Enfermo |||

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Luka se despertó agradecido por haber descansado tan bien, no dormía así desde hacía días. Pestañeo un par de veces y trató de orientarse, según recordaba se había quedado dormido en la bañera, el agua le había relajado demasiado, sin embargo ahora se encontraba fresco y bien tapado dentro de su cama. Su cerebro empezó a recordar y relacionar conceptos, si se había dormido en la bañera, ¿cómo había acabado en la cama? Además, también estaba completamente vestido, ¿cómo era eso posible? ¿Se habría olvidado del trayecto a la cama por el cansancio?, ¿habría caminado sonámbulo?

"Al fin y al cabo, era el único que estaba en la casa" Eso pensó Luka, adormilado, mientras volvía a intentar conciliar el sueño. Entonces la imagen del rubio apareció en su cabeza y Luka abrió los ojos de golpe e intentó incorporarse rápidamente.

Lo intentó, pues en el momento que intentó erguirse notó que algo lo retenía.

Se giró lentamente hacia el otro lado y cuando fue capaz de distinguir aquello que no le dejaba moverse su cuerpo se tensó involuntariamente.

Keith se encontraba frente a él, no dentro de las mantas, pero si recostado sobre la cama, profundamente dormido. Su respiración era lenta y acompasada, parecía estar tranquilo, al contrario que Luka, que en cualquier momento se le paraba el corazón.

Estaba intranquilo, ya no solo por el hecho de descubrir que había sido él quien le había sacado de la bañera y vestido, sino porque también se encontraba durmiendo a su lado y posaba inconscientemente su brazo sobre él, evitando que se pudiese mover sin despertarlo.

―Mierda, ¿porque me pasan este tipo de cosas a mí?―pensó con nerviosismo y un atisbo de vergüenza.

Primero lo de desmayarse y tener que ser llevado a la enfermería en brazos, luego el encontrarse ese manga homosexual en la habitación de Keith y haber tenido ese extraño sueño, y por último, tener que ser sacado de la bañera por quedarse dormido...

Y lo peor de todo, es que siempre le pasaban ese tipo de cosas vergonzosas delante de la misma persona... Keith Hitomi.

Tenía que salir de ahí sin despertarlo... Pero ¿cómo? Y aunque lo consiguiera, ¿qué se suponía que debía hacer después?

A pesar de no saber la respuesta a esa pregunta Luka decidió empezar a escurrirse poco a poco hacia abajo, deslizándose bajo las mantas. Pero justo cuando logró poner un pie en el suelo una mano le agarro de la camiseta y tiró de él de vuelta a la cama.

El castaño notó como Keith le aprisionaba contra su cuerpo. ¿Cómo podía tener tanta fuerza dormido?

Se intentó librar de su agarre, pero en vez de conseguir que le soltase, únicamente logró que le agarrase con más fuerza volviendo a poner su brazo sobre su cuerpo, esta vez en un abrazo.

Luka se dio por vencido e intentó ignorar el hecho de que Keith le aferraba como un niño pequeño a su peluche. Entonces dirigió su mirada hacia su cara, tenía los párpados cerrados aunque ya no parecía estar igual de tranquilo que antes, su respiración acompasada había cambiado por una mucho más rápida e intranquila. ¿Estaría teniendo una pesadilla?

El pequeño consiguió liberar un brazo y le agarró uno suyo para comenzar a moverlo un poco.

Se sorprendió al tocarle, su temperatura corporal era alta, estaba ardiendo.― ¿Le habría pegado la fiebre? ―pensó Luka con una pizca de arrepentimiento― En todo caso, eso sería culpa suya por quedarse dormido al lado de un enfermo. Y luego hablaba de que él era un descuidado...

El chico le movió un poco pero él seguía sin despertarse.

―Keith―le susurró―¡Keith, despierta!

El chico se movió un poco en la cama y murmuró algo incomprensible. Luka le siguió moviendo y hablando, hasta que de su boca salió una palabra que comprendió a la perfección.

―Luka...―murmuró el rubio todavía dormido.

