5.

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A lo largo de la semana, como siempre, comía todos los días con Charlie, ahora añadiéndose Isabella a nuestra mesa. Incluso los días que tocaba comer en mi casa.

El primer día que Isabella vino a mi casa me entraron ganas de tirarle un cojín a la cabeza. Miraba y tocaba todo curiosa, y hacia ruiditos con la garganta, pero de todos modos ni siquiera me preguntó nada o comentó sobre algo.

Juro que intentaba entablar conversación con ella, ser simpática, llevarme bien, incluirla en cualquier cosa...pero la niña no quería o no estaba de acuerdo, pues siempre me ponía una mueca y hacia como si yo no existiera.

Y si fuese por mí lo aceptaría y yo haría lo mismo con ella, pero a Charlie le emocionaba que "sus dos chicas" se llevasen bien. Palabras textuales de él, no mías.

Entonces, en momentos como ahora, que estábamos los tres en casa de Charlie, intentaba mostrar mi mejor cara y tener paciencia. Mucha paciencia.

Al terminar de comer Isabella se subió con prisa a su cuarto sin siquiera recoger su plato.

Miré las escaleras molesta y Charlie suspiró.

─ Ha estado rara esta semana, ya lo habrás notado. No se porqué te trata así, Bella no suele comportarse de esa manera.

Esta vez fui yo quien suspiró. Sabía porqué estaba de esa forma, la chica llevaba la semana entera mirando nuestra mesa seguramente buscando a Edward.

Y sabía que su curiosidad sería un problema. La curiosidad siempre era mala

Me levanté de mi asiento y recogí los tres platos de la mesa, Charlie cogió los vasos y cubiertos. Cuando estábamos los dos en el fregadero el Sheriff me miró con las cejas un poco inclinadas.

─ Gala...te llevo conociendo ya un tiempo, y se cómo eres con las personas desconocidas...pero por favor, ¿puedes hablar con Bella? A lo mejor a ti te cuenta lo que le pasa.

Le miré indecisa, no creo que eso pasara.

─ Noto como intentas acercarte a mi hija, solo necesita un momento exacto para confiar en ti y que se le vaya la tontería...prueba a ver si es este momento ─ me dijo con voz suave.

Le medio sonreí aceptando, el sheriff sonrió de la misma forma y me dio un corto abrazo. Cuando nos separamos le hablé

─ Pero no te prometo que lo consiga, Isabella es...complicada, sí, esa es la palabra.

Subí las escaleras escuchando de fondo la corta risa de Charlie.

Miré la puerta de la adolescente y suspiré de nuevo para coger valor y tocar la puerta.

Si, valor, porque eso era lo que necesitaba para hablar con esta chica y recibir sus muecas sin tirarle algo a la cara.

Entré a la habitación después de recibir su consentimiento. Isabella estaba tumbada en su cama con un libro abierto y los cascos de música puestos.

─ ¿Estabas leyendo? ─ fue lo primero que dije.

Me miró dudosa y asintió.

Cerré la puerta con cuidado y metí las menos en los bolsillos de mi pantalón quedándome en el medio de la habitación.

Las dos nos quedamos en silencio mirándonos fijamente, Isabella con una de sus muecas y yo aguantando una simple sonrisa.

Al final terminé suspirando y cruzandome de brazos.

─ Mira Isabella, lo he intentado ¿Sí? ─ al decirlo la chica alzó una ceja sin entender ─ Me refiero a conocerte. He intentado ser simpática pero lo único que recibo de ti es silencio.

Isabella suspiró, cerró el libro, se quitó los cascos y se sentó en forma de mariposa en la cama. Palpó repetidas veces el espacio a su lado invitándome a que me sentara.

─ No sé si te importará mucho, pero Charlie se ha vuelto una persona importante para mí, y él quiere que nos llevemos bien, asi que por él estoy aquí, en tu habitación ─ le expliqué mirandola una vez sentada.

Asintió repetidamente y se mordió el interior de la mejilla mirando por la ventana.

─ Isabella...¿hay algún problema conmigo? ¿Algo que no te guste de mí?

Me miró levemente antes de volver su mirada a la ventana

No es que no me gustes...es que...no te quiero cerca.

La miré sorprendida.

─ WoW...concisa y directa ─ dije divertida.

Na, no me había importado ni un comino.

─ ¿Por algo en concreto?

Isabella se tomó su tiempo pensando antes de contestarme

─ Se dicen cosas de tí.

─ Rumores sin importancia ─ dije jocosa

─ ¿Y si alguno es verdad? Tienes fama de peligrosa y amargada.

─ ¿Peligrosa y amargada? WoW, me sigues sorprendiendo. Pero Isabella...¿Por qué crees en los rumores?

No me contestó. Le sonreí divertida.

─ Si crees en los rumores... habrás escuchado seguramente el de tu padre y yo.

Isabella se tensó y me miró incómoda.

─ Gala, la nueva estudiante que se fuga de su casa para vivir su romance prohibido con un hombre mucho mayor que ella, el sheriff de la ciudad. ─ dije con voz de noticia ─ Pedazo de historia ¿Eh? ─ le sonreí más divertida todavía ─ ¿Te crees esa también, Isabella?

Me miró indecisa.

─ Vaya... entonces te la crees ─ me reí levemente, haciendo que me mirara molesta.

─ Comes todos los días con él, y eres muy...

─ ¿Cariñosa? ─ le completé divertida. Isabella asintió ─ ¿Charlie no te comentó nada de mi?

─ Sí, que había una nueva vecina que habían formado una buena relación... pensé que sería una mujer de su edad, no una...de la mía.

Me reí levemente negando con la cabeza.

─ Charlie fue el primero que me ayudó cuando llegué aquí ─ comencé a explicarle con una suave sonrisa recordando esos momentos ─ No pensó nada sobre mí, simplemente me hizo compañia los primeros días.

>> El primer día me ayudó a limpiar toda la casa, y al terminarla me enteré de que comía solo, así que decimos acompañarnos en la comida.

>> Con el paso del tiempo nos hicimos más cercanos. Él me llevaba al instituto, ya que yo no tenía transporte, y fue ahí que nació ese rumor.

>> Pero Isabella, no creas todo lo que dicen las demás personas, porque no tenemos nada romántico, más bien fraternal. Charlie es como un tío para mí que me apoya en todo, y yo para él la sobrina que no tiene. Simplemente.

Terminé de hablar con una sonrisa dirigida a la chica Swan, quien miraba sus manos jugueteando con ellas.

─ Tienes...tienes razón, lo siento ─ dijo casi en un susurro, pero suficiente para mí.

Me miró y entonces las dos nos sonreímos mutuamente. No una sonrisa grande, más bien pequeña, pero sobraba, ya era algo más que los días anteriores.

─ Entonces...¿Que te pasa? ─ le pregunté

Sempiterno || °Carlisle Cullen° Where stories live. Discover now