Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola.
Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar relaciones tan íntimas, haciendo que esa soledad creciera hasta hacerla una chica fría y dura ante...
Más días fueron pasando, y al parecer todo iba mejorando.
Yo dividía mi tiempo en Seth y Jacob, la manada, Charlie y mi abuela, siempre estaba ocupada.
Y lo mejor, Isabella había comenzado a pasar tiempo con Jacob, algo que me alegraba, pues así ella por fin salía de su habitación y Jacob era feliz.
Jacob un día vino contento diciéndome que Isabella le había pedido reparar unas motocicletas ellos juntos, y él aceptó.
Quise preguntarle a Isabella sobre ello ese mismo día, pero en las comidas que hacíamos los tres ella aún seguía dentro de su mundo.
Sobre mi abuela y mi don...todo iba perfecto. Había seguido entrenandolo y practicando con él y ahora sí que lo controlaba, al 100%. Todas las tardes recibía halagos de mi abuela que me hacían sentir como una niña de siete años y me sentía genial con ella a mi lado.
Hoy estaba en el bosque con Eveleen, llevábamos un tiempo en silencio ya que al llegar ella me dijo de tumbarnos y disfrutar del silencio.
Le hice caso y me tumbé en el suelo apoyando mi cabeza en su regazo, pero ya llevábamos una hora en esa posición con ella tocándome el pelo.
─ Abuela...¿Hoy no vamos a hacer nada?
Eveleen tardó en responder, hasta que se movió haciéndome hacer lo mismo.
Acunó mis mejillas entre sus palmas y me miró con una dulce sonrisa que no le llegaba a sus ojos.
─ Mi dulce joya...─ dijo en un susurro ─ Hoy me tengo que marchar
Ante lo que dijo me separé de golpe sorprendida
─ ¿Qué? ¿P-por qué?
─ Mi función aquí ya está hecha, cariño. Mi alma ya tiene que descansar.
─ ¿P-pero no te puedes quedar un poco más? ─ le pregunté cogiéndole de las manos ─ Ha sido muy poco tiempo...─ dije con los ojos aguados.
─ Ha sido el tiempo suficiente, mi joya ─ acunó mi mejilla con una mano ─ El tiempo suficiente para que tu crezcas como persona, que mejores y aprendas. Y yo he estado aquí para eso, pero ya es la hora de marchar.
─ Pero aún tengo que aprender cosas y reírme más contigo. ─ le dije negada a la idea de que se fuera. Eveleen sonrió
─ Aprenderás y reirás con las personas de tu vida. Las enseñanzas que yo tenía que darte ya están completas ─ dijo suavemente.
Negué con la cabeza. No se podía ir ya.
─ Gala...ya no estás sola como cuando se fueron ellos. Ya no solo tienes a Charlie y Seth, ahora eres una más de la manada. Céntrate en ellos, disfruta de sus compañías, aprende de los lobos, confía en ellos, porque ahora no te dejarán sola.
─ Pero sin ti...
─ Sin mí, exacto. Porque ahora te toca aprender de otros y no de esta vieja mujer.─ dijo risueña ─ Yo sé que puedes.
>> Eres una mujer fuerte, Gala. Fuerte, cariñosa, testaruda, irónica...Puedes con todo lo que te ha pasado, te pasa y te pasará, porque así eres tú. Ya no me necesitas, y aunque yo quiera pasar el resto de tu vida a tu lado...mi tiempo ya se acabó.
Sin notar que estaba llorando, una lágrima cayó haciendo que Eveleen me sonriera dulcemente y la limpiara con cariño.
─ Cuando desaparezca el último rayo de sol yo lo haré con él, así que...¿Que te parece disfrutar de nuestro último día juntas?
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