Enfermo

98.9K 4.8K 728
                                    

Keith llevaba todo el día tranquilo, cosa realmente extraña en él desde que conocía a Luka, ¿el motivo? Fácil, no estaba Luka.

Era última hora de la mañana y estaba deseando salir de clase de una vez, coger a Steve y llevárselo con él para tomarse unas cervezas.

Sin embargo, el tiempo parecía no pasar y se estaba muriendo de aburrimiento. Debería estar atento a la pizarra, en la cual su profesor llevaba escribiendo un buen rato cosas de las que no tenía ni idea, pero su vista no dejaba de recorrer la clase en busca de algo más interesante.

Alex, el mejor amigo de Luka, estaba haciendo una especie de torre en su mesa con todo lo que encontraba en su estuche. Sara, por su parte, lo observaba entretenida.

Keith se quedó también observando la figura hasta que la terminó, en ese preciso momento la chica aprovechó para lanzarle algo y derrumbar su trabajo estrepitosamente, llamando la atención de toda la clase.

Alex la fulminó con la mirada pero se puso a recoger todo rápidamente bajo la molesta mirada del profesor. Cuando apenas estaba terminando la campana sonó avisando del final del día y provocando el ruido de sillas moviéndose y de gente saliendo apurada.

Keith recogió sus libros con calma y se dispuso a salir por la puerta, pero el profesor le detuvo antes de que avanzara más. Se había acercado a él con una pila de libros y folios sueltos, todos pertenecientes a la misma persona. El chico rodó los ojos y resopló fastidiado, le habían encomendado la tediosa tarea de llevarle a Luka los apuntes del día y los libros que se había dejado allí. Al parecer el castaño se había puesto enfermo y faltaría unos días y él, su "amigo" y compañero de clase era el encargado de que no se quedara atrás en las materias. Los profesores sabían perfectamente que Sara y Alex eran sus amigos, y sin embargo le habían cargado a él con la responsabilidad porque ellos hacían el idiota durante las clases, Keith estaba seguro de ello.

―Hasta cuando no está presente encuentra una manera de fastidiarme―pensó saliendo del aula.

Una vez en el exterior el rubio fue directo hacia Steve y Malcon, los cuales hablaban animadamente sobre conseguir en número de una chica.

― ¡Venga ya! seguro que si tú se lo pides no te hace ni caso―decía el castaño gesticulando exageradamente.

―Claro, como si tú la fueras a impresionar con esa cresta―respondió esta vez Malcon revolviéndole el pelo.

Steve intentó apartar al moreno pero él continuó molestándole sin dificultad, ya que era el más alto de los dos.

―Malcon, deja en paz al pobre Steve que le bajas la autoestima ― exclamó el rubio uniéndose a la conversación. El castaño rodó los ojos y terminó de apartar a su amigo― Además, no sé para qué discutís, si ya sabéis que yo soy el más guapo― dijo echándose el pelo hacia atrás bromeando.

―Ya te gustaría rubiales―rio Malcon―, mira estos ojos―contestó el chico poniendo una cara, a su parecer, seductora y mirándole con intensidad. Keith rio con fuerza acompañado de Steve―. Los azules están ya pasados de moda―dijo refiriéndose al rubio―Los verdes son los nuevos azules―exclamó con convicción.

―A diferencia de vosotros yo no necesito tener los ojos llamativos para atraer a las mujeres―alardeó Steve volviendo la mirada hacia la chica de la que hablaban antes.

― ¿Ya estáis otra vez discutiendo sobre quien es más guapo?―dijo Dereck apareciendo por la puerta―Ya sabéis que siempre gano yo―continuo riendo y dejando su mochila en el suelo.

Dereck era pelirrojo, tenía el pelo anaranjado claro, tirando al marrón, al igual que sus ojos, algo más claros que los de Steve. Llevaba gafas desde hacía un par de años, aunque generalmente solo las usaba para ir al colegio. En cuanto a su altura, era normal, quizás un poco más bajito que Steve o Keith.

―Bueno, si eso crees, ¿por qué no le pides el número a aquella chica?―le retó Malcon señalando a una rubia que charlaba animada con sus amigas.

― ¿Y qué pasa si lo consigo?―preguntó enarcando una ceja.

―Te doy cinco pavos.

― Hecho―aceptó él y se alejó hacia la chica arreglándose la camisa y revolviéndose el pelo.

Tras intercambiar un par de palabras la chica saco su móvil y empezó a leer algo mientras Dereck lo apuntaba en el suyo sonriendo.

Cuando acabó le giñó un ojo y se despidió volviendo hacia sus amigos con altanería.

Malcon, derrotado, sacó su cartera en cuanto lo vio llegar; El pelirrojo por su parte extendió la mano reclamando su recompensa.

Pasado un rato todos se despidieron, Steve y Malcon se fueron por un lado y Derek y Keith por otro.

― ¿Y eso que hoy vienes por aquí?―Le preguntó su amigo curioso.

―Tengo actividades extraescolares... Le tengo que entregar los deberes de hoy a Strauss, al parecer está enfermo...―suspiró el chico, Dereck el rio por lo bajo.

― ¿Sabes? Siempre te andas quejando de él y apenas llevamos un mes de curso.

― ¡Que alegría! Recuérdame que aún me queda todo un año con él―exclamó irónico. Dereck rio― ¿Por cierto, cómo conseguiste el número de la chica tan rápido?―le preguntó curioso.

― Digamos que es mi compañera en ciencias y le pedí el número para quedar y hacer un trabajo―me dijo con tono inocente aguantando muy mal la risa. Keith soltó una carcajada.

― ¿Sabes que cuando Malcon se entere te va a matar no?

―Eso es si se entera―rio él―pero para entonces ya me habré gastado esto―dijo moviendo el billete entre las manos.

Los chicos siguieron hablando un rato hasta que sus caminos se separaron.

Aunque no quisiera admitirlo, Keith quería saber si el pequeño estaba bien o si solo se había inventado una excusa para no aparecer por clases. El rubio miró la dirección que le habían dado de nuevo, en ese caso, lo averiguaría pronto.


Un PasoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon