Enemistados por una verdad

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Cristy no se podía creer lo que estaba viendo.

Luka... estaba llorando.

La chica había subido al piso de arriba para ir al baño, alguien le había derramado una bebida sobre el vestido, pero al intentar abrir la puerta y darse cuenta de que estaba cerrada, se dispuso a ir al lavabo pequeño que sabía que se encontraba en habitación de Alex. Sin embargo, al entrar, lejos de lo que se esperaba, vio a su hermano, sentado en la cama, llorando.

Sin pensárselo dos veces, se acercó a él y lo abrazó. No sabía lo que le pasaba, pero conocía a su hermano y sabía que fuera lo que fuera, no querría hablarlo hasta que se tranquilizara. Luka recibió el abrazó con ganas y apretó a su hermana todavía más entre sus brazos, relajándose un poco y respirando profundamente.

Cris hacía mucho tiempo que no le veía llorar, desde que era un niño, probablemente. Por eso estaba tan sorprendida y tan asustada en aquel momento. Le acarició el pelo con delicadeza y así estuvo durante un rato, hasta que el chico la apartó con cuidado y se acomodó en la cama de nuevo.

Entonces el castaño la miró con sus ojos enrojecidos y sonrió sin ganas.

― Cristy...―susurró sorbiendo por la nariz―Soy un idiota...―exclamó apoyándose contra el cabecero de la cama.

― ¿Por qué?¿Qué ha pasado Luck...?―le preguntó la chica en el mismo tono.

― Keith...―fue la única palabra que dijo antes de volver a echarse a llorar, esta vez de forma más impaciente, intentando limpiarse las lágrimas con sus mangas.

― ¿Keith?―preguntó confusa― ¿Te ha... te ha hecho algo?

― Cristy... creo que me...―dijo sollozando―gustan los chicos...―susurró. Cristy se quedó helada.

― ¿Qué has dicho?―pregunté asombrada.

Él se secó las lágrimas de nuevo y miró a su hermana, serio y entristecido a la vez.

― Cristy, creo que me gusta Keith―dijo esta vez intentando que no le temblara la voz.

Cris no sabía que decir, creía conocer a su hermano, pero eso jamás lo habría imaginado, siempre pensó que estaba enamorado de Sara...

Al ver que no respondía la mirada de Luka descendió hasta las mantas, tornándose triste.

― ¿Estás decepcionada?―le preguntó.

― ¡No!―gritó alzando la voz sin querer, haciendo que se sobresaltara―Perdón...―se disculpó―Luka, no sé qué decir, no me lo esperaba, pero no estoy decepcionada, te quiero...―expresó agarrándole del hombro para reforzar sus palabras.

― ¿De verdad?―Ella asintió.

―No tengo mucha idea de cómo actuar ante esto, por lo que solo tomare el papel de hermana mayor ¿te parece?―esta vez fue él quien asintió.

―Cuéntame qué ha pasado. No te había visto llorar así desde hacía mucho.

―Lo sé...―cortó él, no le gustaba recordarlo. Luka odiaba llorar frente a la gente.

―Pero esas cosas ya pasaron y esto también se te pasará, estoy segura―le dijo.

Él tomo aire y comenzó a relatar la historia desde el principio, contándome desde el primer día de clases hasta lo ocurrido hacia menos de media hora, Luka no le solía ocultar nada a su hermana, pero ese tema era complicado.

Tras media hora en la cual Luka habló y Cristy escuchó, la cara de la chica pasó de tristeza y comprensión a odio en milésimas de segundo.

Había que admitir que Luka se había explicado horrible, ya que los efectos del alcohol en su cuerpo eran todavía considerables. Pero su hermana había entendido las partes importantes de la historia, y fuese hombre o mujer, adulto o niño, no permitiría a nadie, jamás, que le hiciera nada a su hermano. ¿Cómo en una situación como aquella él había pensado siquiera en hacer algo así? Solo había que ver a Luka, apenas podía sostenerse en pie, ¿acaso Keith no tenía sentido común?

― ¿Qué debería hacer?―preguntó el pequeño, al fin más tranquilo.

― Ahora sólo duerme...―le respondió besándole la frente y tapándole con las mantas―, estás un poquito ebrio...―le sonrió―mañana cuando estés mejor y no te acuerdes de nada te lo recordaré para que hablemos bien―bromeó la chica despidiéndose y levantándose de su lado.

―Vale...―susurró sonriendo, acto seguido cerró los ojos con cansancio.

Cristy salió de la habitación decidida, estaba tan enfadada en aquel momento, tan enfadada con Keith, que solo tenía un objetivo en mente.

El cual se cumplió al abrir la puerta, pues al otro lado se encontraba el rubio mirándola entristecido, cosa que le confirmó que había presenciado lo de dentro.

No pensó, no le dejó hablar, sólo se dejó llevar por la rabia y le pegó una sonora bofetada que lo dejó en su sitio.

Con una mano en la mejilla golpeada miró a la chica sorprendido.

―Te lo advierto, nunca jamás vuelvas a hacer llorar a mi hermano―soltó arrastrando las palabras enfadada.

Luego de eso se fue camino a las escaleras con la cabeza bien alta y sin darse la vuelta.

¿Orgullo? ¿Indignación? Una mezcla de ambas, suponía. Pero eso sí, si quería hacerle daño a su hermano primero tendría que pasar sobre ella, y no se lo iba a poner fácil, se dijo bajando por las escaleras.

Un PasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora