Vicios, traumas y verdades

42.6K 2.8K 350
                                    

-Vete...- murmuré sin apenas abrir la boca, ahora mismo lo que menos me apetecía era hablar con alguien.

Sin embargo, a pesar de mis palabras, note como se sentaba a mi lado y se estiraba sobre la hierba.- ¿Qué quieres?-pregunté fastidiada pero sin cambiar de posición. Él no me respondió, simplemente se quedo allí haciendome compañía sin abrir la boca.

-¿Aún quieres que me vaya?- preguntó una media hora después hablando lentamente y arrastrando las palabras.

-¿Me harías caso si dijera que sí?-inquirí desganada.

-No -respondió girandose hacia mi. Yo hice lo mismo quedándome a la altura de sus ojos y fijandome en sus profundos iris castaños. Hasta ese preciso momento nunca me había percatado de lo cierta que era la frase de : "En una mirada se puede decir todo".- Estuve metido en drogas durante dos años...- mencionó de pronto el rubio, sorprendiendome por esa forma tan directa de decirlo.

- Yo soy bulimica desde que tengo once.-respondí sin embargo suspirando.

-¿No tienes trece?

-Si, en breves catorce.

-Un poco joven para eso...-comentó.

-Y tu un poco joven para las drogas.-contesté. Él asintio conforme.

-¿Sigues vomitando la comida?-me preguntó apoyandose en la tierra por los codos.

-No lo pretendo, pero a veces mi cuerpo reacciona solo y no me deja comer con normalidad.-murmuré encogiendome de hombros.-¿Tu superaste tu adicción?- Él asintió.

-Ahora lo máximo que pruebo es el tabaco.-me informó. Yo no comenté nada más.

-¿Estas bien?- dijo mirandome a los ojos de nuevo.

-Perfectamente -dije sarcastica.

-Oh, genial-contestó Matt -yo que pensaba que necesitabas ayuda -dijo de igual modo levantandose y sacudiendose el pantalón. Después de eso me ofreció una mano para levantarme a mi.

-¿Ayuda? ¿No ves lo fuerte que soy?-sonreí aceptándola.

-Si que lo veo...-susurró abrazandome de forma inesperada en cuanto estube en pie. No se si la razón por la que le devolví el abrazo fue por agradecimiento o por tristeza, solo se que me aferre mas fuerte a él de lo que estaba y enterre mi cara en su camiseta reprimiendo las ganas de volver a llorar. Hacía tanto tiempo que nadie me abrazaba... y se sentía tan bien. No quería que me soltara más...

-No se lo que habra pasado... pero no te enfades con él.-murmuró.-es un idiota a veces, muy a menudo de hecho; pero dice muchas tonterías sin querer.

-¿Como sabes que fue por culpa suya?

-Porque le vi salir de su casa dando un portazo, casi a punto de llorar; Y le dio una patada un contenedor... para mí eso no es estar demasiado bien, generalmente cuando está así es porque a hecho alguna idiotez, bueno, o que le ha pasado algo, pero es más común que ocurra lo primero en él...-respondió con una corta risa.

-¿Por qué no fuiste con él?- pregunté.- ¿ y por qué siempre pareces estar tan feliz y tranquilo?- agregé curiosa.

-Digamos... que con él no es fácil hablar cuando esta así.

Y porque... una persona me enseñó que estar triste no sirve para nada... Además, con el tiempo aprendes que es posible estar tranquilo sin necesidad de fumarte algo.- dijo sonriendo. Yo le imité.

_____________

Respire hondo y sali de casa, tenía que solucionar esto de una vez por todas, en a penas una semana ya sería navidad, y me negaba rotundamente a pasarla enfafado con mi hermano pequeño.

Un PasoWhere stories live. Discover now