solté el cinturón de seguridad que estaba por ponerme.

Carlisle me sonreía con una dulce sonrisa mirándome entretenido

─ Carlisle...─ Le nombré con una sonrisa formándose en mi rostro.

─ Feliz Nochebuena, Gala ─ Me dijo suavemente

Negué divertida

─ Esto es idea de Alice ¿Cierto? ─ Pregunté. Carlisle alzó los hombros.

─ No se puede hacer nada contra ella ─ Dijo riéndose.

─ Bueno, vamos a pasarlo bien entonces. ─ Me abroché el cinturón ─ ¿Cuál es el plan?

Carlisle condujo hasta las profundidades del bosque y lo aparcó en medio de los árboles

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Carlisle condujo hasta las profundidades del bosque y lo aparcó en medio de los árboles.

Solo había vegetación por lo que estaba curiosa.

─ ¿Es aquí cuando me matas? ─ Bromeé al bajar del coche

Carlisle se rió suavemente, dio la vuelta al coche y se puso a mi lado.

─ Estoy aquí para protegerte. Nunca haría cualquier otra cosa ─ Dijo cogiéndome de la mano.

Mis mejillas se calentaron y evité mirarlo.

─ Venga, vamos ─ Di un paso hacia delante estirando su brazo para que guiara el camino. Sin querer que viera que me había puesto nerviosa.

Pero claro que escucharía mi corazón, y por ello Carlisle tenía una tonta sonrisa en el rostro

Se rió y antes de empezar a caminar fue él quien estiró mi brazo con más fuerza de lo normal, haciendo que me tropezará hacia atrás y callera en su pecho.

Puso sus brazos en mi cintura y me abrazó, escondiendo su rostro en mi cuello como estábamos acostumbrándonos a hacer.

Aspiró mi aroma a la vez que apretaba mi cintura y daba leves caricias. Suspiré por lo que me causó ese pequeño gesto y aspiré de igual forma su aroma.

─ Feliz Nochebuena ─ Dijo de nuevo.

─ Ya lo has dicho ─ Respondí riéndome.

─ Estoy esperando a que tú también lo digas

Me reí levemente a la vez que me separaba del abrazo, pero él no quitó sus manos de mi cintura.

─ Feliz Nochebuena, Carlisle.

Sonrió enseñando los dientes en una bonita sonrisa.

De golpe apretó el agarre de la cintura y me alzó por los aires, haciendo que enredara mis piernas en su cintura y me agarrara por sus hombros para no caer.

─ ¡Carlisle! ─ Pregunté sorprendida y con las mejillas rojas ─ ¿Y estas confianzas?

─ La que quiero tener contigo ─ Respondió acariciando de nuevo mi cintura

Sin querer que viera mis mejillas más rojas escondí mi rostro en su cuello, causando que se riera.

─ ¿Y por qué has hecho eso? ─ Pregunté un poco tímida.

─ Te voy a llevar hacia una sorpresa, y no quiero que la veas. ─ Dijo comenzando a caminar.

─ ¿Y no es más fácil taparme los ojos? ─ Pregunté divertida mirando los árboles que iba dejando atrás Carlisle.

─ Mmm...me gusta más esta forma ─ Dijo igual de divertido

Me reí encantada por la situación.

Después de un par de minutos, Carlisle me bajó al suelo y me tapó los ojos con sus manos antes de darme la vuelta y comenzar a caminar.

─ Estamos cerca ─ Anunció

─ ¿Qué será? ¿Qué será? ~ ─ Dije canturreando. Estaba feliz.

Apenas un minuto después paramos en un lugar, Carlisle dejó libres mis ojos y los abrí poco a poco.

Solté un jadeo de sorpresa por lo que veían mis ojos.

Había una mesa plegable de plástico con dos sillas, tenía un mantel navideño y dos copas junto con una botella de vino tinto.
El suelo era como si lo hubieran limpiado, sin ninguna hoja caída, y los árboles alrededor tenían en sus ramas luces cálidas colgando.

Era una vista preciosa y mágica. Digna de Navidad.

─ ¿Te gusta? ─ Me preguntó con una cálida sonrisa.

─ Claro que sí, es...─ Dije asombrada ─ Es una preciosa cita navideña. ─  Completé.

─ ¿Has dicho cita? ─ Preguntó sorprendido acercándose más a mi.

Me puse incómoda en el instante.

─ Qu-quiero decir...de amigos, sí, de amigos, una cita amistosa ─ Arreglé sin mirarlo.

─ Yo no quiero una cita amistosa, Gala. ─ Dijo antes de alzar mi cabeza para mirarle ─   Y me alegra que veas esto como una cita

Los dos nos sonreímos, yo más tranquila y él sincero.

El ambiente se volvió íntimo, sin poder apartar nuestras miradas.
Carlisle acogió mi mejilla con su mano y me dio una dulce caricia mientras se acercaba levemente a mí.

Me puse nerviosa viendo sus intenciones, queriendo seguirlas yo también, pero entonces Esme llegó a mis pensamientos y una incomodidad se creó en mi pecho. Carlisle pareció notarlo, porque suspiró y cambio de dirección para darme un beso en la frente con suavidad y lentitud.

Sempiterno || °Carlisle Cullen° Where stories live. Discover now