El pequeño Strauss se quede en shock. ¿Por qué razón? Muy sencillo. Keith no había simplemente pronunciado mi nombre, lo había dicho de una manera diferente a la normal.

―Lo había pronunciado con deseo. No, con deseo no, más bien con placer...―pensó.

De pronto el chico se encontraba moviendo la cabeza en negación rápidamente, como si así pudiese despejarse de esos extraños pensamientos.

Una serie de acontecimientos pasaron por su cabeza como uniendo piezas y recordó una corta conversación que había tenido con él la última vez que había ido a su casa.

#Flashback#

―Y tú... ¿Has salido con muchas chicas?―preguntó el castaño curioso. Keith le miro divertido.

―La verdad es que no―respondió encogiéndose de hombros y sonriendo.

― ¿En serio?―preguntó el pequeño, incrédulo.

― ¿Tan difícil es de creer?―rio el rubio enarcando una ceja.

―Bueno, es que eres...―dijo aclarándose la garganta y tragándose su orgullo―Ya sabes, popular con las chicas―acabó diciendo al no poder pronunciar "guapo" sin sentirse terriblemente avergonzado―Me extraña que no hayas salido con nadie― contestó algo incómodo mientras se revolvía el pelo con nerviosismo, no solían hablar muy a menudo, no razonablemente. Siempre acababan discutiendo por tonterías.

―Yo no he dicho que no haya salido con nadie, solo que no he salido con muchas chicas―respondió riendo. Luka no comprendió muy bien a lo que se refería, así que simplemente asintió y dejó el tema.

#Fin del flashback#

Ahora todo había cobrado sentido para él, los libros en su cuarto, esa extraña referencia sobre las chicas... había sido demasiado inocente para no haberlo pensado antes.

Keith era gay.

Se paró a pensarlo unos segundos y su cara comenzó a arder.

Si Keith era gay... Significaba que le gustaban los hombres, ¿cierto?

Y si eso era así... Keith le había visto desnudo, y no solo eso sino que estaba durmiendo a su lado.

Ahora que lo pensaba y que su mente había recuperado la cordura después del descanso, estaba seguro de que lo que le ocurría a Keith no era una pesadilla...

Y lo peor de todo es que acababa de mencionar su nombre...

Sin pensar en las consecuencias lo agitó de un lado a otro gritándole.

― ¡Keith, maldito pervertido, despiértate! ¡Deja de soñar cosas raras!―le decía mientras lo zarandeaba.

― ¿Qué pasa?―preguntó con voz somnolienta el rubio incorporándose al fin.

― ¡Depravado! ¡Pervertido! ¡Levanta tu culo de mi cama!―siguió gritando histérico. Él le observaba entre confuso y divertido por la situación.

― ¿Y ahora que he hecho?―preguntó volviéndose a tumbar y tapándose la cara con una almohada.

― ¡¿Que qué has hecho?!― gritó el pequeño tomate. ¿Qué iba a decirle? no podía soltarle «estabas fantaseando conmigo» o «me has sacado desnudo de la bañera».

―Ya me voy, tranquilo, estaba cansado y sin darme cuenta me quede dormido...―se excusó el mayor poniéndose de pie y estirándose mientras bostezaba―Toma―me dijo lanzándole una pequeña bolsita―compré algunas medicinas para que no te quejes tanto―murmuró el chico acercándose a la puerta.

―Gracias...―susurró el pequeño de nuevo sorprendido por las acciones del rubio. Luka sabía que Keith no se había dado cuenta de su proceso mental, y por tanto no podía saber por cuál de todas las cosas estaba enfadado, pero decidió dejarlo así, por lo menos mientras se aclaraba los pensamientos.

―No tienes que pagármelo, considéralo una disculpa por haber hecho cosas innecesarias―exclamó el chico bromeando, pero al mismo tiempo un poco abrumado con la situación― Bueno, me voy―se despidió colocándose la mochila en la espalda―nos vemos cuando te mejores. Y date prisa, las clases son aburridas si no puedo molestarte―finalizó saliendo por la puerta sin darse la vuelta.

―Si...―respondió el castaño cuando él ya estaba bajando por las escaleras.

Un PasoWhere stories live. Discover now