Comienzan los problemas

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El día había sido horrible, me sentía fatal, y todo por culpa de aquellos idiotas.

Malcon intentó comportarse con normalidad durante todo el día, pero sabía que le había afectado mas de lo que querría admitir.

Toda esa charla que me había echado para convencerme de decirlo en publico, de no avergonzarme de lo que soy...

El parecía tan seguro de sus palabras... Pero no era así, lo sabía. Estaba aterrado.

Esta mañana, cuando me desperté en el sofá de Malcon, y me di cuenta de que tenía al moreno entre mis brazos, sonreí para mis adentros.

Me levanté y mire el reloj, era temprano así que lo deje descansar un poco mas.

Entré en la cocina con la intención de preparar el desayuno, pero observe una notita pegada en la nevera.

"Chicos, como os vi durmiendo no quise despertaros, os he dejado el desayuno en la mesa. No lleguéis tarde al colegio y pasad un buen día."

" Victoria."

Victoria era la madre de Malcon, aunque pasaba tanto tiempo en su casa que me trataba como si fuera su hijo, era muy amable conmigo, le tenía un gran cariño. No había pensado en que había mas gente en la casa, aunque no interpretó nada raro. Aunque, teniendo en cuenta que muchas veces dormíamos tirados en la misma cama, tampoco era algo tan extraño.

Cogí ambos platos y los lleve al salón, donde Malcon seguía roncando. También cogí un par de vasos y un zumo.

Después de depositarlos sobre la pequeña mesita le desperté, no muy delicadamente, y comenzamos a desayunar.

-Al final no vimos la película.-dijo mientras masticaba un trozo de pan.

-Si la hubieramos visto no podrías haber dormido nada.-me reí yo.

-ja-ja-ja que gracioso.-dijo el mirándome de reojo.

-es la verdad.-murmuré encogiéndome de hombros.

Cuando terminamos de comer nos cambiamos rápido, tuve que cogerle algo de ropa, ya que no había llevado nada, pero, como no, me quedaba algo grande.

-¡Cállate!-le dije cuando el se empezó a reír, sabía que me molestaba ser mas pequeño que él.

Salimos a la calle y empezamos a correr, no llegábamos tarde, pero preferimos coger el autobús.

-Mierda...-se quejo Malcon cogiendo aire.-tendremos que ir andando.-suspiro.

-No seas vago.-me reí mientra le empujaba.

Hasta ese momento todo marchaba bien, pero el camino fue más ajetreado de lo que me habría gustado.

-¡Vamos a llegar tarde!- me apuró tirándome de la manga.-muévete.

-Tranquilo ¿desde cuando te importa a ti llegar tarde?-le pregunte riendo.

-Ya no llegamos.-dijo mirando el reloj de su móvil.- la bruja de biología no nos va a dejar pasar. ¡Estoy seguro de que me tiene manía!

-Normal, el primer día de clase la confundiste con la encargada de la limpieza y la saludaste con un "Hey, qué pasa"... y al día siguiente.-le recordé divertido- rehazaste a su hija.

-Oye, su ropa parecía un uniforme, tampoco era un agravio... y su hija era, bueno, una chica.-sonrió.

-No estaba mal, me gustan las pelirrojas.-le dije.

-¿Sabes? A mi me gustan los pelirrojos.-sonrió alzando una ceja divertido. Yo aparte la mirada,el se río.

-Ya estamos llegando ¿que hacemos? Total,ya no podemos entrar hasta la siguiente hora.

-¿Nos tomamos algo allí?-dije señalando un pequeño bar.

-No me apetece... ¿nos tomamos un helado?-sugirió. No hacía muy buen día,pero sabía que eso no era excusa,así que asentí.

Fuimos a pedirnos unos,yo cogí uno de vainilla y el uno de chocolate.

-¿cuanto cuesta?-le preguntó a la chica que nos atendió.

-un euro veinte.-respondió sonriendo.

-Dereck... ¿me dejas un euro veinte?-preguntó sonriendo y rascándose la cabeza.

Al final pague yo los dos...

Estuvimos paseando cerca del instituto y nos acabamos sentando apoyados en una pared de un edificio.

-¡Que rico!-exclamó Malcon comiendo feliz,parecía un niño pequeño.

-Oye,ten mas cuidado.¿no sabes comer sin marcharte?-le dije quitándole una mancha de la mejilla con el dedo.-el rió.

-Mira quien fue a hablar,tu estas igual.-dijo señalándome la mejilla.

Me mire en el reflejo de un cristal y observe una mancha blanca en mi cara.

-Oh, es verdad.-dije riendo. Pero cuando iba a quitármela Malcon se adelanto y me lamió la mejilla.

-Hey ¡que asco!-me queje limpiándome en la sudadera que llevaba. El se comenzó a reír y yo hice un mohín.

Para mi sorpresa de pronto Malcon me beso,no fue un beso que durara mucho,pero si lo suficiente para que no me diera tiempo a reaccionar.

-Sabes a vainilla.-sonrió relamiendose, yo me sonrojé.

-¡No digas esas cosas!-le dije avergonzado.

-Vale,pues las hago,que es mejor.-se rió el y volvió a besarme ,esta vez durante mas tiempo. Esta vez le seguí el beso,notando el sabor a chocolate de su helado. Se separo de mi dejándome con ganas de mas,pero no dije nada.

Estuve a punto de volver a besarle pero al ver su cara totalmente pálida me detuve.

-¿Que...?-dije mientras me giraba hacia donde el miraba.

Y allí estaban tres chicos mirándonos sorprendidos.

Uno de ellos era rubio,alto,más o menos de nuestra edad,y llevaba un pequeño aro en la oreja, el otro era castaño,de pelo medianamente largo y ojos oscuros,algo mas bajito y el último era también castaño,tirando a pelirrojo,de pelo corto y ojos verdes.

Todos nos miraban en estado de shock.

No por el simple hecho de lo que acababan de ver sino porque... El último era mi hermano pequeño y el primero un amigo de Malcon.

No pudimos decir ni hacer nada para explicarlo,porque ellos salieron corriendo en otra dirección.

Tuvimos que entrar al colegio poco después,así que no tuvimos tiempo ni de hablarlo,pero... Pude ver lágrimas en los ojos de Malcon... Y no solo en los suyos,si no también en los de mi hermano...

Durante el día aparentabamós normales,como siempre,pero estábamos preocupados.

Sabía que mi hermano estaría sorprendido,pero... Al llegar a casa se lo explicaría,pero ahora me preocupaba mas Malcon,parecía tan intranquilo... Solo quería abrazarlo y decirle que todo estaba bien,pero sabía... que eso no era verdad.

Un PasoWhere stories live. Discover now