Sempiterno || °Carlisle Cullen°

.9..

─ ¡Jacob vete a casa! ─ fue lo primero que escuchamos al abrir la puerta.

Isabella estaba en medio de Edward y Jacob, quienes se miraban como si quisieran saltarse el uno al otro.

─ Eh, eh, eh, eh. ¡Tranquilos chicos, tranquilos! Vamos a calmarnos un poco ¿De acuerdo ? ─ preguntó Charlie llegando a ellos y separando a esos dos.

Después de un segundo en silencio en el que los dos chicos no apartaron sus ojos del otro, Charlie preguntó que pasaba.

─ He besado a Bella ─ confesó Jacob

Charlie giró rápidamente la cabeza hacia él, mirándolo sorprendido, pues no pensaba que diría eso. Yo, en cambio, me agarré el tabique y suspiré.

─ Y se ha roto la mano...pegándome en la cara.

Esta vez fui yo la sorprendida y rápidamente fui hacia la chica cogiéndole de la mano para verla.

¿Por qué era tan temeraria esta niña?

¿Por qué no pensaba más las cosas y se preocupaba por si misma?

¡Que ha pegado a un licántropo!

─ Estoy bien, Gala ─ me dijo suavemente.

Resoplé y solté su mano.

─ Ha sido un malentendido ─ terminó por decir Jacob.

Charlie entonces suspiró y asintió.

─ Bien...vamos a que te curemos eso ─ le dijo a su hija.

─ Mi padre puede hacerlo, incluso sería mejor ─ ofreció Edward.

Charlie asintió conforme y me miró de sopetón.

─ Gala, ve con ellos

─ ¿Qué? ¡No! ─ me negué rotundamente.

─ Vas a ir con ellos.

─ ¿Y por qué tengo que hacerlo? ─ pregunté cruzándome de brazos.

─ Tú eres la mayor aquí, cuidales

─ Van a ir a su casa, no hay ningún problema con eso. ─ volví a negarme

─ Tu misma lo has dicho, no hay ningún problema con eso, así que no hay ninguno con que vayas. Ve y ya está, no me refutes.

Resoplé inconforme, pero no podía negarme a Charlie.

─ Pero voy en mi Vespa

Todos entonces nos movimos. Isabella y Edward al coche del Cullen, Jacob a su coche, y Charlie y yo hacia la casa, yo para coger las llaves y él...pues porque era su casa

Una vez cogidas las llaves, antes de volver a salir, Charlie me paró.

─ Piensa con el corazón y no con la cabeza

Viré los ojos por sus palabras, entonces el sheriff soltó una pequeña risa y negó con la cabeza.

─ Venga, te están esperando.

─ Habría salido antes si no me hubieras parado.

─ Calla y ve ─ me dijo empujándome fuera de la casa.

Vi que los dos coches estaban encendidos, Edward esperándome y Jacob...no se porqué seguía aquí.

Me acerqué a la ventanilla del conductor y esperé a que la bajara. Jacob entonces me miró apretando la mandíbula.

─ Sabes que tendremos que hablar de esto ¿Verdad? ─ fue lo primero que le dije, haciendo que resoplara.

Pero no me respondió