los Strauss estrenan la fiesta

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James actuó sin más mientras se interrogaba: « ¿Cómo puede la gente sorprenderse todavía en esta vida? ¿Acaso nadie ve lo absurda y lo simple que es?».

Mientras tanto Matt estaba confuso, muy confuso, solo podía estar ahí, recibiendo aquel beso repentino, con furia, rabia, fuerza... y agarrando a su amigo fuertemente de la camisa notando sobre su piel sus propios latidos...

Por una vez en la vida, por muy impulsivo que fuera James, había hecho las cosas pensando, no mucho, aclaremos ese detalle, pero eso no era raro en él.

Había actuado según un irracional sentimiento indescifrable, había tenido una necesidad, no sabía por qué, pero tenía claro que si no besaba a Matt no podría controlar ese impulso. Según él había sentido una amenaza, una extraña mezcla de ansiedad, preocupación y miedo.

Pero a la vez sentía rabia, una gran molestia que no se apartaba respirando profundamente o apretando los puños con fuerza.

Quizás en su cabeza fuera "un sentimiento indescifrable" porque, simplemente, no se atrevía a llamarlo por su nombre más común: Celos.

El brazo de Matt estaba siendo fuertemente apretado por la mano del más joven, no podía hacer nada por evitar notar todos y cada uno de sus muros derribándose ante aquel contacto que le había pillado desprevenido por una vez a él.

Todos sus sentidos detectaban indicios de lo que estaba sucediendo a su alrededor, pero tan solo podía hacerle caso a los más significativos. Las manos de James aferrándole con fuerza, sus labios besándole con un éxtasis desconocido hasta ese momento en el chico, el característico olor de champú que desprendía su pelo, la suavidad de su lengua rozando la suya sin apenas pararse a saborear el momento; y aquel sonido de su respiración mezclada con pequeñas exclamaciones involuntarias.

Pero después de esos tres segundos iniciales de asimilarlo, tan solo cerró los ojos y se dejó llevar.

Aquella pequeña conmoción que sintieron ambos en su interior no fue comparable a la que sentían todos los demás presentes, los cuales disfrutaron de todo el espectáculo desde otro punto de vista.

Sobre todo Dereck, el cual permaneció todo el rato con los ojos fijos en su hermano pequeño y en un proceso de shock.

Keith se apoyó sobre su amigo sonriendo y manteniéndose al margen de la conversación de Luka, Steve y Cristy, como todos los demás, pero sin mostrar un mínimo de sorpresa o interés en el pequeño pelirrojo y su mejor amigo.

-Hey, cierra la boca que te van a entrar moscas...-le susurró divertido el rubio a su lado.

Pero él no era el único que se había quedado en blanco, pues Sara, Victoria y Scarlett estaban ensimismadas junto a Keith.

Pestañearon un par de veces intentando apartar la mirada, pero sus ojos no querían perderse ningún detalle.

-No puede ser...-murmuró Sara con los ojos bien abiertos y mordiéndose el labio sin darse cuenta.

-Por dios...-susurró Victoria aclarándose la garganta.-decidme que no soy la única que se está poniendo cachonda...

Keith tras escuchar aquel comentario no pudo evitar echarle una mirada de soslayo y reírse por lo bajo. Dereck sin embargo siquiera le había prestado atención intentando procesar aun la información... aunque Malcon, quién había llegado poco después junto a ellos estaba en un proceso parecido al de su novio, pero se había sentado en el suelo pensativo como si así consiguiera comprenderlo antes.

-¿Vic, que tan bien besa Matt?-le preguntó Sara a su amiga de pelo azulado.

-Más o menos así.-afirmó ella pretendiendo hacer una demostración.

Un PasoWhere stories live. Discover now